Existen TANTOS comics de Batman y de una calidad tan variada (desde genialidades a bodrios ilegibles) que cuando me enfrento a uno nuevo para mi, dejo abiertas todas las expectativas, bien sea para bien o para mal. Cuando es para lo segundo sinceramente no me sabe nada bien, y si me resulta cansino no veis ni tan siquiera la reseña correspondiente porque abandono antes del final (es lo bueno de las lecturas de la biblioteca: ¡como son gratis!) Afortunadamente con la presente obra me he encontrado con uno de esos comics de Batman que realmente merecen la pena, por lo que no me extraña que haya sido editado dentro de esa "clasificación" denominada "Grandes autores de Batman" (lo matizo porque algunas veces me he encontrado ediciones de lujo de bodrios insufribles, por lo que cuando aciertan también es justo alabarlo)
Este tomo engloba toda la miniserie dedicada a los últimos dias de Ra's Al Ghul que vió la luz entre 2003 y 2004 de la mano de Greg Rucka al guión y Klaus Janson en el dibujo, ambos con resultados bastante destacables. La historia que se nos plantea gira sobre cuatro ejes, nuestro lógico protagonista Batman, su achacoso villano Ra's Al Ghul y las dos hijas de este: Talia (de la que ya había leído cosas) y Nyssa (esta totalmente novedosa para mi, pero que aqui recibe una notable presentación) Los destinos de estos cuatro personajes se relacionarán en un argumento muy bien diseñado y aún mejor desarrollado que nos aporta elevadas dosis de venganza, traición y crueldad, logrando mezclar todos los elementos necesarios para obtener un relato bastante intenso y que logra mantener el interés en todo momento con un ritmo acertado (es de esos comics que dura lo que tiene que durar, ni más ni menos, pese a las dudas iniciales que hubo sobre su edición original, tal como narran en el mismo)
Si el guión es destacable, sin duda alguna que se ve realzado gracias al apartado gráfico de Klaus Janson, al que conocía principalmente por ser el entintador de autores tales como Frank Miller y John Romita Jr., de los cuales se podría decir (sin que sea una crítica) que coge algunos detalles propios de sus respectivos estilos (en mi opinión, los mejores) que son sin duda lo que una historia de estas características necesitaba, revalorizando así el resultado final. Sin ninguna duda La muerte y las doncellas es un comic de Batman de los BUENOS, que sirve para profundizar en sus personajes más clásicos (primordialmente héroe y villano) y que resulta una interesante carta de presentación de los nuevos (en este caso la, hasta ahora, desconocida Nyssa, la otra hija de Ra's Al Ghul): una lectura muy recomendable.
Desde que lo descubrí
con Bajo la misma estrella, el autor
John Green ha sido uno de esos que cada vez que veía algo nuevo en las bibliotecas de él, lo cogía para leerlo lo antes que pudiera. De todas maneras aunque su personal estilo me haya convencido en la mayoría de ocasiones, el resultado final ha variado, si bien nunca por debajo de ese entretenimiento mínimo que espero en una novela suya.
De todas maneras en el caso que nos ocupa puede que quizás esten vendiendo la historia como lo que NO es (si uno se lee la contraportada casi parece que se trate de un relato detectivesco, a lo que se suma que uno de los personajes protagonistas se apellide Holmes), cuando resulta ser un tema secundario ya que se centra más en el problema mental de Aza, su protagonista, que aunque no se cita por ese nombre queda bastante claro que se trata de trastorno obsesivo compulsivo, también conocido por sus siglas: TOC.
Los que padecemos dicho problema (porque he de confesar que yo lo tengo) nos vemos en algunos momentos o situaciones totalmente dominados por pensamientos intrusivos, que aunque sabemos que NO tienen coherencia, nos obligan a realizar acciones que para el común espectador de quien nos vea le dará la sensación de que estamos un poco locos. Lo más usual es la obsesión con la limpieza, aunque según criterios personales (vamos, según las manías de cada cual), por lo que leer eso en la protagonista me hizo identificarme mucho con ella. El problema radica en que hay también la pequeña subtrama detectivesca, citada al inicio, así como otra romántica, pero el autor apenas pasa de puntillas por ambas, que igual podían haber sido prescindibles para volcarse más en la principal, si bien ello quizás le podía haber restado potencial al resultado final. Pero pese a no desplegar toda su fuerza en el mensaje a transmitir para que cale hondo (o sea, lo de no estigmatizar a las personas con problemas mentales), el estilo de Green está bien presente, haciendo de Mil veces hasta siempre una novela de rápida lectura y ameno entretenimiento.
Todo tiene un final y tras leerme los cinco tomos que la preceden, en este Huesos se concluye la etapa de Brian Azzarello y Cliff Chiang en Wonder Woman, una etapa que sin lugar a dudas se puede tildar de antológica porque ha sido de esas contadas ocasiones en que sus responsables van de la mano orquestando una obra notable. Con todas las entregas previas me ocurrió eso no tan habitual de acabar de leerlas y tener que volver a hacerlo para dejar satisfechas mis ansias de MÁS, que quedaban pendientes de nuevas dosis a medida de que entraran como novedades en las bibliotecas. Y ya digo que muy buena ha de ser la conjunción entre guionista y dibujante para que ocurra eso, que normalmente no es muy usual; pero aqui si.
Tengo que admitir que yo mismo me asombro de mis palabras, porque del panteon de
DC donde destaca la trinidad encarnada por
Superman, Batman y
Wonder Woman siempre había sido la tercera la que menos interesante me resultaba, pero con trabajos como este tan solo me queda darme cuenta de mi error, porque en las manos adecuadas siempre es posible sacar resultados notables incluso de personajes que en origen me motiven poco como me pasaba con
Wonder Woman. No me extraña que
ECC aprovechara
la destacable película del pasado verano que tuvo este personaje
para volver a editar esta misma etapa en formato de coleccionable, que si en su momento no me compré (
aunque llegué a valorarlo) era tan solo porque estaba a la espera de concluir la citada etapa con el presente volumen.
Llegados a este punto sería absurdo citar algo de su argumento, porque la mejor recomendación que se puede llevar a cabo es englobar esta entrega dentro del conjunto en el que estaría incluida. Y es que
de los seis volúmenes que contienen esta etapa, aunque todos ellos son disfrutables de manera individual, tienen un mayor mérito valorados en su totalidad, no solo por un apartado gráfico realmente notable (digno de mérito el trabajo de
Cliff Chiang) sino para disfrutar de una historia muy bien hilvanada que se ha ido complicando paulatinamente llevando a la princesa de las
Amazonas a ser
Reina primero y
Diosa de la Guerra después, tras el golpe de estado al
Olimpo que llevó al (sangriento) poder al
Primogénito. Y todo ello con una pléyade de personajes que han tenido una importancia más o menos significativa durante todo este tiempo (me encanta como queda representado
Hades), en un relato
ÉPICO (así, en mayúsculas) que tiene aqui un digno colofón final que sabe mantener el nivel que ha tenido toda esta etapa hasta ahora.
Mi primer Salón del Comic de Barcelona fue el de 2004, y con mi entonces recien recuperada pasión por los comics fue ahi donde conseguí mis primeras firmas de autores: Peter Milligan y Mike Allred en el primer tomo de X-Statix que había salido poco antes. A esa serie llegué desde Fuerza-X, cuyos volúmenes recopilando la etapa de los autores citados encontré por una de las bibliotecas que frecuento, y con los que enseguida "conecté" por lo mucho que me gustó (y me sigue gustando, aunque con matices) el estilo gráfico de Allred. Ahora tengo la oportunidad de recuperar toda aquella temporada previa a X-Statix en este tomo editado por Panini hace poco, por lo que decidí probar de nuevo, más de una década después de cuando los descubrí.
He de admitir que en un inicio igual me pilló un poco desprevenido, pero enseguida conecté de nuevo con esta serie que bien podría decirse que es una mezcla entre los mutantes clásicos de la Marvel y los concursantes del Gran Hermano o algún reality por el estilo. Una comparación de ese estilo puede sonar bastante disparatada pero es que los integrantes de este muy peculiar grupo de superhéroes mutantes estan del todo coordinados para ser lo más rentables posible, ya que esa marca comercial que representan está en manos de un joven empresario tecnológico cuyo máximo interés es ganar dinero. Eso lleva a que los miembros del grupo sean del todo conscientes de que su fama puede ser efímera, ya que se ven inmersos en misiones peligrosas de las que no todos saldrán con vida, tan solo porque hay que ir renovando sus filas con nuevos integrantes para seguir llamando la atención del público.
Si los muchos peligros a los que se enfrentan no fueran suficientes (aparte de que cuanto más mediáticos, pues mejor) son constantes las disputas entre los propios miembros del grupo, siempre en pos de aumentar la audiencia (y por lo tanto los ingresos) lo que llevará a que se destapen desde conflictos raciales hasta salidas del armario, pasando por desvelar algunos secretos (por ejemplo uno de ellos tiene TOC, citado también antes en este post) hasta luchas de todo tipo para ver quien logra más poder y fama. Con ellos se acabó eso de ser un héroe por el mérito, sino que para ellos las aventuras se llevan a cabo según sus hipotéticos beneficios, pero pese a que semejante panorama haga pensar que son personajes antipáticos, la verdad es que los más usuales (aunque es mejor no encariñarse de ninguno en particular) resultan incluso divertidos, al estar englobados dentro de una sátira hacia nuestra sociedad actual que si ya era acertada a principios de siglo, ahora lo seguiría siendo.
Ante algunos momentos que son realmente muy sangrientos (en ocasiones no basta con matar, hay que despanzurrar) se produce un irónico contraste por el estilo gráfico de Mike Allred, que realizó un trabajo notable en casi todos los números incluidos en este tomo (la excepción serían el 124 a cargo de mi también muy apreciado Darwyn Cooke y el 129 con un arte de Duncan Fegredo que en parte rompe la uniformidad hasta aquel momento) Se incluye además el 123, correspondiente al "mes mudo" que hubo en todos los comics Marvel por lo del 11-S, protagonizado por Doop, esa "patata" voladora verde, que se ve metido en una historia autoconclusiva bastante surrealista.
Como curiosidad personal citar que en su momento mi personaje favorito de este grupo (o el que me daba más morbo) era
Chica Muerta, con la que llegué a hacer un pequeño relato emparentándola con
Gwen Stacy que si teneis curiosidad podeis leer
por este enlace (antes de ser
Chacal y tener blog y redes sociales fuí
Dusk con un laborioso pasado en Dreamers)