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domingo, 13 de octubre de 2024

ELEMENTAL DOCTOR FREUD de Nicholas Meyer (novela) y Herbert Ross (película), el más popular pastiche de SHERLOCK HOLMES

Hace poco reseñé El ángel de la música, un pastiche de Sherlock Holmes escrito por Nicholas Meyer, del que yo no sabía que había escrito más aparte del popular Elemental doctor Freud. Lo que pasa que el citado no lo había leído nunca, ni me acordaba de haber visto la adaptación en película de 1976 dirigida por Herbert Ross. Pero para mi satisfacción, aunque en el catálogo de las bibliotecas de Barcelona (al que yo recurro más a menudo) no estaba, en el catálogo de las bibliotecas de Cataluña SI por lo que lo solicité y me lo he leído en la edición de 1987 cuya portada encabeza este post. Eso lo quise completar con el visionado de la película "homónima" (relativamente, luego lo explico), pero aunque me costó un poco de encontrarla, conseguí una copia en versión original subtitulada.

Entrando en materia vamos al título de esta obra: el original es The seven-per-cent solution (La solución al siete por ciento), que se editó en origen en 1974. El mismo hace referencia al porcentaje de cocaína que se inoculaba Sherlock Holmes según los relatos de su amigo el doctor Watson, y dicho título se respetó en su adaptación fílmica que se estrenó en 1976 (en España se cambió por el de Elemental Doctor Freud, con el que luego también se quedó la novela), cuyo guion corrió a cargo del propio autor literario (Nicholas Meyer), logrando aquella temporada estar nominado al Oscar a mejor guion adaptado (la película consiguió otra nominación a mejor vestuario)

En cuanto a la novela tengo que admitir que me ha resultado una lectura apasionante, pese a que varía un hecho sustancial del personaje, que es dejarlo sin némesis con la que enfrentarse (por lo que el propio Watson admite que los relatos de la muerte y el posterior retorno de Holmes son totalmente inventados) No es que no exista el profesor Moriarty, pero todo lo que le achaca el popular detective para justificar que sea un genio criminal, cuando en verdad no es así, se justifica como alucinaciones debidas a su adicción a la cocaína (y no digo más para no desvelar spoilers), lo cual sirve para desmitificar y humanizar al detective más famoso de Baker Street.

El film es una adaptación bastante fidedigna de la novela de Nicholas Meyer, si bien hay detalles que varían y se pueden detectar de manera fácil si se tiene reciente la lectura de la obra original. Los mismos no son obstáculo para que la cinta de 1976 sea recomendable y bastante estimable para los fans del detective, con un acertado reparto donde destacan Nicol Williamson como Holmes (dándole el ajustado toque de vulnerabilidad que precisa el guion), Robert Duvall como Watson, Alan Arkin como Sigmund Freud y Laurence Olivier como Moriarty (permitiéndose la cinta un lazo aún más estrecho con el pasado de Holmes que no spoilearé, pero que me pareció quizás rizar demasiado el rizo)

Que este sea el pastiche más popular del detective de Baker Street supongo que será por la rápida adaptación que tuvo en película; a partir de ahí proliferaron más toda clase de pastiches, si bien ninguno consiguió una dupla similar de novela y película. De esa misma década destacaría dos magníficos films que descubrí en mi infancia como Asesinato por decreto, donde Holmes persigue a Jack el destripador, o Los pasajeros del tiempo, película del autor de esta novela donde un H.G.Wells que en cierto momento dice ser Sherlock Holmes también persigue con la máquina del tiempo hasta nuestros días (1979, el año en que se estrenó dicho film) a Jack el destripador.

CALIFICACIÓN: Buena (4/5) tanto la novela como la película.

sábado, 14 de septiembre de 2024

EL ÁNGEL DE LA MÚSICA de Nicholas Meyer, el entretenido crossover entre SHERLOCK HOLMES y EL FANTASMA DE LA ÓPERA

De las buenas gentes de internet en ocasiones te enteras de cosas que, de otra manera, me hubieran pasado desapercibidas: yo estaba en la creencia que Nicholas Meyer había escrito el popular pastiche Elemental doctor Freud (The Seven-per-cent solution), que luego él mismo se encargó de adaptar para su traslación en película en 1976, pero ignoraba que hubiera escrito más obras sobre el popular detective del 221-B de Baker Street, hasta que en el bastante recomendable blog Novedades Sherlock Holmes me enteré de que han sido varias, aunque no todas han sido traducidas al español, ni son fáciles de encontrar.
 
Entre las que sí se citaba El ángel de la música y cual fue mi sorpresa al encontrarla en el catálogo de las bibliotecas al que siempre recurro, en la edición que sacó Ediciones B en 1996 (de una obra que en origen vio la luz en 1993 como The canary trainer) y a la que corresponde la portada que acompaña a estas líneas, si bien hay una reedición posterior de 1999 con una cubierta diferente
 
Ambientada en los "años oscuros" de este personaje (aquellos en los que fingió su muerte tras combatir con el Profesor Moriarty en las cataratas de Reichenbach, tal como se narró en el relato canónico El problema final), esta obra vendría a unirse a un sinfín de pastiches holmesianos, donde el emblemático detective ha vivido innumerables aventuras y encuentros con personas (reales) o personajes (ficticios) coetáneos a su época, como ocurre aquí con la también clásica obra de Gaston Leroux, El fantasma de la ópera. La presente novela nos sitúa en el París de 1891, donde Sherlock Holmes descubre los placeres del anonimato (ahora que todo el mundo lo da por muerto) bajo el seudónimo de Henrik Sigerson. Tras lograr entrar como violinista en el fantástico edificio de la Opera de la capital francesa, pronto será conocedor de los misteriosos hechos que se suceden en el mismo, atribuidos a una figura entre sombras denominada el Fantasma, lo que llevará a Holmes, debido a ciertas circunstancias, a verse inmerso en intentar aclarar el misterio.

Admito que no conocía la labor de Meyer como autor, por más que como guionista y director si haya visto cosas suyas como varias entregas de la franquicia cinematográfica Star Trek (cuando estaba protagonizada por la tripulación de la serie de televisión clásica) o mi muy estimada Los pasajeros del tiempo (Time after time), donde H.G.Wells (Malcolm McDowell) inventaba una máquina del tiempo que le llevaba de la época victoriana a un (por entonces) actual 1979 donde perseguía a Jack el destripador (David Warner). En referente a la presente novela tengo que admitir que me ha parecido bastante entretenida, realizando una acertada fusión entre la obra de Gaston Leroux (que incluso tiene un personaje en este libro dedicado a él como homenaje) y el mítico detective de Baker Street, aquí con la sorpresa de cierto inesperado cameo del canon holmesiano, que será quien al final aboque al protagonista a la acción.
 
CALIFICACIÓN: Entretenido (3/5)