miércoles, 31 de julio de 2024

¡HAGAN SITIO! ¡HAGAN SITIO!, la novela en la que se basó la película CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE (SOYLENT GREEN)

Entre finales de los sesenta y principios de los setenta, el actor Charlton Heston intervino en varias adaptaciones de obras de ciencia-ficción con un cierto regusto pesimista sobre nuestro futuro, siendo la más famosa sin duda El planeta de los simios, cuyo emblemático final ya es sin duda historia del cine. Pero aparte de esa también estuvo en El último hombre vivo (segunda adaptación del clásico Soy leyenda de Richard Matheson) y Cuando el destino nos alcance, esta última título español del original Soylent Green. En los dos primeros casos, si uno lee las obras originales en las que se basan las películas se dará cuenta de que la fidelidad en la traslación es poco menos que nula, pero eso no fue problema para la saga simia, que plantó los elementos sobre los que luego, con mayor o menor fortuna, ha ido discurriendo (en el caso de El último hombre vivo fue una adaptación fallida de la obra literaria de Matheson, como le ocurrió a la posterior homónima protagonizada por Will Smith en 2007)

Teniendo pendiente tan solo Cuando el destino nos alcance, dicho film lo vi hace unos meses, por lo que me ha venido perfecto encontrar en la biblioteca una nueva edición de la novela en la que se basa, titulada ¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!, obra de Harry Harrison, que fue editada en 1966 (la adaptación fílmica llegaría siete años después) Los que conozcan la película sabrán ya cual es su sorprendente giro final, en el que se optaba por crear el sustento para las masas a través de los decesos (en ese Soylent Green de su título original), lo cual era una muy acertada crítica al hecho de que cuando la humanidad haya explotado todos los recursos de nuestro planeta y no tenga con que alimentarse, ¿a que le echarán mano? Supongo que por aquello de dejar un margen de tiempo más extenso, la película de 1973 se ambienta en un hipotético (y ya pasado) 2022, si bien la novela sitúa el relato en las postrimeras de un 1999 que ya hemos dejado también atrás. En ambos casos, eso sí, resulta evidente la crítica sobre el crecimiento poblacional desenfrenado, y el abuso excesivo de los recursos que nos ofrece el planeta (aparte de su injusto reparto), hasta llegar a un punto con un nivel de sobrepoblación brutal, en el que escasean hasta lo más básico para mantener a una ingente masa humana cada vez más numerosa y con menos para subsistir.

La trama de la historia vendría a ser un procedimental clásico: el protagonista es Andy Rusch, un detective de policía de 30 años (si bien Charlton Heston tenía 50 años cuando lo interpretó en la película), que malvive en media habitación que comparte con el ingeniero jubilado Sol Roth (al que en la película encarnó el actor Edward G.Robinson, en el que sería su último papel en cine, falleciendo el mismo año del estreno del film) En una de sus jornadas laborales al detective Rush le encomendarán la resolución de un caso de asesinato de cierto personaje bastante importante en los negocios turbios que hay en una ciudad de Nueva York poblada por 35 millones de habitantes. Andy se verá en la obligación de intentar dilucidar la verdad, lo que llevará a descubrir las siempre injustas diferencias sociales entre los poderosos y la población llana, que en la (relativa) adaptación al cine se llevan al extremo con el sorprendente giro final antes citado, pero que no está presente en la obra literaria (aunque ambas coinciden en su tono descorazonador)

Pese a desarrollos bastante diferentes (aún partiendo del mismo material) es justo reconocer los méritos tanto de la novela como de la película, que adelantaban conceptos tan básicos hoy en día como el exceso de población y la falta de recursos del planeta para sustentarla, siendo el final de los más básicos (agua, alimento) lo que pondrá a la humanidad en la encrucijada. Asimismo también toca temas tan presentes como la corrupción entre los gobernantes, las diferencias sociales e incluso el cambio climático (lógicamente no con ese término, pero queda claro que la funesta acción del hombre ha llevado a la Tierra a una situación insostenible) Quizás se notan, tanto el libro como la película, deudores del momento en que vieron la luz en ciertos detalles bastante habituales en la sociedad de aquel momento, pero que en el momento actual pueden sonar algo desfasados (como ciertos conceptos religiosos o relativos al aborto) Pero en ambos casos sugieren un futuro distópico que aunque sobre el papel (1999) y en imágenes (2022) ya lo hayamos superado en fechas, no resulta inverosímil a tenor de como la humanidad está abusando de los recursos de nuestro planeta... ¿hasta cuando?

CALIFICACIÓN: Buena (4/5)

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