domingo, 29 de septiembre de 2019

ANTES DE WATCHMEN (ESPECTRO DE SEDA y MINUTEMEN) y GROO (LA APUESTA DE LOS DIOSES, GROO VS CONAN y EL HOMBRE MÁS...)


Como más o menos  quedé bastante convencido tras leer las precuelas de Watchmen dedicadas al Doctor Manhattan y a Buho Nocturno decidí seguir con las que tenía disponibles y en este caso la siguiente fue la de Espectro de Seda. Al igual que las precedentes, estamos ante una historia que se demuestra innecesaria respecto a la obra maestra de la que parte, pero que no por ello sería menospreciable, ya que estamos ante un comic tan tremendamente entretenido como de amena lectura. Uno de los puntos que más me llamó la atención sería que entre los responsables estuviera el destacable Darwyn Cooke, si bien suyo sería el guión (que no el apartado gráfico, el cual corre a cargo de Amanda Conner) lo cual no sería un obstáculo para que el trabajo conjunto sea tremendamente acertado y atractivo. En los cuatro números que conforman esta miniserie incluidos en este tomo se nos cuenta la juventud de Laurie Juspeczyk, y como fue su tormentosa relación con su madre (la primera Espectro de Seda de la que heredó el título), así como su periplo cuando agobiada con ella se fuga de casa con su novio. Los detalles que conectan con la obra original de Alan Moore y Dave Gibbons serían aqui circunstanciales, pero pese a todo son insertados de una manera coherente, siendo un digno complemento a la misma.
La siguiente en la lista de precuelas de Watchmen sería Minutemen, y casi me podría arriesgar a afirmar que es la mejor de todas las que me he leído hasta el momento, aunque solo sea porque en ella si que trabaja como autor completo (o sea, tanto guión como dibujo) Darwyn Cooke, con un resultado que supera el simple aprobado y que sería facil de definir como realmente destacable. Y es que el arte gráfico de este tristemente fallecido autor se ajusta como un guante a lo que se nos quiere narrar en esta serie limitada de seis números (todos incluidos en el presente tomo): mostrar lo que sería la Edad de Oro de los superhéroes (al menos en el universo de Watchmen), y que tras ella no todo era tan brillante como se nos daba a entender. Pero aunque a nivel gráfico funcionara, podía darse el caso de que el guión no estuviera a la altura, aunque es algo que enseguida se nos demuestra erróneo, ya que Cooke es tremendamente fiel a lo expuesto por Moore y Gibbons en la obra original, y si tiene que añadir detalles (que los hay) los mismos están insertados de forma coherente, a lo que se añade un destacable desarrollo de los personajes principales. Esa calidad en el trabajo de Cooke brilla aún más comparado con las dos miniseries que completan este volumen, a cargo de otros autores y dedicadas a Dollar Bill y Moloch, y que si que entrarían dentro de la categoria general de meros correctos complementos de la serie Watchmen original.
Leido también Groo el errante: La apuesta de los dioses, siendo el arco argumental que le da título el más extenso de este tomo (ocupa cuatro de las cinco historias incluidas) y en el que vemos como Groo se ve inmerso en una competición para designar al mejor héroe, aunque siendo el protagonista todo un desastre con patas el resultado no será el esperado, algo que se extiende a la quinta (y autoconclusiva) historia que completa este muy divertido volumen.
Siguiendo con el mítico personaje de Sergio Aragonés, tengo que admitir que aunque Groo nació como parodia del género de espada y brujeria (cuyo más popular ejemplo sería Conan), jamás me pude imaginar que ambos personajes llegaran a coincidir. Pero como nunca hay que dudar de nada, aunque sea el mayor de los disparates, ese cruce entre ambos ocurre en estas páginas, en una muy divertida historia que representa salir de la mente alocada de Sergio Aragonés, lo cual da pie a otra línea argumental paralela en la que él y su colega Mark Evanier se ven metidos en una trama que gira sobre el intento de salvación de una clásica tienda de comics, que planea ser derribada para que un empresario voraz edifique otro centro comercial. Con una sencilla anécdota argumental pronto quedan enfrentados los destinos de ambos personajes, los cuales no pierden ni un solo ápice de lo que los hace emblemáticos ofreciendo un comic bastante curioso (aunque sólo sea por el contraste gráfico entre Aragonés y Thomas Yeates, el primero con su tono caricaturesco habitual y el segundo a cargo de todo lo más realista que rodea al famoso cimmerio)
Lo que siempre ha hecho representativo a Groo ha sido su tremenda estupidez, con lo cual ¿que pasaría si de pronto diera un giro radical y se convirtiera en un personaje inteligente? Sobre eso es sobre lo que gira el comic titulado El hombre más inteligente del mundo, donde de nuevo demuestran que dentro de la parodia en la que se engloba puede tener cabida una mirada sarcástica sobre el negocio de los estupefacientes, bien sea de los ilegales hasta (en un destacable giro final) otros que asumimos como perfectamente cotidianos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario