lunes, 20 de noviembre de 2006

Relato: UNIVERSO MARVEL SIMIO (con ilustraciones a cargo de Mike Wieringo)

PRÓLOGO

Aprovechando que en la web de Mike Wieringo he visto su particular versión en simio de Daredevil y Bullseye, aprovecho ambas imágenes para decorar un relato que escribí hace un tiempo y que rescato para aquellos que en su momento no lo vieran.

UNIVERSO MARVEL SIMIO

EPISODIO 1 (de 2)


Reed Richards se encontraba trabajando en uno de sus múltiples experimentos. En esta ocasión se trataba de un puente interdimensional que le permitiría comunicarse con universos paralelos, ya que estaba buscando divergencias en las líneas espacio-temporales, cosa que a él siempre le había llamado la atención. Partiendo de que la realidad donde él vivía era la 616, había descubierto otras, pero aún había gran cantidad por descubrir.

Richards había construido un visor temporal en el que podía ver algunos (que no todos) de esos mundos paralelos. Si bien la mayoría se basaban en los mismos conceptos que ya existían en el universo 616, había sonadas variaciones, como un universo cercano donde Richards vio que todos los habitantes eran muertos vivientes. Pero por una razón indeterminada, los universos más lejanos (a partir del 850) le eran muy difíciles de sintonizar con su aparato. Entonces fue cuando se le ocurrió crear un vínculo entre el visor temporal y la puerta que comunicaba con la Zona Negativa.

Tras la conexión, el visor temporal empezó a emitir un brillo bastante fuerte, obligando a Reed a taparse los ojos con la mano ante el fulgor repentino del aparato. Reed sintonizó el mando a distancia que tenía del visor en el universo 869, para que si funcionaba, a partir de ahí intentar sintonizar con los universos más lejanos.

Pero algo pasó. De pronto el brillo se hizo más y más intenso, hasta que Reed tuvo que cerrar los ojos por completo. Sorprendido por la reacción que había tenido el aparato, Mr.Fantástico no pudo volver a abrir los ojos hasta al cabo de unos minutos, y cuando los abrió se encontró sorprendido ante lo que estaba viendo.

Se encontraba en su mismo laboratorio, pero ahora había cambiado sustancialmente. Estaba todo lleno de plantas, como si se hubiera transformado todo en una jungla en apenas unos instantes. No le fue difícil deducir lo ocurrido. Se había producido un agujero de gusano entre los universos 616 (donde él estaba), el 869 (donde estaba ahora) y el puente de unión entre ambos que había hecho Reed con el portal hacia la Zona Negativa. La potencia de ese agujero de gusano lo había absorbido, transportándolo a la fuerza hacía el universo que él había puesto como destino. La cuestión es que si un simple visor de universos se había convertido en un transportador... ¿cómo lo haría él ahora para volver a su universo de origen? Reed tenía en su mano sólo el mando a distancia del visor, ya que éste se había quedado en el universo 616 de donde él provenía.

De repente un gigantesco orangután de piedra se acercó a donde él estaba. A su lado vio a un joven chimpancé que de repente estalló en llamas. Detrás había una pareja de simios. A Reed no le costó mucho deducir lo que significaba aquello:

- ¡Dios Mío, sois los Cuatro Fantásticos!

- Efectivamente, ¿y se puede saber quien eres tú? –dijo el gigantesco orangután tallado en piedra- Contesta algo que me guste porque sino empezará la hora de las tortas.

- Me llamo Reed Richards. Soy Mr.Fantástico en el universo 616

- Eso es imposible –dijo el simio- Yo soy Mr.Fantástico.

- No, no, a ver, escucharme. Yo pertenezco a un universo donde los superhéroes somos seres humanos. En este mundo parece que lo que ha ocurrido es que los que evolucionaron fueron los simios, pero eso no ha importado para que surgieran los mismos personajes superpoderosos que hay en mi mundo. De donde yo vengo también existen los Cuatro Fantásticos.

El Reed Richards simio dudó, pero al final contestó:

- No existen universos paralelos. No hay más realidad que esta. De todas maneras, si te concedo el beneficio de la duda, porque es verdad que hay hechos asombrosos, como los que nos concedieron habilidades especiales a nosotros y a nuestros otros compañeros. Pero te quedarás aquí para que te investiguemos, porque eres un humano evolucionado y con superpoderes, y eso si que no lo había visto nunca.

- ¿No existen seres humanos aquí?

- Si, acompáñame y te lo mostraré.

Reed Richards se fue con los Cuatro Fantásticos simios. La Cosa simia no dejaba de mirarlo con cara de muy malas pulgas, pero Reed se concentró en las explicaciones que le daba el simio Reed.

