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lunes, 18 de marzo de 2013

UNA BALA EN LA CABEZA con SYLVESTER STALLONE

FICHA TÉCNICA

Título: Una bala en la cabeza
Título original: Bullet to the Head
Dirección: Walter Hill
País: Estados Unidos
Año: 2012
Fecha de estreno: 22/03/2013
Duración: 92 min.
Género: Criminal, Thriller, Acción
Reparto: Sylvester Stallone, Sung Kang, Sarah Shahi, Adewale Akinnuoye-Agbaje, Jason Momoa, Christian Slater, Jon Seda, Holt McCallany, Brian Van Holt, Weronika Rosati
Guión: Alessandro Camon
Distribuidora: eOne
Productora: Dark Castle Entertainment, After Dark Films, Millar Gough Ink, IM Global, Automatik Entertainment, Silver Reel, EMJAG Productions

SINOPSIS 

Sylvester Stallone encarna a Jimmy Bobo, el mejor asesino a sueldo de Nueva Orleans. En todos estos años ejerciendo una de las profesiones más dura del mundo, Jimmy jamás había tenido problemas debido a su trabajo, hasta que él mismo, pasa a ser el objetivo de una poderosa organización criminal. Conociendo lo bueno que es el Sr. Bobo en su negocio prefieren ir sobre seguro y secuestrar a su hija.

El encargado de cometer el secuestro y acabar con Jimmy no es otro que Keegan (Jason Momoa), un fornido exmercenario dispuesto a matar a nuestro protagonista a cualquier precio. Pero Jimmy no tiene sólo enemigos, un policía de Washington -Taylor Kwon (Sung Kang)- se ofrecerá a ayudarle en el rescate de su hija.

Ambos comenzarán a investigar al más puro estilo asesino a sueldo para dar con el paradero de su hija. Mientras, Taylor intentará convencer a Jimmy de que se comporte de una manera más policial. Es decir, no asesinando indiscriminadamente a todo aquel que se interpone entre él y su hija.

CRÍTICA 

De nuevo en pantalla Stallone busca suerte en aquello que se le da mejor, que es el cine de acción. Lo que pasa que lejos del multicameo que son las dos entregas hasta la fecha de Los mercenarios, aquí el protagonista de míticos personajes como Rocky o Rambo encabeza él solo un reparto donde el otro rostro más conocido sería el Jason Momoa (el que iba a ser el nuevo Conan del fallido remake estrenado hace un par de temporadas) en un título que parece recordarnos al cine de acción de los 80, todo sea porque viene firmado por Walter Hill (autor de, entre otras, Límite 48 horas o Danko: calor rojo) con un guión basado en el comic Du plomb dans la tête, de Alexis «Matz» Nolent y Colin Wilson, que no he leído en el momento de escribir esta crítica (por este enlace ficha técnica de la edición española)

Cabe citar que este título sufrió un retraso de varios meses en su estreno, lo que le hizo debutar en la taquilla yanki poco después de El último desafio, el film con el que volvía al cine Arnold Schwarzenegger tras una década en asuntos políticos. Teniendo en cuenta que ambos actores fueron las estrellas indiscutibles del género de acción durante los años 80 y principios de los 90 es curioso que sus primeras películas "en solitario" (tras el "retorno" antes citado que fueron las dos entregas de Los mercenarios) se hayan saldado con dos fracasos en taquilla, ya que Una bala en la cabeza apenas llega a los 10 millones de dólares en terreno americano, mientras que El último desafio se ha tenido que conformar con poco más de 12. ¿Se ha cansado el público del tipo de películas que solían hacer estos actores? Uno podría pensar que si, por lo que una vez que ya comenté el film con Schwarzenegger (teneis mi crítica por este enlace) ahora le toca el turno al film con Stallone.

De cara a ampliar su público potencial Sung Kang tiene en su haber un papel (compañero de fatigas del protagonista) que en inicio iba a ir para Thomas Jane (visto en la segunda adaptación del comic Punisher a la gran pantalla) lo cual actúa a favor y en contra del resultado final, porque por un lado otorga el control total de la función a Stallone pero por otro se echa de menos esa química que en su día tuvieron por ejemplo Mel Gibson y Danny Glover en la saga Arma Letal, y que aqui queda coja (pese a los múltiples intentos para lograrla) por la citada falta de carisma del actor de origen surcoreano, quedando todo el peso de la empatía con el espectador en manos del veterano Stallone (de hecho ejerce como mejor contrapunto de nuestro protagonista el villano encarnado por Jason Momoa que su supuesto colega en esta especie de homenaje a las buddy movies de los 80)

Por lo demás no se puede añadir mucho que no se haya dicho ya, porque en apenas 92 minutos de duración asistimos a todos los tópicos, clichés y similitudes que este tipo de cine propició (y de las que abusó) hace tres décadas: por citar tan solo un ejemplo, ¿cuantas veces no hemos visto al héroe de turno buscar venganza contra aquellos que mataron a su amigo, compañero, familiar o lo que proceda en cada caso?  Y eso citando detalles del guión, porque con la labor retro de Walter Hill como director, parece en todo momento que estemos ante un film de aquellos años si no fuera por los detalles de los móviles y el USB (lo único contemporáneo en la historia)

Ya sé que esta película actua más bien como homenaje al cine de aquellos años, pero si ya el mismo fue parodiado por Schwarzenegger en la infravalorada El último gran héroe hace ya 20 años, aqui Walter Hill nos ofrece un espectáculo que si bien no desentona con lo que uno espera (casí parece que hayamos viajado al pasado, incluso en la manera en que está rodada), si decepciona respecto a lo que uno desea (¿más de lo mismo... OTRA VEZ?) Menos mal que el caracter socarrón del protagonista Bobo (¡manda narices también el nombre que tiene!) al que da vida Stallone, y la buena forma física del actor (en clara edad de jubilación si viviera en España) consiguen hacer visible este film de rápido consumo y aún más veloz olvido.

LO MEJOR: Sylvester Stallone y Jason Momoa, cuyo duelo final con hachas de bombero es de lo mejor de este título, y cuya química como enemigos funciona muy bien (mejor que la que tendría que tener Sly con su compañero de aventuras)

LO PEOR: Lo que cuenta y como lo cuenta uno lo ha visto no una vez sino un ciento en películas del propio Stallone o de Van Damme, Norris, Willis o Schwarzenegger por lo que eso conlleva a estas alturas que todo funcione sincronizado y sin sorpresas de ningún tipo. Predecible desde el minuto 1.