Mucha polémica ha levantado en los últimos tiempos la violencia descarnada de películas como Hostel o su secuela de reciente estreno. ¿Son un catálogo de salvajadas sin sentido? ¿Provocan la insensibilización del espectador, que luego ya no se sorprenderá ante nada? En una entrevista a Los Angeles Times el célebre Stephen King ha declarado lo siguiente:
Desde luego. Me siento bastante incómodo con el próximo filme de Elisha Cuthbert, Captivity. Hay un filme de explotación sobre Dennis Rader, el "BTK Killer", que yo no quiero ver. Me dan escalofríos de sólo pensarlo. Es casi como explotar el asesinato por el sólo gusto del asesinato. Yo entiendo la porno-tortura. Es una buena frase. Pero yo puedo discutir contigo que hay una delgada línea… Hay algo en Hostel 2 que no es porno-tortura, hay algo interesante allí en sus premisas artísticas. Sí, claro, esto te hace sentir muy incómodo, pero el buen arte siempre incomoda.
Yo podría decir que hay una línea, aunque generalizar es arduo —y cuando se generaliza, uno corre el peligro de tomar el camino de la censura, lo que es malo—, pero si tú tienes una película donde una chica es cortada por la mitad, como en Hostel 2, y aquí está el asunto, uno no quiere que eso le pase. Uno debe saber quién es ella, y su personaje está bien dibujado, es solitaria, no sabe cómo hacer amigos y termina en una situación en la que va a ser asesinada por alguien que paga para hacerlo. Pero tú no quieres que eso le pase.
Pero si tú (en tu película) nos colocas en la situación de querer ver a esa chica cortada por la mitad, eso te pone en la misma situación de cualquier psicópata suelto, cruzando los Estados Unidos, en una carrera de asesinatos. Y eso, en mi opinión, es inmoral. Yo no estoy tan interesado en el lado oscuro, sino en cómo la gente maneja ese lado oscuro.
Desde luego. Me siento bastante incómodo con el próximo filme de Elisha Cuthbert, Captivity. Hay un filme de explotación sobre Dennis Rader, el "BTK Killer", que yo no quiero ver. Me dan escalofríos de sólo pensarlo. Es casi como explotar el asesinato por el sólo gusto del asesinato. Yo entiendo la porno-tortura. Es una buena frase. Pero yo puedo discutir contigo que hay una delgada línea… Hay algo en Hostel 2 que no es porno-tortura, hay algo interesante allí en sus premisas artísticas. Sí, claro, esto te hace sentir muy incómodo, pero el buen arte siempre incomoda.
Yo podría decir que hay una línea, aunque generalizar es arduo —y cuando se generaliza, uno corre el peligro de tomar el camino de la censura, lo que es malo—, pero si tú tienes una película donde una chica es cortada por la mitad, como en Hostel 2, y aquí está el asunto, uno no quiere que eso le pase. Uno debe saber quién es ella, y su personaje está bien dibujado, es solitaria, no sabe cómo hacer amigos y termina en una situación en la que va a ser asesinada por alguien que paga para hacerlo. Pero tú no quieres que eso le pase.
Pero si tú (en tu película) nos colocas en la situación de querer ver a esa chica cortada por la mitad, eso te pone en la misma situación de cualquier psicópata suelto, cruzando los Estados Unidos, en una carrera de asesinatos. Y eso, en mi opinión, es inmoral. Yo no estoy tan interesado en el lado oscuro, sino en cómo la gente maneja ese lado oscuro.
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