Autor: Richard Matheson
Año: 1954
Hay ocasiones en las que una obra es tan subyugante y tan entretenida, y al mismo tiempo te hace pensar en tantos conceptos, que definir con palabras todo lo que engloba se hace imposible, y más en un caso como este, en el que estamos hablando de una historia realmente corta, y que al finalizarla te deja con las ganas de más.
Y es que, cual si fuera una especie de variante de Robinson Crusoe, el autor sumerge a su personaje en una isla reflejada por su propia casa y rodeada de la muerte representada por los vampiros. Y es que Robert Neville, el protagonista, es el último hombre vivo sobre la faz de la Tierra, tras que una misteriosa infección convirtiera en vampiros a todos los humanos. Pero a diferencia de lo obvio, que sería con un argumento así centrarse en la vertiente terrorífica o en la de ciencia-ficción, Richard Matheson analiza los sentimientos humanos, a través de la transformación que sufre el protagonista de la vida que llevaba (que es recordada en flashbacks a lo largo de la historia) a la que se ve obligado a llevar en unas condiciones excepcionales. Así, sentimientos como la soledad o la humanidad del individuo son analizados en una historia que supone todo un clásico, especialmente por el final, donde se puede decir que se invierten las tornas, dándose explicación al título de la historia. Y más no puedo decir porque siendo una novela excepcionalmente breve, es mejor que el posible lector se vaya sorprendiendo a medida que vaya leyendo, sin saber nada de antemano.
"Soy Leyenda" de Richard Matheson ha tenido tres adaptaciones cinematográficas (que a mi me consten), una a cargo de Vincent Price, otra en los años setenta con Charlton Heston y una tercera que se estrenará estas próximas navidades con Will Smith de protagonista. En el caso de las dos primeras sobra decir las ganas que tengo de verlas tras haberme leido la excepcional historia en la que estaban basadas.
LO MEJOR: La brevedad, concisión y excelente calidad con la que está contada una historia que demuestra que se puede ir al grano haciendo todo un clásico imperecedero e intemporal.
LO PEOR: Nada.
Año: 1954
Hay ocasiones en las que una obra es tan subyugante y tan entretenida, y al mismo tiempo te hace pensar en tantos conceptos, que definir con palabras todo lo que engloba se hace imposible, y más en un caso como este, en el que estamos hablando de una historia realmente corta, y que al finalizarla te deja con las ganas de más.
Y es que, cual si fuera una especie de variante de Robinson Crusoe, el autor sumerge a su personaje en una isla reflejada por su propia casa y rodeada de la muerte representada por los vampiros. Y es que Robert Neville, el protagonista, es el último hombre vivo sobre la faz de la Tierra, tras que una misteriosa infección convirtiera en vampiros a todos los humanos. Pero a diferencia de lo obvio, que sería con un argumento así centrarse en la vertiente terrorífica o en la de ciencia-ficción, Richard Matheson analiza los sentimientos humanos, a través de la transformación que sufre el protagonista de la vida que llevaba (que es recordada en flashbacks a lo largo de la historia) a la que se ve obligado a llevar en unas condiciones excepcionales. Así, sentimientos como la soledad o la humanidad del individuo son analizados en una historia que supone todo un clásico, especialmente por el final, donde se puede decir que se invierten las tornas, dándose explicación al título de la historia. Y más no puedo decir porque siendo una novela excepcionalmente breve, es mejor que el posible lector se vaya sorprendiendo a medida que vaya leyendo, sin saber nada de antemano.
"Soy Leyenda" de Richard Matheson ha tenido tres adaptaciones cinematográficas (que a mi me consten), una a cargo de Vincent Price, otra en los años setenta con Charlton Heston y una tercera que se estrenará estas próximas navidades con Will Smith de protagonista. En el caso de las dos primeras sobra decir las ganas que tengo de verlas tras haberme leido la excepcional historia en la que estaban basadas.
LO MEJOR: La brevedad, concisión y excelente calidad con la que está contada una historia que demuestra que se puede ir al grano haciendo todo un clásico imperecedero e intemporal.
LO PEOR: Nada.