FICHA TÉCNICA
Título: THE WOMEN
Dirección: Diane English
País: Estados Unidos
Año: 2008
Duración: 114 min.
Género: Comedia dramática
Reparto: Meg Ryan, Annette Bening, Eva Mendes, Debra Messing, Jada Pinkett Smith, Bette Midler, Candice Bergen, Carrie Fisher, Cloris Leachman, Debi Mazar, India Ennenga
Guión: Diane English
Distribuidora: On Pictures
Productora: Jagged Films, Picturehouse Entertainment, Inferno Distribution
Dirección artística: Mario Ventenilla
Diseño de Producción: Jane Musky
Fotografía: Anastas N. Michos
Montaje: Tia Nolan
Música: Mark Isham
Productor: Bill Johnson, Diane English, Mick Jagger, Victoria Pearman
Productor ejecutivo: Bobby Sheng, James W. Skotchdopole, Jim Seibel
Vestuario: John A. Dunn
SINOPSIS
La vida de Mary Haines (Meg Ryan) aparentemente es perfecta: una casa preciosa en Connecticut, una encantadora hija de 12 años, un marido que ha triunfado en Wall Street y un trabajo a tiempo parcial de diseñadora en la compañía de moda de su padre. Mary no solo parece tenerlo todo, también lo hace todo: Ya sea plantar plantas vivaces en el jardín, seguir los pasos de su madre como copresidenta de un comité de mujeres de Central Park u ocuparse personalmente de un almuerzo benéfico pese a tener a Maggie (Cloris Leachman), su devota ama de llaves y Uta (Tilly Scout Pederson), su niñera. ¿Quién puede culparla si a veces está hecha polvo?
Una de las cosas con las que Mary siempre puede contar es con la maravillosa compañía de sus amigas, por ejemplo, la de su mejor amiga, la experta en moda Sylvie Fowler (Annette Bening). Una mujer de elegancia impecable y afilado ingenio que disfruta de su soltería en la cumbre de su profesión en su nuevo puesto de editora de CACHET, una importante revista femenina. El estrecho círculo de amistades de Mary y Sylvie también incluye a Edie Cohen (Debra Messing), una excéntrica madraza tanto para sus amigas como para su prole en constante expansión. Otra de las amigas es Alex Fisher (Jada Pinkett Smith) una elegante escritora lesbiana que escribe ensayos humorísticos y que tiene la virtud de decir siempre a la gente lo último que desea oir.
Pero para estas buenas amigas, está a punto de armarse la de Dios. Todo empieza en el sitio más impensable: el salón de belleza de Saks Fifth Avenue, donde Sylvie es atendida por la nueva manicurista de moda, Tanya (Debi Mazar). En un instante, la chismosa Tanya levanta la liebre al contarle que la cazafortunas de la casa, una dependienta de la sección de perfumería llamada Crystal Allen (Eva Mendes) acaba de pescar un pez gordo casado: un magnate de Wall Street llamado Stephen Haines. La angustiada Sylvie se encuentra ante un dilema, un dilema que pronto se extiende a sus amigas: ¿Qué decirle a Mary, si es que van a decirle algo? Pero antes de que las amigas puedan ponerse de acuerdo, Mary, que acaba de ser despedida por su propio padre, acude a hacerse la manicura a Saks. Con Tanya.
Las comadres de Mary rápidamente se solidarizan con ella y le aconsejan sobre lo que debería hacer. Al final, Mary decide seguir el consejo de su madre Catherine (Candice Bergen), una mujer muy crítica que ha tenido que lidiar con todo tipo de problemas en la vida, desde el abandono de un marido hasta el hecho de tener que envejecer. Juntas, Mary, Catherine y la hija de Mary, Molly (India Ennenga), deciden tomarse unas vacaciones en la casa de verano de Catherine en Maine.
