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lunes, 19 de octubre de 2015

HOTEL TRANSILVANIA 2, una estupidez perfecta para HALLOWEEN

En una cartelera con tantos y tantos estrenos reconozco que hace tres años dejé pasar la primera entrega de esta (me imagino) saga, porque me parecía otra vuelta de tuerca sobre el género de la desmitificación paródica de monstruos que ya tuvo su momento de éxito y gloria con Los Monsters, un clásico de televisión del que disfruté en mi infancia cuando fue repuesto en aquel otro programa mítico como fue La bola de cristal. También es verdad que el hecho de que estuviera implicado el nefasto Adam Sandler influyó en tal decisión, si bien eso se pierde en la versión doblada (en la original le da voz a Drácula mientras que aqui en España eso corre a cargo de Santiago Segura)

Pero ya que este año hice lo mismo con la saga Insidious (ver la tercera entrega, y si me gustara -que va a ser que no- valorar el ver las previas) decidí jugármela con esta secuela y arriesgarme... pese a que aqui el temible Adam Sandler no solo pone la voz a Drácula sino que repite de nuevo como productor y se estrena como coguionista, labor que supongo que continuará en futuras secuelas (los números cantan, y con lo que ya lleva recaudado es lógico que sigan pensando en exprimir este filón)

¿Porqué Hotel Transilvania 2 es una película TAN infantil? No digo que TODA la animación que se estrene tenga que ser comparada con Pixar, pero es que aunque ellos también tengan sus errores (por ejemplo Cars 2) su política hasta la fecha ha sido hacer películas ingeniosas, como lo ha sido este año Del Revés (Inside Out) a la espera en breve de lo que nos ofrezcan con El viaje de Arlo (The good dinosaur) Si ellos son capaces de realizar CINE así, en mayúsculas (apto para TODOS los públicos), ¿porqué la competencia busca contentar tan solo a los más pequeños con productos como este?

El problema está, en origen, en un guión muy blando y predecible, donde se nota la mano de Sandler (para mal) logrando que esas míticas criaturas pierdan todo su posible potencial, para caer en el chiste facilón y repetitivo que le hará gracia a los más pequeños (eso nadie lo niega), pero que a los que sean más mayores les resultará estúpido e infantil (no miento: mientras estaba viéndola me removí inquieto en mi butaca, sin saber como ponerme algo cómodo del tremendo hastío que me estaba provocando el film, ¡y eso que apenas son 89 minutos con créditos incluidos!)

Al pase al que asistí ví la versión doblada en español, con lo cual el trabajo vocal de Sandler me lo ahorré... lo malo es que el doblaje español es tan ATROZ que al final resulta más o menos simpático (aunque te lleva a preguntarte si es que no hay en este pais actores de doblaje especialistas, sin tener que contratar a unos cuantos famosos que no aportan nada al resultado final) En referencia a eso me provocó un evidente "déjà vu" el trabajo de Santiago Segura como Drácula, ya que recordemos que ha sido la voz de Sully en las dos entregas de Montruos S.A.

El compañero con el que asistí al pase, que si había visto la primera, me citó que entre lo mejor de la misma estaban las múltiples referencias a los títulos donde habían salido los monstruos protagonistas (que supongo que sería el aliciente que pusieron en ella para el público adulto) En su secuela el guiño más evidente que ví fue cuando en su tramo final el yerno de Drácula se viste como inmortalizó Coppola al citado vampiro con su apariencia anciana en su clásico de 1992, siendo el resto una agotadora sucesión de gags con la que, como mucho, esbozas alguna que otra sonrisa (en mi caso fueron creo tan solo un par y con el personaje de Blooby, esa masa verdosa que solo hace ruidos, que al menos se me hizo simpática por no decir tantas estupideces como el resto)

¿Hay algo a resaltar de esta película? Pues la verdad que poco, pero si hay algo: cuando antes he citado su atroz doblaje era porque se nota mucho que por ejemplo gente como Alaska o su marido Mario Vaquerizo no son expertos en el tema, pero aunque por la película circule (por poner un ejemplo) un licántropo ¡con acento andaluz!, el mayor mérito está en el actor Arturo Fernández, cuya labor sobre las tablas le otorga la experiencia necesaria para doblar al abuelo Vlad con ese estilo suyo tan particular ("chatín" incluido) con el que nos divirtió en la serie La casa de los lios. Asimismo la calidad técnica de la animación es notable y cuidada (¡sólo hubiera faltado que encima estuviera mal en ese apartado!)
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  • FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
  • Más información en la web de la película
  • EL DETALLE: La labor de doblaje de Arturo Fernández, acertada y simpática de tan autóctona que es.
  • EL MOMENTO: El guiño al Drácula de Coppola (apenas un oasis en el desierto)
  • LO MEJOR: La animación es de buena calidad (¡solo hubiera faltado que no!)
  • LO PEOR: El guión, coescrito por Adam Sandler, es simplón, infantiloide y previsible.

