martes, 3 de mayo de 2022

DOCTOR STRANGE EN EL MULTIVERSO DE LA LOCURA (sin spoilers)

Me suponía por los avances previos que esta secuela de Doctor Strange sería la primera película del cada vez más amplio y muy poblado universo Marvel cinematográfico en dar cabida al material que se ha añadido al mismo a través de las series de televisión que se estrenaron en Disney Plus el año pasado desde la de Wandavision. Curiosamente la mencionada seria una de ellas, porque resulta muy evidente que nos volvemos a encontrar con el personaje encarnado por Elizabeth Olsen tras los hechos que tuvieron lugar allí. Pero a diferencia de lo que yo pensaba, NO es imprescindible el haberla visto puesto que la presencia del personaje aqui queda muy bien justificada, siendo tan solo un extra de información no necesariamente primordial, pero si que agradecidamente complementaria.

Curiosamente la otra serie que sirve como complemento a esta secuela del Doctor Strange es la de animación What If, ya que al abrirse la veda de los multiversos con la reciente Spider-Man No way home (que recibe una mera mención anecdótica), los mundos alternativos que allí se presentaban tienen cabida aqui. Para ser exactos sería no tan solo aquel que se centra en el protagonista de esta película (Doctor Strange), sino el que sirvió como presentación a dicha serie, con cierto carismático personaje del que se abre la posibilidad de volver a verlo, ya que el mismo concepto del multiverso deja las puertas abiertas a todo tipo de hipotéticas versiones alternativas. La sorpresa fue máxima (al menos para mi) cuando a dicho personaje lo encontré siendo miembro de otro importante grupo en este universo de superhéroes, en el cual hay cabida tanto para el pasado (mutantes) como para el futuro (con cierto padre de familia bastante popular a cargo de quien el público lleva pidiendo desde hace meses), e incluso recuperando al cabecilla de otro popular grupo cuya presencia se centraba hasta ahora en una fallida serie de 2017 que apenas duró 8 episodios.

Pero no solo de guiños y cameos vive el fan de Marvel (a lo antes citado se podría añadir otro personaje de la mitología del protagonista que se deja ver en la primera escena entre créditos), sino también de que el resultado sea bueno, y sin lugar a dudas la elección de Sam Raimi como director ha resultado todo un acierto. Ello se debe a que cumple con lo que en origen iba a ser este amplio universo, en el que cohabitaran entrelazadas diferentes historias desde diferentes puntos de vista según los directores asignados a cada proyecto, algo que quizás no todas las películas han respetado, quedándose en cintas tan funcionales como poco personales. Al igual que pasaba con las aportaciones de Kenneth Branagh, Taika Waititi o James Gunn (por citar tan sólo tres ejemplos), en este caso esta Doctor Strange en el multiverso de la locura tiene el sello personal de Sam Raimi, cierto que tamizado para que entre a cuanto más público mejor, pero agradecido para dotar de entidad propia al resultado final, aparte de devolvernos a ese fantástico director que hace ya 20 años abrió la veda del cine de superhéroes con su inaugural Spider-Man.
 
Aunque los actores cumplen bien con los papeles asignados (atención a todo un habitual en el cine de Raimi, con el que además se cierra el presente film), me asombró BASTANTE una magnífica Elizabeth Olsen, cuya motivación para hacer lo que hace proviene de lo visto en la serie Wandavision (aunque insisto en que si no se ha visto es perfectamente entendible incluso para los néofitos), lo que la actriz aprovecha para ahondar en la brecha que se abrió allí, ofreciendo en esta película una doble versión entre la comprensión hacia lo que quiere obtener y la misma locura con la que pretende lograrlo. De igual manera cuando su personaje demuestra todo su poder (y Raimi nos lo ofrece con su toque personal) estamos sin duda ante alguien que bien podría dar un giro radical a este universo como hizo su homóloga de las viñetas en el evento titulado Dinastia de M, dejando al final que la Bruja Escarlata (o más bien Wanda Maximoff) sea el personaje femenino que ha tenido una mejor evolución en este universo en los últimos tiempos. 
 
Por contra se le podría achacar a esta secuela que dos conceptos de su título (multiverso y locura) no están tan presentes como todos desearian, si bien en el primer caso deja las puertas abiertas a que esas realidades alternativas (algunas tan extrañas como tremendamente atractivas) vuelvan a ser visitadas en algún futuro proyecto (es lo que tiene el multiverso, que TODO es posible) En cuanto a la citada "locura" sería la que motiva los hechos que aqui acontecen, que estando en las manos de Raimi podría haberse desmadrado como en otros proyectos suyos, pero que se encuentra en todo momento comedida por la mano de la productora, aunque sin que ello sea obstáculo para un espectaculo tremendamente entretenido y muy bien acotado, ya que sus 126 minutos se demuestran adecuados para lo que nos cuenta, sin esos excesos de metraje tan usuales en algunos tipos de producciones actuales. En resumidas cuentas una secuela quizás sencilla en su premisa argumental (aunque tampoco pide mucho más) pero todo un espectáculo visual con el que desconectar y dejarnos llevar para disfrutar.
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