Parece ser que lo que había ocurrido era que, por un cambio en la teoría de la evolución, habían sido los simios y demás primates los que habían evolucionado, mientras que los seres humanos habían quedado en un estado semianimal. Los simios habían evolucionado creando una sociedad muy parecida a la que Reed conocía de su universo, pero había ciertos conceptos que, o bien no conocían, o bien no se habían desarrollado. Así, por ejemplo, los simios no creían que hubiera más realidad que la que ellos conocían (aunque había algunos como Reed Richards, Hank Pym o Stephen Extraño que buscaban respuestas a ciertos hechos extraordinarios que habían pasado). Eso sí, conceptos como los de la energía eléctrica, la solar o la radioactiva si habían evolucionado hasta donde Richards conocía (lo cual era lógico si, como él pensaba, en ese universo también existían las versiones en simio de los mismos héroes que él conocía).

A Reed le sorprendió saber que en ese universo no sabían nada de cosas como la Zona Negativa o cualquier otra cosa que ellos no hubieran visto. Por lo demás el mundo parecía idéntico al que había dejado atrás:

- Me gustaría conocer más cosas de este mundo.

- Eres muy curioso Reed humano, pero me gustaría saber que pretendes, porque me parece muy poco creíble tu historia. No existen otros mundos.

- ¿Entonces que os pasó a vosotros para convertiros en los Cuatro Fantásticos?

- Fuimos castigados por el Gran Dios Simio.

- ¿Cómo?

- Estaba yo intentando demostrar lo que tú dices, que existen otros mundos. Yo pensaba como tú, y pensaba que había descubierto una puerta a uno de esos mundos. Me llevé conmigo a mi novia, a su hermano y a mi amigo Ben Grimm.

- ¿Y...?

- No existe nada más que esto. El experimento explotó. Pensaron que habíamos muerto pero sólo quedamos... cambiados. Para siempre. Desde entonces he intentado buscar una curación para nuestra diferencia, pero no la he encontrado.

- ¿Pero porqué decías lo del Gran Dios Simio?

- Creemos en una divinidad que nos creó, y que nos hizo evolucionar por encima de los humanos. Esa divinidad nos castigó por nuestra osadía, haciéndonos los que somos. Y nuestra afrenta creó al resto.

- ¿Qué quieres decir?

- Spider-Ape, Hulk, Iron-Ape, Daredevil,...

- ¿Todos ellos existen aquí?

- Sí.

- ¿Y los conoces a todos? ¿Incluso sus identidades secretas?

- ¿Identidades secretas?

- Claro, donde yo vivo existe por ejemplo un Spiderman que es un ser humano que mantiene en secreto su identidad bajo la máscara, para que así sus enemigos no ataquen a sus seres queridos.

- Somos simios. Una máscara no serviría de nada, ya que para nosotros el olfato es una pieza fundamental y nos permite encontrarnos y distinguirnos. Aparte de que con todo el pelo que tenemos, sólo faltaría ir cubiertos por un disfraz que nos tapara todo el cuerpo. Los superhéroes son aquí personajes públicos.

- ¿Cuántos hay? ¿Qué les pasó? ¿Cómo viven?...

- ¡Ep, ep! Eso son muchas preguntas. Brevemente: Peter Parker era un mono del montón, pero le picó una araña radioactiva que le dio poderes arácnidos. Por así decirlo se transformó en un simio-araña. Sus padres murieron en una explosión, y él vive en la mansión de los Vengadores junto con sus tíos y su esposa e hija, que heredó los poderes del padre y es la Mona-Araña.

- ¿Los Vengadores?

- Sólo existen dos grupos de superhéroes, los Cuatro Fantásticos y los Vengadores. Ambos grupos combatimos a los malvados.

- ¿Y quien forma los Vengadores?

- Actualmente Spider-Ape (Peter Parker), Iron-Ape (Tony Stark), el Capitán Simio (Steve Rogers), Hulk (Bruce Banner), el Mono-Hormiga (Hank Pym), el Doctor Stephen Extraño y Daredevil (Matt Murdock). Ha habido otros, pero ahora... no estan.

- ¿Han muerto?

- No estan. De eso no quiero hablar más.

El Reed simio le contó al Reed humano la historia de todos los superhéroes. Todos tenían identidades públicas, pero debido a los accidentes que les habían otorgado poderes especiales, se dedicaban a luchar para mantener la ley y el orden, generalmente alterado por un grupo de villanos llamado el Sindicato Siniestro, formado por las versiones simias del Duende Verde, el Duende, el Doctor Muerte, el Doctor Octopus, Cráneo Rojo, el Hombre Púrpura y unos cuantos más.

En ese momento Reed notó que había algunos a los que había echado en falta: los mutantes. ¿Acaso no existía en ese universo las versiones simias de Lobezno, el Profesor Xavier, Tormenta y el resto de los X-Men? Le preguntó al Reed simio sobre ello:

- Las aberraciones.

