H.G.Wells escribió "La guerra de los mundos" por la época del furor de los canales de Marte y quizá contribuyó a la obsesión humana con el Planeta Rojo. También definió el tono de los relatos acerca de encuentros interplanetarios de los siguientes decenios: superioridad tecnológica de los invasores, hostilidad y guerra. De hecho la base principal de la obra, un ejército marciano hostil que invade la Tierra en naves extrañas dotadas de armas que escupen rayos verdes de destrucción, ha sido bastante imitada en programas de televisión y películas. En cine la versión más destacada hasta la fecha sería la dirigida por Byron Haskin en 1952, mientras que en el campo del comic uno de los ejemplos más recientes ha sido el volumen 2 de "The league of extraordinary gentlemen", una clara adaptación de la novela de Wells.
En 1938 el cineasta estadounidense Orson Welles tenía un popular programa de radio que consistía en adaptar obras de teatro y literatura a ese medio. El 30 de octubre de ese año Welles transmitió una adaptación de "La guerra de los mundos". Al principio de la transmisión un locutor indicó que empezaba el programa y cedió la palabra a Welles. Entonces éste empezó sin más a recitar las primeras líneas de la novela en tono dramático. Pero la adaptación que hizo Welles no era una simple lectura del texto de su casi homónimo Wells. La historia estaba disfrazada de programa musical interrumpido por informes noticiosos de que unos astrónomos acababan de ver unas extrañas explosiones en Marte. Luego un reportero entrevistaba a un astrónomo, que decía que no podía explicar qué estaba pasando. Al rato se veía caer del cielo un meteorito en Nueva Jersey. Después resultaba que era un objeto cilíndrico descomunal. Se reunía mucha gente para verlo hasta que el aparato se abría y del interior salían unas criaturas monstruosas. Se oían gritos, el reportero vociferaba. La atmósfera de la transmisión era de un realismo total. Los que no oyeron el principio del programa pensaron que un ejército marciano estaba invadiendo el mundo.
El programa de Orson Welles produjo histeria en masa. Hubo quien se encerró en el sótano de la casa con pistolas. Otros se pusieron toallas mojadas en la cara para protegerse del gas venenoso de los marcianos. El programa fue motivo de escándalo e indignación cuando se reveló la realidad. También demostró el poder de una narración bien hecha. Fue uno de los momentos más gloriosos (y terribles) de la historia de la radio.
En la novela original los marcianos acaban sucumbiendo, no a las armas de los terrestres, muy inferiores a las de aquellos, sino a simples infecciones bacterianas. Ese hecho tuvo una adaptación muy "sui generis" en la película "Independence Day" (donde era un virus informático quien acababa con la amenaza) y veremos si es la opción que escoge Spielberg para su versión que se estrena el 29 de junio.
En 1938 el cineasta estadounidense Orson Welles tenía un popular programa de radio que consistía en adaptar obras de teatro y literatura a ese medio. El 30 de octubre de ese año Welles transmitió una adaptación de "La guerra de los mundos". Al principio de la transmisión un locutor indicó que empezaba el programa y cedió la palabra a Welles. Entonces éste empezó sin más a recitar las primeras líneas de la novela en tono dramático. Pero la adaptación que hizo Welles no era una simple lectura del texto de su casi homónimo Wells. La historia estaba disfrazada de programa musical interrumpido por informes noticiosos de que unos astrónomos acababan de ver unas extrañas explosiones en Marte. Luego un reportero entrevistaba a un astrónomo, que decía que no podía explicar qué estaba pasando. Al rato se veía caer del cielo un meteorito en Nueva Jersey. Después resultaba que era un objeto cilíndrico descomunal. Se reunía mucha gente para verlo hasta que el aparato se abría y del interior salían unas criaturas monstruosas. Se oían gritos, el reportero vociferaba. La atmósfera de la transmisión era de un realismo total. Los que no oyeron el principio del programa pensaron que un ejército marciano estaba invadiendo el mundo.
El programa de Orson Welles produjo histeria en masa. Hubo quien se encerró en el sótano de la casa con pistolas. Otros se pusieron toallas mojadas en la cara para protegerse del gas venenoso de los marcianos. El programa fue motivo de escándalo e indignación cuando se reveló la realidad. También demostró el poder de una narración bien hecha. Fue uno de los momentos más gloriosos (y terribles) de la historia de la radio.
En la novela original los marcianos acaban sucumbiendo, no a las armas de los terrestres, muy inferiores a las de aquellos, sino a simples infecciones bacterianas. Ese hecho tuvo una adaptación muy "sui generis" en la película "Independence Day" (donde era un virus informático quien acababa con la amenaza) y veremos si es la opción que escoge Spielberg para su versión que se estrena el 29 de junio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario