martes, 28 de febrero de 2023

CREED 3... pero ahora sin ROCKY (crítica sin spoilers)

Si hoy en día estamos en un panorama cinematográfico donde lo más rentable son los universos compartidos (y si, me refiero a las películas de los superhéroes de Marvel), podriamos decir que Michael B.Jordan ha intentado ampliar el universo surgido de la saga Rocky (con seis películas a sus espaldas, y que se expandió con el spin-off de Creed y su secuela), realizando su debut como director con esta Creed III, pese a no contar ya con la presencia de Sylvester Stallone por diferencias de este con el productor. Y la verdad es que se le echa en falta durante todo el metraje, citándose el nombre de su personaje apenas de manera colateral en una ocasión, sin ofrecer ningún tipo de explicación sobre lo que ha pasado con él.

Pero ojo, porque aunque se eche de menos al impulsor original de esta extensa franquicia, eso no significa menospreciar el estreno como director de Michael B.Jordan, que para sorpresa de un servidor resulta bastante convincente, pese a que como muchos dramas pugilísticos no sea nada más allá que la eterna confrontación entre el bien y el mal. Para ello, y antes de ese previsible combate que los enfrentará, se profundiza tanto en Adonis Creed (Michael B.Jordan) como en Damian "Dame" Anderson, su contrincante a cargo de un fornido Jonathan Majors, ahora más conocido por el gran público al interpretar a Kang en las películas Marvel.

La relación entre los personajes de Adonis Creed y Dame Anderson viene de antiguo, ya que esta secuela da comienzo situándonos en 2002. Siendo ambos jóvenes tuvo lugar un incidente que selló sus destinos para siempre (el cual se irá aclarando a medida que evoluciona el film), de tal forma que mientras el primero pudo seguir el legado de su padre y hacer honor al mismo, el segundo tuvo que pasar una larga temporada recluido en prisión, lo que malogró la estrella en ciernes que representaba ser en ese tramo inicial. Eso nos lleva, ya en la actualidad, a dos personajes opuestos, ya que Creed se retiró entre una carrera plagada de logros y éxitos (siendo mentor de nuevas promesas, por lo que resulta raro que por esa vertiente no se recordara del Rocky que en su momento le ayudó a él) mientras que Anderson claramente envidia al que fuera su amigo por todos sus triunfos profesionales, y ambiciona llegar a donde llegó él (o más allá), lo que a medida que evolucione la historia nos mostrará su vertiente más resentida y rencorosa.
 
Pese a que Creed 3 representa ser la novena entrega de su universo pugilístico, aparte de la multitud de films que se han situado con mayor o menor fortuna en una lona de boxeo, las diferencias son claras respecto a las dos entregas previas, notándose en este caso que en su debut como director Michael B.Jordan se muestre más cómodo en el desarrollo de las motivaciones de los personajes que en sus encuentros en el ring. Eso es evidente sobretodo en el destacado combate final, representado en pantalla a medio camino entre la pelea física que es y la psicológica que cada contrincante lleva en su mente, siendo el que aporta mayor novedad sobre algo ya visto hasta la extenuación (y más en una saga como esta) Es por eso que los méritos de Creed 3 se sostienen sobretodo gracias al desarrollo previo de sus dos personajes principales, más allá de que al final las palabras de Dame parezcan contradecir su comportamiento previo, aunque resulta coherente si la pretensión era dejar zanjada la problemática entre ambos.
 
Lógicamente se hacen guiños más a los valores que ha representado la figura de Rocky que a él como personaje, por lo que por enésima vez queda patente el largo trayecto de esfuerzo y sufrimiento que requiere el intentar llegar a lo más alto. Por ahí es por donde consigue mejor Michael B.Jordan que simpaticemos con su protagonista frente al personaje de Jonathan Majors, que parece querer aspirar al éxito a cualquier precio, intentando recuperar el tiempo perdido debido a una mala decisión que marcó su destino, pero que no asume. Resulta meritorio por parte del actor que un personaje que podía haber caído en una mera caricatura de villano esté resuelto con efectividad y solvencia, ayudando al buen funcionamiento del conjunto. En resumidas cuentas Creed 3 es una película que se antojaba innecesaria pero que logra sobrevivir a la ausencia del mayor exponente de esta franquicia (Sylvester Stallone) con una historia entretenida, que se centra primordialmente en el desarrollo vital y emocional de sus dos personajes principales.
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