- ¿Aberraciones?

- Si todos los héroes y villanos que existimos vimos como nacieron nuestros poderes por culpa de accidentes de diferente índole, ¿cómo vamos a tolerar que nos digan que algunos nacen con estos poderes de nacimiento? Eso es intolerable e inaceptable. Tanto héroes como villanos estamos en guerra con ellos.

- Ya lo entiendo, por eso hay algunos héroes que ya no estan. Se refería a que murieron luchando con los mutantes.

- Algunas de esas aberraciones tienen poderes increíbles. Daredevil vio morir a Elektra a manos del mutante llamado Lobezno, que también mató delante de mis propios ojos a mi amigo Pantera Negra. Lobezno es el peor de todos.

- Pero de donde yo vengo los mutantes son perseguidos aunque son héroes que ayudan cuando...

- Aquí no. Estos tienen habilidades especiales, pero ninguno ha evolucionado racionalmente. Se comportan como animales, y viven como tales a las afueras de la ciudad. Pero son carnívoros y asesinos, y cada vez hay más. Por eso los héroes que quedamos nos hemos juntado en estos dos grupos (tres cuando el Sindicato Siniestro se digna ayudarnos) para intentar sobrevivir el máximo de tiempo que podamos.

- Entonces, ¿todos los demás héroes han muerto?

- Todos. Los que le he citado antes son los únicos que quedan. Temo que como esto continúe así será la extinción del simio racional. Sólo espero que actúe el veneno...

- ¿Qué veneno?

- He creado una enzima que se transmite por el aire. Ataca al cerebro de los simios sin desarrollar. Es una opción peligrosa, porque lógicamente mataremos también a toda una generación de bebés recién nacidos. Pero si la existencia de nuestro mundo peligra, estoy dispuesto a hacerlo.

- ¡Pero eso sería una masacre!

- ¿Se te ocurre algo mejor?

- Puede que sí...

UNIVERSO MARVEL SIMIO

EPISODIO 2 (de 2)


Reed Richards estaba en el universo 869. Haciendo pruebas en su laboratorio había abierto una brecha interdimensional que le había trasladado a ese mundo, donde los que habían evolucionado eran los simios, pero todo lo demás era igual, habiendo versiones simias de los superhéroes más famosos.

El problema radicaba que la evolución había dado inteligencia a los simios-superhéroes (y a los que no lo eran), pero no así a las versiones simias de los mutantes de la Patrulla X, convirtiéndolos en unas bestias asesinas que además se aprovechaban de sus poderes para causar más daño.

Los Cuatro Fantásticos simios mostraron a Reed Richards el resultado de esa guerra que mantenían los dos grupos, y donde ya había habido las suficientes bajas como para que los simios superhéroes temieran por su futuro. Por ello la versión de Reed Richards en ese universo había creado un virus que mataría a todos aquellos simios no evolucionados... lo cual eliminaría también a toda una generación de los pequeños monos recién nacidos, que aunque luego se comportarían como los adultos (es decir, con raciocinio) al nacer eran tan poco evolucionados como los monos que el humano Reed Richards conocía de su universo.

- Yo tengo una posible solución. Ese virus podía ser manipulado para que sólo afectase a los simios con el gen mutante en sus venas. Para eso necesitaría sangre o fibras de algún simio mutante, ya que de ahí puedo extraer el material necesario para crear la variante del virus –dijo el Reed Richards humano a su versión en simio.

- Esas aberraciones cuando son atrapadas, las sacrificamos y las quemamos. No tenemos nada de eso. –dijo el simio Richards.

- Pues es la única solución que veo yo. Habrá, entonces, que capturar a uno. –dijo el Reed humano.

- Eso es ponernos en un riesgo innecesario. –dijo la simia Sue.

- Yo lo haré, pero necesitaré la ayuda del Chimpancé Antorcha y de Spider-Ape. –dijo el Reed Richards humano.

Aceptaron a regañadientes, pero cuando les explicó el plan que tenía previsto, se confiaron un poco más. Esa noche durmieron poco, levantándose justo al alba. Salieron los tres en el Fantastic Car. Durante el viaje hacía las afueras de la ciudad, Reed Richards se asombró de todo lo que veía.

La evolución había sido casi tan completa como en su universo de origen. Las ciudades eran tal y como uno de las podía imaginar, con sus rascacielos, sus carreteras, sus vehículos,... La única diferencia eran los altísimos muros que cubrían la ciudad, mostrando el panorama desolado que se escondía tras aquellas murallas, y que era adonde se dirigían. A la caza de un mutante...