sábado, 13 de febrero de 2010

EL HOMBRE LOBO de Joe Johnston

FICHA TÉCNICA

Título: El hombre lobo
Título original: The wolf man
Dirección: Joe Johnston
País: Estados Unidos
Año: 2009
Fecha de estreno: 12/02/2010
Duración: 104 min.
Género: Thriller, Terror
Calificación: No recomendada para menores de 13 años
Reparto: Emily Blunt, Benicio del Toro, Anthony Hopkins, Hugo Weaving, Geraldine Chaplin, Art Malik, Kiran Shah, Elizabeth Croft, Sam Hazeldine, David Sterne
Guión: Andrew Kevin Walker, David Self
Distribuidora: Universal Pictures
Productora: Universal Pictures, Stuber Productions

SINOPSIS

Lawrence Talbot (Benicio del Toro) es un noble que debe regresar con su familia, muy a su pesar, tras la desaparición de su hermano. La vuelta a casa le hará recordar que está enemistado con su padre (Anthony Hopkins) y que perdió su juventud el día que murió su querida madre.

Pero ahora debe atender a su hermano, a la prometida de éste (Emily Blunt) y a los extraños sucesos que tienen lugar en el pueblo, donde los vecinos están siendo atacados por "algo" que impregna de sangre el ambiente. Lo que no sabe Lawrence es que él puede ser más peligroso todavía.

CRÍTICA

Hubo un tiempo, hace ya décadas, en que los monstruos consiguieron asustar a toda una generación, más inocente que la actual y por lo tanto más impresionable. Eran los tiempos de Drácula, Frankenstein, la Momia o el Hombre Lobo, por poner sólo unos ejemplos. Pero el mundo evoluciona, las generaciones van teniendo un mayor nivel de información, y por lo tanto los miedos que asustaban a nuestros abuelos ya no nos inquietan, ya no nos asustan, ya pierden.... ¿su razón de ser? No... si se saben tratar.

En el género del terror probablemente la criatura más revisionada una y otra vez han sido los vampiros, pudiendo ir los resultados y la calidad en función de lo que uno espere (y sino compárense los de las películas Crepúsculo, 30 días de oscuridad, Blade o Drácula de Francis Ford Coppola, todos ellos los mismos personajes pero desde diferentes puntos de vista) En ese sentido la última que he citado es el mejor ejemplo de cómo reinventar para las nuevas generaciones todo un clásico del miedo, transformándolo en un drama romántico y épico realmente digno de ser una de las mejores películas de las últimas décadas (al menos bajo la humilde opinión de este servidor). Parte del mérito, como no, hay que adjudicárselo a Coppola, que supo insuflar en la cinta un toque personal, al que ayudaron unos actores en estado de gracia (incluso el muchas veces criticado Keanu Reeves hizo aquí uno de sus mejores papeles, nuevamente bajo mi humilde opinión). Ese género revisionista continuó con el Frankenstein de Kenneth Branagh, de un estilo parecido al Drácula Coppoliano en cuanto a drama romántico de época con toques de terror. Lamentablemente la grandilocuencia propia de su director provocó un resultado final con tantos admiradores como detractores, a lo que hay que sumar un fracaso en taquilla al competir (y perder) con el estreno de Entrevista con el vampiro (el preludio más claro a la actual y famosa Saga Crepúsculo)

En este revival noventero que hubo de esos famosos monstruos (Drácula es de 1992 y Frankenstein de 1994) se podría añadir (aunque con reservas) La Momia protagonizada por Brendar Fraser en 1999, pero su tono más aventurero que asustador creo que la aparta bastante de la concepción original del personaje. Por eso parecía que no habría más retornos a los viejos estilos, hasta que llegó esta El Hombre Lobo, remake del clásico de 1941. El film de Joe Johnston vendría a continuar el revival iniciado por el film de Coppola y continuado con Branagh, aquí con una de las criaturas más famosas de la mitología del terror, pero también una de las que ha corrido peor suerte en pantalla (¿cuántos títulos DESTACABLES ha habido con hombres-lobo de protagonistas? Me parece que los que merecen la pena se pueden contar con los dedos de una mano).

