He de reconocer que un título como “La interprete” me ha sorprendido gratamente, porque no esperaba encontrarme, a priori, el magnífico film que me encontré. Se trata de la nueva película de Sydney Pollack, quien no dirigía desde la fallida “Caprichos del destino” con Harrison Ford y Kristin Scott-Thomas.
La película narra como una interprete de la ONU (papel encarnado por Nicole Kidman) escucha una posible conspiración de intento de asesinato de un mandatario africano en un dialecto poco hablado. Al escuchar eso ella con el recinto vacío, no ve a las personas que lo dicen, pero estos si se aperciben de su presencia, con lo que ella pasa a ser también un objetivo de los misteriosos atacantes, por lo que para protegerla es designado un agente federal (papel interpretado por Sean Penn), el cual mostrará sus dudas acerca de la veracidad de lo que la interprete escuchó.
A partir de esta linea argumental, el film construye una historia de política-ficción excelentemente bien llevada, y rodada con un clasicismo como sólo un director ya veterano como Pollack le podía imprimir al conjunto (curiosamente, y recientemente, el mismo clasicismo a la hora de rodar fue uno de los factores de mi buena acogida a “Million Dollar Baby” de Clint Eastwood, lo cual demuestra que los directores con una manera de rodar más clásica aún tienen cabida en el Hollywood actual). Y con eso no quiero que nadie se lleve a engaños y piense que la película será lenta y aburrida, porque el guión acumula escenas de tensión excelentemente diseñadas (como lo que sucede en el autobús) y la historia en si no deja lugar al aburrimiento, con unos personajes muy bien definidos, y donde sin duda destaca el duelo interpretativo entre el dúo protagonista. Lo único que se le puede echar en cara es lo que sucede (10 minutos antes de acabar el film) en la habitación donde está el líder africano, que si bien argumentalmente es correcto, resulta poco creíble, aparte de que se deja llevar por caminos más tópicos.
En resumen, un film bastante por encima de la media, con un buen guión, una excelente dirección de actores por parte de Sydney Pollack y un dúo protagonista que brilla con luz propia.
CALIFICACIÓN: **** (buena)
LO MEJOR: Lo interesante del argumento, lo bien rodada que está por parte del director, lo entretenida que es o las excelentes interpretaciones del dúo protagonista. Además, que sea el primer film donde sale la ONU y rodado dentro del edificio de la ONU le da un aire de verosimilitud que beneficia (y mucho) a la historia que nos está contando el film.
LO PEOR: La bajada de nivel que tiene la historia 10 minutos antes de acabar, en lo que sucede en la habitación donde está el líder africano; correcto pero demasiado, demasiado tópico.
La película narra como una interprete de la ONU (papel encarnado por Nicole Kidman) escucha una posible conspiración de intento de asesinato de un mandatario africano en un dialecto poco hablado. Al escuchar eso ella con el recinto vacío, no ve a las personas que lo dicen, pero estos si se aperciben de su presencia, con lo que ella pasa a ser también un objetivo de los misteriosos atacantes, por lo que para protegerla es designado un agente federal (papel interpretado por Sean Penn), el cual mostrará sus dudas acerca de la veracidad de lo que la interprete escuchó.
A partir de esta linea argumental, el film construye una historia de política-ficción excelentemente bien llevada, y rodada con un clasicismo como sólo un director ya veterano como Pollack le podía imprimir al conjunto (curiosamente, y recientemente, el mismo clasicismo a la hora de rodar fue uno de los factores de mi buena acogida a “Million Dollar Baby” de Clint Eastwood, lo cual demuestra que los directores con una manera de rodar más clásica aún tienen cabida en el Hollywood actual). Y con eso no quiero que nadie se lleve a engaños y piense que la película será lenta y aburrida, porque el guión acumula escenas de tensión excelentemente diseñadas (como lo que sucede en el autobús) y la historia en si no deja lugar al aburrimiento, con unos personajes muy bien definidos, y donde sin duda destaca el duelo interpretativo entre el dúo protagonista. Lo único que se le puede echar en cara es lo que sucede (10 minutos antes de acabar el film) en la habitación donde está el líder africano, que si bien argumentalmente es correcto, resulta poco creíble, aparte de que se deja llevar por caminos más tópicos.
En resumen, un film bastante por encima de la media, con un buen guión, una excelente dirección de actores por parte de Sydney Pollack y un dúo protagonista que brilla con luz propia.
CALIFICACIÓN: **** (buena)
LO MEJOR: Lo interesante del argumento, lo bien rodada que está por parte del director, lo entretenida que es o las excelentes interpretaciones del dúo protagonista. Además, que sea el primer film donde sale la ONU y rodado dentro del edificio de la ONU le da un aire de verosimilitud que beneficia (y mucho) a la historia que nos está contando el film.
LO PEOR: La bajada de nivel que tiene la historia 10 minutos antes de acabar, en lo que sucede en la habitación donde está el líder africano; correcto pero demasiado, demasiado tópico.
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