Durante un rato guardaron silencio, como si la gran importancia de la misión que tenían entre manos fuese tal peso para ellos que les impidiese articular palabra alguna. De repente el Chimpancé Johnny Storm anunció que habían llegado a su destino. Se trataba de una cumbre rocosa, en la base de la cual se veían varias cuevas. Johnny dijo que allí era donde vivían los simios mutantes.

Tras un aterrizaje lo más silencioso posible, los tres héroes (los dos monos y el humano) bajaron hacía la primera de las grutas y se introdujeron dentro. Johnny incendió su cola para que les sirviera de luz en la oscuridad. No se oía ningún ruido, lo cual no ayudaba a dar tranquilidad al pequeño grupo. Un golpeteo como de metal empezó a escucharse al final del pasillo de roca que estaban recorriendo, hasta que llegaron al borde del mismo y pudieron ver lo que lo ocasionaba.

Como si se tratara de robots sin voluntad propia, los simios-mutantes estaban construyendo una estructura que enseguida identificó Reed Richards como una versión prehistórica de Cerebro, el aparato que tenía el Profesor Charles Xavier, líder de la Patrulla-X en su universo. Quien los dirigía era un misterioso individuo que estaba entre sombras, pero al que los simios reverenciaban como si se tratara de un dios.

- Ese de ahí es quien los dirige –dijo Spider-Ape- Cacémosle a él.

En ese momento un rugido surgido de la nada hizo girarse a los tres héroes. Sin mediar palabra, un gorila de pequeño tamaño pero gesto salvaje se había lanzado al ataque contra ellos, desenvainando las garras de adamantium que cubrían sus peludas manos.

- ¡¡¡Es Lobezno!!! –gritó el Chimpancé Antorcha, lanzándole un rayo de fuego. Éste impactó contra él, quemándole, pero al instante empezó a regenerarse. Lo que pasa que el follón había hecho que los demás se percataran de su presencia, y enseguida todos los mutantes salieron contra ellos.

Spider-Ape lanzó una telaraña contra el techo de la gruta y agarrando a los otros dos compañeros de viaje, se lanzó contra el misterioso individuo que parecía controlarlos. Al llegar a la base donde estaba lo cubrió de telaraña antes de que pudiera escapar, mientras que el Chimpancé-Antorcha lanzaba rayos de fuego contra el Cerebro en construcción, destruyéndolo. Por su parte Reed utilizaba la elasticidad de su cuerpo para contener, en la medida de lo posible, el ataque de los primeros mutantes que llegaba a donde estaban ellos:

- ¡Tenemos que salir de aquí y el camino por donde hemos entrado está lleno de mutantes! –dijo el Chimpancé-Antorcha un momento antes de ser congelado por un simio que se dirigía hasta ellos deslizándose por un tobogán de hielo. No le fue difícil a Reed Richards discernir que se trataba de la versión del Hombre de Hielo de ese universo de simios. De pronto el Juggernautt orangután atacó a Spider-Ape, dejándolo tendido y aparentemente muerto contra el suelo.

Reed Richards, pensando que había llegado su hora, se sorprendió cuando escuchó al líder de los mutantes decir:

- Quietos, no lo toquéis.

Los simios mutantes obedecieron, retirándose ordenadamente. Reed Richards se giró, encontrándose con un rostro conocido pero al que nunca hubiera pensado en ver en esas circunstancias:

- ¿¡Kraven?!

- Sí.

- Pero... ¡eres humano!

- Efectivamente, lo soy.

- Pero, ¿porqué haces esto?

- Existe una raza humana que está evolucionando, pero la tiranía de los simios no nos deja desarrollarnos. Yo nací con el poder mutante de controlar a las bestias inferiores, y cuando me di cuenta del mismo pensé que podía usarlo para acabar con los simios superhéroes, porque una vez que hubiera acabado con ellos, los humanos podrían evolucionar. Por eso soy el líder de estos bichos. Ellos me estan ayudando para que el ser humano pueda tomar el mando de este planeta.

Kraven explicó a Reed toda la problemática de la raza humana, así como la versión de los hechos que no le había dado su homónimo simio. Tras ello Reed se dio cuenta de que la mejor opción era no inmiscuirse, ya que si por un lado la evolución simia le parecía curiosa y digna de estudio, la posibilidad de una evolución humana que le planteó Kraven también le pareció digna de mención. Pero, ¿cómo volver a su universo? Reed apretó el botón del mando a distancia del visor con el que había empezado ese viaje.

De pronto un agujero de gusano se formó en el techo de la gruta. Una fortísima corriente de aire empujó a Reed hacía el agujero, mientras que no parecía afectar para nada al resto de cosas y personas que había a su alrededor. Esa corriente transportó a Reed Richards de nuevo a su universo, encontrándose otra vez en el laboratorio donde había empezado todo.

Había acabado ese viaje al Universo Marvel Simio, pero Reed tomó buena nota de todo lo acontecido. Igual dentro de un tiempo volvería para ver como iban las cosas.

