martes, 3 de diciembre de 2019

LA GRAN MENTIRA, una pareja desaprovechada (crítica sin spoilers)

Muchas veces he admitido en mis comentarios que para mi una buena adaptación sería aquella que logra despertar mi interés sobre la obra de la que parte, poniendo siempre el ejemplo del primer Spiderman de Sam Raimi, aunque a lo largo de los años ha habido otras. Saco a colación un comentario a priori tan ajeno a esta película porque sin duda alguna estamos ante un ejemplo de todo lo contrario, ya que tras asistir al pase de La gran mentira no tengo ningunas ganas de leer la novela The good liar de Nicholas Searle en la que se supone que está basada, pese a la gran ilusión con la que asistí yo por sus dos actores principales (mi mayor incentivo para decantarme por ella)

No sería lo único, ya que el director del presente film es Bill Condon, cuya anterior colaboración con Ian McKellen había sido en la correcta Mr.Holmes. Pero en este caso una trama con giros inesperados que resulta algo dificil de creer es lo que provoca que estemos ante una cinta tan solo salvable por la magnífica actuación de su gran pareja protagonista, siendo el resto una historia tan retorcida (en especial cuando encara su último tramo) que resulta bastante decepcionante que dos intérpretes tan excelentes como Helen Mirren e Ian McKellen se hayan cruzado en algo tan insustancial.

A priori la cosa no pintaba mal, si bien su argumento resulta en inicio demasiado clásico (el típico estafador que en un momento dado parece no estar convencido del todo de su último engaño, ya que empieza a sentir algo por su hipotética víctima) para luego al final dar demasiadas vueltas de campana obligando de forma forzada al espectador a comulgar con una resolución que si bien puede parecer más o menos aceptable, se me antoja muy rebuscada para un relato que tampoco necesitaba decantarse por el forzoso recurso de la venganza por agravio, sin duda justificada pero en esencia incongruente. Me imagino que yo iba con la idea de una resolución más formal y esquemática, quizás con toques de comedia romántica para la tercera edad, si bien hay algún que otro detalle a lo largo de su metraje que puede encajar con el giro final (como por ejemplo cierta película de Tarantino que salen ambos de ver en el cine, más que nada por el periodo histórico en el que transcurre)

Es curioso porque justo el estreno previo a este que había visto en cine había sido Puñales por la espalda, con la que La gran mentira coincide en el hecho de mostrar una historia donde sus personajes no son del todo lo que parecen y en donde (como dice el refrán) "hay gato encerrado". Pero mientras en la cinta de Rian Johnson la solución final resulta coherente con su planteamiento pese a manejar un elenco mayor, aqui un guión intrascendente entrelaza a los personajes de Mirren y McKellen en un relato donde más allá de sus buenas actuaciones tan solo queda la sensación de que se podía haber sacado más de ellos con una propuesta más ambiciosa y no tan superficial. Pese a ello no puedo catalogar a esta película de "mala" (algo que creo que sería injusto) porque además de su pareja principal, sin duda lo mejor de la misma, también se salva en algunos detalles técnicos como su puesta en escena o su banda sonora, aunque el resultado final sea intrascendente.
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  • FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
  • FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 5 de diciembre de 2019
  • LO MEJOR: Su duo principal (como era previsible) y algunos detalles técnicos de la película.
  • LO PEOR: Su historia, que comienza más o menos bien para acabar forzando una resolución de dificil encaje y bastante incongruente.

2 comentarios:

Hemos Visto dijo...

Uahh!! Me he llevado un poco de decepción al leer tu crítica, y no por la crítica, sino por la valoración final y la catalogación como mala de la película. La quería ver, sobre todo por sus dos protagonistas... ¡menudo cartel!

HemosVisto!

Chacal dijo...

No, no, no, digo que NO puedo decir que sea mala, por eso la dejo como regular principalmente por sus dos estrellas principales que consiguen darle un poco más de entidad al insípido conjunto.