domingo, 28 de diciembre de 2008

GRAN TORINO de Clint Eastwood

FICHA TÉCNICA

Título: Gran Torino
Dirección: Clint Eastwood
País: Estados Unidos
Año: 2008
Duración: 117 min.
Género: Drama
Reparto: Clint Eastwood, Cory Hardrict, John Carroll Lynch, Geraldine Hughes, Brian Haley, Dreama Walker, Doua Moua, Brian Howe, Sarah Neubauer, Lee Mong Vang, Nana Gbewonyo, Christopher Carley, Bee Vang
Guión: Nick Schenk
Distribuidora: Warner Bros. Pictures
Productora: Warner Bros. Pictures, Village Roadshow Pictures, Malpaso Productions, Gerber Pictures, Double Nickel Entertainment
Cásting: Janet Pound, Kathy Mooney
Decorados: Gary Fettis
Director de fotografía: Tom Stern
Diseño de Producción: James J. Murakami
Maquillaje: Kimberly Jones, Tania McComas
Montaje: Gary D. Roach, Joel Cox
Productor: Bill Gerber, Clint Eastwood, Robert Lorenz
Productor ejecutivo: Adam Richman, Jenette Kahn, Tim Moore
Vestuario: Diana Edgmon

SINOPSIS

Walt Kowalski (Clint Eastwood) es un veterano de la guerra de Corea de carácter áspero que un día sorprende a su vecino adolescente (Lee Mong Vang) robando su posesión más querida: un coche Gran Torino del año 1972. Desde ese momento, Kowalski se empeñará en reformar al chico. Mientras tanto, su propio hijo intentará meterle en un asilo.

CRÍTICA

El mundo ha cambiado. Puede sonar a perogrullada, a algo totalmente evidente, pero en el mundo del cine uno se apercibe de eso comparando la calidad cinematográfica de hoy en día con la de hace años. Mientras que ahora más que nunca se ve al séptimo arte más como un negocio que como un medio artístico (salvo contadas excepciones), aún quedan vivas ciertas leyendas que forjaron personajes y estilos ya clásicos en la historia del cine. Y una de ellas es Clint Eastwood.

El propio actor y director ha comentado que probablemente sea esta la última vez que lo veamos frente a las cámaras porque considera que no tiene nada más que aportar como actor. Si es así desde luego que no podía haberse despedido con mejor obra, ya que el personaje que encarna en esta Gran Torino es un claro ejemplo del estilo que ha marcado toda su carrera. Y es que aunque el nombre en la historia sea Walter Kowalski, uno en ocasiones parece estar viendo al famoso Harry Callahan (de hecho cuando se supo de este film, se rumoreó de que fuera la aventura final del famoso Harry el Sucio).

Pero no solamente vemos aquí la historia crepúscular de un héroe de acción (el protagonista representa ser un veterano de la guerra de Corea), sino también de un ser humano. En referencia al inicio de este comentario, el mundo también ha cambiado para los de la generación de Eastwood: ellos ven ahora un pais (en el film Estados Unidos, pero para el caso sirve cualquiera como por ejemplo España) donde cada vez hay más inmigrantes, con los problemas que suelen ocasionar sobretodo en lo que se refiere a violencia y bandas juveniles (lo que se ve en este film con los pandilleros orientales podría ser extrapolable a ejemplos reales como los Latin Kings). Eso provoca miedo y aprensión hacia lo desconocido, lo cual es el paso previo al racismo, como demuestra la imagen inicial del protagonista encarnado por Eastwood y el desprecio con el que se refiere a sus vecinos orientales.

De todas maneras no hay que llevarse a error porque ese racismo es sólo el maquillaje bajo el que se esconde un mensaje bien claro: todos somos iguales y todos somos seres humanos. Eso es lo que descubrirá el protagonista encontrando en el joven vecino oriental la fuerza y la autoestima suficiente para continuar adelante, evitando esa autoimpuesta soledad en la que se estaba estancando (debido también a su carácter bastante avinagrado) y dándose cuenta de su error al prejuzgar a sus vecinos sin conocerlos. Pero eso no es óbice para que no haya gente mala en todas partes, como demuestra la pandilla oriental que quiere reclutar al joven protagonista que acompaña al veterano Clint en esta obra y que causará más de un quebradero de cabeza a todos. Las circunstancias llevarán a un final trágico pero totalmente coherente, que por un lado demostrará la redención de nuestro veterano protagonista (recuperando parte de la humanidad que dejó por el camino), al mismo tiempo que otorgará valor y fuerza a su apocado y joven vecino oriental, ayudándole a enfrentarse con la vida gracias al ejemplo paterno que el personaje de Eastwood representa para él.

Lógicamente todo eso comentado hasta aquí os puede hacer pensar que estamos ante un film previsible y bastante tópico, pero aunque eso pueda ser así una vez que se ha visto todo y se ha llegado al final (como he comentado antes, coherente con lo expuesto y realista ante el hecho de que no existen los héroes de película en la vida real) el maestro Clint nos va desgranando toda la historia paulatinamente, dando a sus personajes los motivos y las razones para que evolucionen como lo hacen, siendo todo expuesto de manera clara, concisa y magistral. En ese sentido quizás el fallo de la película esté en la distancia abismal que separa el buen hacer del maestro Eastwood (como actor) del acometido por el resto de interpretes, todos más bien discretos (si bien, y volviendo al inicio de esta reseña, pueda ser la manera de comparar claramente el “viejo” estilo y el “moderno” de hoy en día, más trabajado y con más experiencia el primero que el segundo).

En resumidas cuentas, nos encontramos ante el que pueda ser el colofón final como actor de toda una leyenda viva, algo que acomete en una obra a primera vista menor dentro de su filmografía pero que consigue ser más redonda y completa que la también reciente El Intercambio, donde sólo ejerció labor de director. Quedamos a la espera de ver con que nos sorprende en el futuro este maestro del celuloide.

LO MEJOR: El argumento, que pese a su aparente simplicidad esconde un mensaje bien claro y conciso (principalmente en contra del racismo), que sirve además como colofón final a un Eastwood que interpreta aquí a un personaje que puede ser el crepúsculo final de toda su carrera como actor.

LO PEOR: Si acaso (y sería lo único) la comparación entre el Eastwood actor (magistral) y el resto de actores (más bien sólo correctos).

5 comentarios:

Redrum dijo...

Touché Chacal! Ver el cine de Tito Clint es otra cosa. Huye de la precipitación y del tópico con un film que tengo curiosidad por cómo doblarán en España, por el tema del racismo y la cantidad de tacos que llega a soltar.

Los pelos como escarpias viendo la última imagen de Eastwood y pensando que será la última que le veremos en pantalla.

¡Gran crítica!

Chacal dijo...

Gracias Redrum, es que lo de este hombre es CINE en mayúsculas.

Jorge - cinenovedades dijo...

Tengo muchísimas ganas de ver esta cinta del gran maestro Clint Eastwood! Por lo que comentas es una pequeña obra maestra, y es lo que vengo leyendo ya en varios blogs, tanto de este filme como de "El Intercambio".
Impresionante reseña, Saludos!

Angel "Verbal" Kint dijo...

EN lo único queno estoy de acuerdo es en que los demás actores estén discretos...por ejemplo la química de Eastwood co la chica oriental es interesante y el secundario que interpreta al barbero es maravilloso...
Eastwood es de los pocos clásicos vivos que nos quedan

Anónimo dijo...

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