Más posters para ERAGON




domingo, 19 de noviembre de 2006

Crítica de cine: EL ILUSIONISTA

FICHA TÉCNICA

Titulo Original: The Illusionist

Director: Neil Burger

País: USA

Año: 2006

Duración: 110 min.

Género: Drama

Interpretación: Edward Norton (Eisenheim), Paul Giamatti (Inspector Uhl), Jessica Biel (Sophie von Teschen), Rufus Sewell (Príncipe Leopold), Eddie Marsan (Josef Fischer), Jake Wood (Jurka), Tom Fisher (Wiligut), Karl Johnson (Doctor).

Guión: Neil Burger. Basado en el relato "Eisenheim: The illusionist" de Steven Millhauser.

Producción: Michael London, Brian Koppelman, David Levien, Bob Yari y Cathy Schulman

Música: Philip Glass

Fotografía: Dick Pope

Montaje: Naomi Geraghty

Diseño de producción: Ondrej Nekvasil

Vestuario: Ngila Dickson

SINOPSIS

Cuando Eisenheim (Edward Norton) comienza a actuar con su asombroso espectáculo de ilusionista en Viena, pronto corre la voz sobre sus poderes sobrenaturales… llegando a los oídos de uno de los hombres más poderosos y pragmáticos de Europa, el príncipe heredero Leopold (Rufus Sewell). Convencido de que el mago no es más que un experto impostor, Leopold asiste a uno de los espectáculos de Eisenheim, con intención de desacreditarle durante su actuación. Pero cuando la bella prometida del príncipe, Sophie von Teschen (Jessica Biel), aparece, Eisenheim y Sophie se reconocen de la infancia y un amor latente es reavivado. Con Eisenheim y Leopold luchando por el afecto de Sophie, pronto se hará evidente que ambos están dispuestos a no poner límites para reivindicar y mantener su amor. El amor clandestino continúa y el inspector de policía Uhl (Paul Giamatti) tiene como misión, por órdenes de Leopold, de desenmascarar a Eisenheim, por lo que intensifica sus esfuerzos a pesar de que el mago sigue cosechando grandes éxitos entre su público. Mientras que Uhl insiste tenazmente en descubrir los trucos de este hombre, Eisenheim prepara su número más ambicioso.

CRÍTICA

El cine es magia. Cuando vamos al cine lo que queremos es (al igual que nuestros antepasados en los teatros) ser sorprendidos y entretenidos. Ese espíritu es el que rodea a este magnífico film, toda una sorpresa dentro del actual panorama cinematográfico. Dotado de una ambientación y un vestuario exquisito (algo propio si tenemos en cuenta de que es una película de época, pero que aqui resulta especialmente remarcable) la película destaca además por una banda sonora magnífica a cargo de Philip Glass.

Pero todo eso (vestuario, ambientación, música) son detalles secundarios si el resto no funciona... y aqui he de decir que funciona perfectamente. La historia de amor resulta en todo momento creible y sincera, por más que no deja de ser el típico triángulo amoroso visto ya en infinidad de ocasiones. Probablemente el éxito del asunto está en los actores: Edward Norton (dotando de un gran misterio a su personaje en todo momento), Jessica Biel (demostrando que puede ser buena actriz tras su participación en el remake de "La Matanza de Texas"), Rufus Sewell (experto ya en ser villano de época tras ejercer esa misma función en "La leyenda del Zorro") y Paul Giamatti (cuyo inspector Uhl vendría a ser el narrador de la historia y casi, casi desde el punto de vista desde el que se explica el argumento del film).

Respecto a los trucos de magia, es totalmente claro que en algunos de ellos se han empleado efectos digitales, pero aún así el mérito del asunto está en que todos ellos estan basados en los que se realizaban en aquella época, lo cual te deja tan anónadado viéndolos en pantalla como debieron estar los espectadores que vieron algo más o menos parecido a finales de siglo XIX (citar por ejemplo la recreación de los espíritus o el truco inicial con el naranjo).

Por su parte el argumento guarda un giro realmente trágico, que forzará las situaciones que vengan a raiz del mismo, pero con una sorpresa final cuando (al creer que no habría lugar para el final feliz) este se produce en un nuevo giro argumental con sorpresa final incluida que me recordó a los finales de los films de M.Night Shyamalan, donde mediante flashbacks se nos explica la verdadera naturaleza de unos hechos que nosotros creiamos que habian sucedido de una manera y que han sido totalmente diferentes. Y dicho final, como mérito al personaje encarnado por Edward Norton, nos demuestra la verdadera magia, ya que nos han engañado durante casi toda la historia... que es a fin de cuentas lo que siempre ha de conseguir un buen mago, engañar al público para hacerle creer lo que él quiere que crean. Y conmigo he de reconocer que lo consiguieron, con lo cual ese mérito que tienen los creadores de la película.