La esperanza (al menos la mía) era el encontrarme con algo al mismo nivel que los dos films de los noventa antes citados, cosa que tengo que decir que si me han dado en el apartado visual... aunque no en el argumental. Con una montaña de incidencias hasta que por fin ha visto la luz (cambio de director, varios retrasos en su fecha de estreno, etc.), el mayor problema del que cojea este Hombre Lobo es sin duda su guión, y es que lejos de complejidades góticas o dramas filosóficos, aquí simplemente tenemos un drama familiar que interrelaciona a los cuatro protagonistas de la película (o sea, Benicio del Toro como el protagonista, Anthony Hopkins como su padre, Emily Blunt como su amada y Hugo Weaving como el inspector que lo persigue) No habría problema en ello si no fuera porque en los 104 minutos de metraje los personajes apenas son esbozados, sin una progresión que los haga no sólo creíbles, sino empatizables: sirva como ejemplo la apenas episódica relación entre los personajes de Benicio del Toro y Emily Blunt, lo poco (tirando a nada) que se desarrolla al Inspector Abberline interpretado por Weaving (máxime cuando fue un personaje real que investigó el famoso caso de Jack el Destripador) o lo poco que se profundiza en el personaje de Anthony Hopkins, por momentos más interesante que el mismo protagonista. Incluso la (relativa) mayor sorpresa que nos da la historia (el saber quien es el otro Hombre Lobo de la historia) peca de ser previsible de manera muy clara. Eso si, hay que agradecerle unas escenas de acción donde en los ataques del licántropo la sangre corre a mansalva (cosa que es lo lógico y lo normal.... pero todos sabemos los tiempos tan hipócritamente censurables en los que vivimos, en especial en los Estados Unidos, país de origen de la película)

Puede que en el fondo sólo hayan buscado realizar un film que contente al mayor público posible (cogiendo por tanto el camino de la sencillez y la simplicidad), pero con los materiales con los que partía y el reparto que tenía, sin duda alguna le queda a uno la sensación de que este Hombre Lobo se ha quedado a medias de lo que podía haber sido (un film al nivel de la obra maestra del Drácula de Coppola, o el destacable resultado del Frankenstein de Branagh) para convertirse en un mero entretenimiento, eficaz y con el que uno no se aburre, aunque sin detalles que lo hagan perdurable en la memoria (salvo quizás, como he citado antes, los brutales ataques del licántropo). Y eso pese a que las labores de vestuario, fotografía, maquillaje, banda sonora, efectos especiales, etc son magníficas, sobretodo con un Hombre Lobo tan respetuoso con el original (encarnado por Lon Chaney) como creíble teniendo en cuenta los tiempos en los que vivimos, en los que los espectadores han perdido la inocencia que citaba al principio de este comentario, y por lo tanto quieren algo que parezca real y no un burdo maquillaje. Parte de ese mérito va sin duda para Rick Baker y su equipo, cuya labor es digna de mérito (atención a la bestial transformación, realmente asombrosa), pero lamentablemente tanto eso que el resto de detalles no consiguen mantener una película a la que Johnston no parece haber aportado nada más allá de un nombre en la silla del director (detalles a priori tan interesantes como que la licantropía sea tratada como una enfermedad mental apenas son simplemente esbozados como preámbulo a uno de los ataques de la bestia). Por lo tanto sin garra ni fuerza en su historia como para atrapar al espectador, el film se convierte simplemente en una película más, a la que salvan sin duda más los detalles secundarios que por lo que es en si el film. ¿Qué hubiera hecho con este material Mark Romanek, su responsable inicial, u otro director con toques personales como por ejemplo Tim Burton? Ante eso sólo nos queda especular.

LO MEJOR: Los actores masculinos (Emily Blunt no es que lo haga mal, simplemente es que su personaje es el más flojito de los cuatro principales). También los detalles propios de un film de estas características (decorados, fotografia, vestuario, etc.) con especial mención a los efectos especiales y de maquillaje a cargo del maestro Rick Baker.

LO PEOR: Con una base y unos elementos como para crear una gran película, el resultado final peca de simple y previsible (aún siendo eficaz y entretenido), probablemente por culpa de su accidentada post-producción así como del impersonal tratamiento de su director en el producto final.