CALIFICACIÓN: **** (Buena) 8,5/10

LO MEJOR: Los actores, la ambientación, el vestuario, la banda sonora y la entretenidísima historia.

LO PEOR: Le falta algo (no sabría decir el qué) para ser una película totalmente redonda... aunque ya digo que poco le falta para serlo.

Relato: WHAT IF BAD SPIDERMAN

- Pase por aquí.

El guardia le indicó a Matt Murdock el camino hacia las celdas. De todas maneras, aunque Matt Murdock era ciego, sus sentidos aumentados le hubieran hecho encontrar el camino sin demasiados problemas, de todas las veces que había tenido que ir a esas celdas a entrevistar a acusados a los que tenía que defender. Cuando llegaron frente a la puerta número 12 el guardia abrió la puerta y le hizo entrar.

La celda donde entró Matt era grande, y estaba dividida en dos partes, una (donde estaba él) tenía una silla para que se sentara una persona. En medio de la estancia había un gran cristal que separaba un lado de la habitación del otro. Pese a que el cristal de seguridad era bastante ancho, Matt pudo notar los latidos de la persona que estaba al otro lado. Eran latidos tranquilos...

- Buenos días, soy Matt Murdock. Voy a ser su abogado defensor en la causa criminal abierta contra usted, y he venido para que me relate su historia de cara a poder preparar yo su defensa.

Un silencio se levantó en la estancia. La respuesta no fue inmediata, pero aún así (cuando llegó) Matt dio un pequeño respingo al romperse el silencio de la estancia de una manera tan notoria:

- Muy bien abogado. Creo que ya va siendo hora de que se conozca la historia. ¿Por donde quiere que empiece?

- ¿Qué tal por el principio? Cuente lo de sus tíos.

- Yo fui huérfano. Mis padres murieron y mis tíos (Ben y May Parker) cuidaron de mí. Todo iba bien, hasta que un día, en una exposición a la que acudí con mis compañeros de clase, me picó una araña. El bicho se ve que había tenido una dosis de radiación por encima de la normal, y eso (no sé por qué motivo) me concedió los poderes de Spiderman.

- ¿Y porqué no dijistes lo que te había pasado a tus tíos?

- Siempre fui una persona muy tímida. Eso me provocó numerosos problemas en mi relación con los demás. Yo quería ser una persona normal, pero mis compañeros de clase no hacían nada más que humillarme, una y otra vez. Todo el mundo se cachondeaba del estúpido Peter Parker. Y mira que yo me esforzaba por ser buena persona. Pero no había manera... Por eso, cuando obtuve esos poderes, me di cuenta de que con ellos podía conseguir lo que nunca había conseguido. Pero no quería decirlo a nadie. Si la gente pasaba de mí, yo pasaría de ellos. Por eso tampoco se lo dije a mis tíos. Eran buenas personas, pero se empecinaban en que me relacionara con la gente, y como la gente no hacía más que humillarme, su interés por mis relaciones sociales lo que me provocaba era mi odio hacia los demás. Aún así los quise ayudar por todos los esfuerzos que hicieron por mí, y por eso al principio Spiderman fue un showman de televisión como usted ya sabe.

- Y fue poco después cuando ocurrió lo de sus tíos...

- Si. Un ladrón entró a robar a nuestra casa. Yo aquel día no estaba, pero lo que pasó se ve que fue que el ladrón hizo más ruido de lo que pretendía, y entonces bajó mi tío Ben para ver que pasaba. El pobre recibió un balazo que lo mató. Mi tía chilló, y eso alertó al ladrón, que para no dejar testigos subió hasta donde estaba y también la mató de otro disparo. El estruendo alertó a los vecinos y llegó la policía, quien persiguió al ladrón hasta un almacén cercano, donde los cercaron. Ahí fue donde entré yo, que al enterarme de lo que había pasado me disfracé de Spiderman y atrapé al ladrón.

- Y lo matastes...

- Si. El odio me consumió, y le golpeé salvajemente hasta que paré al darme cuenta de que era un muerto lo que tenía en mis manos. Tras eso huí.
Después de aquello no sabía si seguir siendo Spiderman o no. Me había quedado huérfano y tenía problemas más acuciantes como el monetario. Por eso Spiderman empezó a realizar pequeños hurtos...

- En ese momento fue cuando empezó la campaña anti-Spiderman por parte del “Daily Bugle”.

- Si. Jameson acababa de perder a su hijo, que murió al ocurrir un error en la lanzadera espacial en la que iba y explotar en la atmósfera. Eso lo provocó un odio irracional contra Spiderman, porque consideraba que si su hijo (según él un verdadero héroe) no tuvo el trato que se merecía, no era justo que un criminal como Spiderman si lo tuviera.

- Le distes motivos para ello...

- La gente me odiaba. Siempre me habían humillado. Era el hazmerreír de todo el mundo. ¿Porqué no podía tener yo algún beneficio a cambio? Cómo era huérfano el estado me dio un tutor legal que me ayudase en mis estudios y me cuidara...

- Si, el doctor Curtis Connors.-interrumpió Matt Murdock.

- Exacto, el bueno de Curtis. Bueno, como decía, estuve viviendo con Curtis Connors, su mujer y su hijo. Mientras, seguía estudiando y empecé a trabajar en el laboratorio de Doc Connors. Pero el pequeño sueldo que me daba no llegaba para mucho, y por eso Spiderman siguió robando cada vez que Peter Parker necesitaba dinero

- ¿Y qué ocurrió con la familia de Connors?

- Un día, cuando volvía de robar, me pillaron sacándome la máscara tanto Martha como Billy. Se quedaron asombrados, pero yo no les di tiempo para más. No podía tener testigos, o se descubriría la verdad. Los maté a los dos y me deshice de los cuerpos.

A Matt Murdock le asombró que aquel joven hubiera confesado ya tres asesinatos y varios robos, y pese a todo hablara con la calma y tranquilidad con la que lo estaba haciendo. Valoró entonces que quizás esa frialdad escondía una gran inteligencia, una gran inteligencia que había seguido el mal camino...

- Después de matar a su mujer y a su hijo Curtis Connors tuvo una gran depresión. Eso quizás provocó el accidente de laboratorio que lo convirtió en el Lagarto. La cuestión es que dejó de ser mi tutor porque aparte de que ya no estaba capacitado, yo ya era mayor de edad, y me fui a vivir a un piso junto con Harry Osborn.

- ¿Cuál fue su relación con los Osborn?

- Padre e hijo estaban como una puta cabra los dos. Más claro no se lo puedo decir. Lo que pasa que he de reconocer que el padre era listo, muy listo, porque tenía una doble vida como la mía que jamás le hizo levantar sospechas entre el público. Todo empezó cuando un día iba yo balanceándome por la ciudad, sin un objetivo principal, cuando veo cerca a un tío con un disfraz verde. Era el loco de Osborn, en su personalidad de Duende Verde. Al principio no conseguí saber quien era, aunque él rápidamente quiso aliarse conmigo, porque dijo que entre los dos podíamos dominar la ciudad.

- Spiderman siempre fue un solitario –dijo Murdock.

- ¿Qué necesidad tenía yo de unirme a perdedores como el Doctor Octopus, el Buitre, el Rino o Electro? La prueba está en todas las veces que han estado esos en prisión, atrapados por alguno de los héroes que pululan por esta ciudad, mientras que yo siempre he conseguido eludir a la justicia. Y eso pese a que he tenido detrás de mí a gente como Daredevil.

Eso era cierto. Matt Murdock como Daredevil había intentado varias veces atrapar y detener tanto a Spiderman como a Punisher, pero siempre se le habían escapado. Sólo una vez consiguió meter entre rejas a Frank Castle, pero de poco sirvió porque escapó al poco tiempo.

- Poco después me di cuenta de que me estaba enamorando de Gwen Stacy, una compañera de estudios. Era la chica más bonita que había conocido nunca, la deseaba como jamás he deseado nada en toda mi vida. Pero ella se hizo novia de Harry Osborn. Yo estaba loco de celos pensando que mi compañero de piso se podía beneficiar a la chica de mis sueños. Aquello no podía ser, tenía que ser mía. Por eso un día le confesé mis sentimientos, ya que si hubiera aceptado, yo hubiera cambiado y hubiera dejado de ser Spiderman. Pero ella me dijo que amaba a Harry, y que se casaría con él. Que a mí sólo me apreciaba como a un amigo... No podía aceptar aquello, y menos cuando pocos días antes por fin había descubierto que Norman Osborn era el Duende Verde. ¿Cómo podía querer casarse con el hijo de ese chalado?

- Pero Norman también averiguó quien eras tú.

- Sí, y ese fue mi principal problema. Tras la negativa de Gwen, decidí entonces que sería mía, de una manera u otra. Por eso aquella noche, disfrazado de Spiderman, entré en su casa, la secuestré, me la llevé a un edificio abandonado y la violé. Tras aquello Gwen le contó a Harry lo que le había hecho Spiderman, y éste a su vez se lo contó a su padre. Osborn entonces secuestró a Gwen como Duende Verde y la llevó a la cima del Puente de Brooklyn. Allí me los encontré a los dos. Norman me dijo que no podía soportar la afrenta que había hecho contra su familia, y que iba a acabar conmigo y con mi amante.

- ¿Amante? ¡Pero si la habías violado!

- Si, pero Norman Osborn estaba más loco que una cabra, y para su mente enferma Gwen no había sido violada por Spiderman, sino que ella era su amante a espaldas de su hijo (a quien, por cierto, Norman nunca tuvo mucho aprecio).

- ¿La matastes?

- No. Reconozco que la violé, pero la quería. ¡Sí, no me mire con esa cara, la quería!. Jamás la hubiera matado. Lo que ocurre que ella había oído nuestra conversación, y pensó que tenía que escapar como fuera de dos locos como nosotros. Pero la noche anterior había llovido, las piedras del puente estaba húmedas y resbaló, cayendo al vacío. Intenté salvarla, pero no pude. Odiando a Osborn por lo que me había quitado lo perseguí hasta que lo alcancé y lo maté.

Mientras hablaba de Gwen Stacy, Matt notó como si un halo de humanidad envolviera durante un momento la fría voz de aquel joven. Pero ese halo desapareció, y él continuó.

- Tras eso el padre de Gwen, el capitán retirado de policía George Stacy, decidió descubrir quien era Spiderman, el criminal que le había quitado a su hija, y fue el que más cerca estuvo. De hecho lo supo en un enfrentamiento que tuve con el Doctor Octopus. Octavius quería dar un golpe e intentó convencerme de ir con él, primero por las buenas y luego por las malas. En nuestra lucha cayó una chimenea de donde estábamos combatiendo que aplastó al capitán Stacy.
A partir de ahí ya no encontré ningún motivo para ser un héroe. La vida sólo me había dado palos, primero humillado por mis compañeros de clase, después huérfano por dos veces. Y aunque actué mal, hubiera cambiado por mi amor por Gwen. Pero al perderla, decidí que entonces sería un criminal. Mi especialidad era principalmente ser ladrón de guante blanco, y eso me hizo conocer a Felicia Hardy. Me volví a enamorar, no con una pasión como la que había sentido por Gwen, pero amor al fin y al cabo. Y con Felicia, la Gata Negra, nos convertimos en los mejores ladrones de la historia. Nadie nos podía parar. Éramos felices, nos queríamos.

- Hasta Veneno...

- Exacto, hasta que entró Veneno. Durante las Secret Wars los héroes se trajeron a un simbionte alienígena sin darse cuenta (poseyó a Spiderwoman), y ese simbionte, al llegar a la Tierra, se transformó en Veneno. En uno de nuestros robos nos topamos con él y Felicia... la pobre Felicia... Veneno la mató. La destripó delante de mis ojos. Yo ataqué a aquel monstruo, pero era más fuerte que yo, hasta que luchando, luchando, incendiamos el edificio donde estábamos y me di cuenta del daño que le provocaba el fuego. Con ese factor a mi favor conseguí separar al simbionte del anfitrión, y tras eso maté a Spiderwoman (el anfitrión de Veneno) del odio que sentía por haber asesinado a Felicia momentos antes. Pero el simbionte entonces me poseyó a mí.
Tras eso empezó mi carrera criminal más salvaje: robos, asesinatos y todo tipo de atrocidades; y lógicamente aquello no podía acabar bien. Dejé demasiadas pistas, y al final Reed Richards de los Cuatro Fantásticos me atrapó, al descubrir que los sonidos fuertes también afectaban al simbionte. Lo separó de mi cuerpo, pero me di cuenta de que aquel bicho me había dejado sin poderes, incluso los que yo ya tenía. Fui apresado y ahora me veo aquí, tras descubrirse entonces quien era la persona tras la máscara de Spiderman.

Matt Murdock acabó de escuchar la historia, y tras eso se despidió de Peter Parker y salió al exterior. Al llegar a la calle pensó que en el fondo, muy en el fondo, aquel joven podía haber sido un héroe. Tenía lo necesario para serlo. Pero las circunstancias habían torcido ese camino. Pero seguro que en algún mundo paralelo, Spiderman es un héroe (pensó). Y seguro que uno de los mayores de la Humanidad.

sábado, 18 de noviembre de 2006

Las Banderas de Clint Eastwood para el 2007

El estreno de la película de Clint Eastwood "Banderas de nuestros padres", previsto inicialmente para el pasado 17 de noviembre, se ha retrasado hasta el próximo 5 de enero, probablemente en previsión de las probables nominaciones para los Oscars que pueda tener el film, aparte de que para que además no haya tanta diferencia entre el estreno de esta película y de "Letters from Iwo Jima", que es la otra película que ha rodado Eastwood sobre el mismo tema pero desde el punto de vista japonés, y que parece ser que se estrenaría para febrero del 2007.

REFERENCIAS ANTERIORES
Trailer de LETTERS FROM IWO JIMA