Mientras tanto, Sylvie tiene sus propios problemas en el trabajo ya que sus esfuerzos por reinventar CACHET aún no han dado muchos frutos. En vista de que peligra el trabajo de sus sueños, Sylvie intenta contratar a una famosa cronista de sociedad, Bailey Smith (Carry Fisher) para que escriba para la revista. Pero Bailey, que es experta en descubrir infidelidades en Wall Street, acepta con una repugnante condición: Exponer la vida privada de Mary. Acorralada, Sylvie elige su carrera por encima de su mejor amiga.
Para Mary, la traición de Sylvie es el golpe más cruel de todos. Mary corta por lo sano con Sylvie y se embarca en un largo viaje de introspección, con breves paradas en la sensiblería y en la ingesta de dulces. Finalmente, termina en un campamento de salud de mujeres al norte de los Berkshires donde conoce a Leah Millar, "La Condesa", (Bette Midler), una agente de Hollywood, extravagante y porrera, cuya filosofía de marcado pragmatismo es toda una revelación.
CRÍTICA
No es que yo tuviera muchas esperanzas sobre este film, sobretodo con su sospechoso parecido a la reciente Sexo en Nueva York que también recibió unas críticas demoledoras. Pero como mínimo esperaba que la presencia de tanta actriz conocida (y en algunos casos hablamos de grandes interpretes) diera como resultado algo como mínimo visible. En este caso me equivoqué totalmente.
Producto feminista al 100%, la película defiende la idea y el estereotipo más clásico de la mujer con unos ejemplos de lo más esperpénticos: desde la esposa cornuda encarnada por Meg Ryan hasta el grupo de amigas que se supone que le dan apoyo (pero que no dudan de hablar de ella a sus espaldas) pasando por una amante encarnada por Eva Mendes que sin duda protagoniza el único momento más destacable del film (sobretodo si eres hombre) que es cuando aparece con un sugerente corsé.
Este producto (porque no se puede calificar de otra manera) hecho a la medida del gusto femenino más primitivo nos vende una imagen de la mujer totalmente distorsionada, porque dudo mucho que el sexo femenino se preocupe sólo de su aspecto físico, sus operaciones de cirugía estética y el dinero que se pueden gastar en todo tipo de caprichos representativos del lujo más excesivo, cual pijas estúpidas de Beverly Hills (o de Pedralbes en su vertiente más cercana).
Lo malo es que encima nos quieren vender la supuesta independencia femenina, la cual no es tal porque el mensaje final del film es tan conservador como si estuviera hecho con la mentalidad de las mujeres del Partido Popular. Si a eso sumamos unos personajes planos y arquetípicos (basta ver las amigas de la protagonista o sobretodo el papel interpretado por la citada Eva Mendes, simple mujer florero) el resultado desde luego que no será muy apreciado entre el sector masculino... y no sé yo hasta que punto las mujeres se sentirán identificadas con las protagonistas de esta película (de hecho pienso que más de una dama se sentirá insultada ante tanta banalización de lo que representa ser mujer, ya que sólo se muestran los tópicos más esquemáticos).
Por cierto, citar como detalle que no aparece ningún hombre en ningún momento del film, único detalle que parece tener en común con la película homónima de George Cukor del año 1939 de la que se supone que esta es un remake (aunque me dicen que es un remake de Sexo en Nueva York o algo así y para el caso el resultado sería el mismo).
LO MEJOR: Las actrices
LO PEOR: Lo que se ven obligadas a representar con semejante argumento.
Título: THE WOMEN
Dirección: Diane English
País: Estados Unidos
Año: 2008
Duración: 114 min.
Género: Comedia dramática
Reparto: Meg Ryan, Annette Bening, Eva Mendes, Debra Messing, Jada Pinkett Smith, Bette Midler, Candice Bergen, Carrie Fisher, Cloris Leachman, Debi Mazar, India Ennenga
Guión: Diane English
Distribuidora: On Pictures
Productora: Jagged Films, Picturehouse Entertainment, Inferno Distribution
Dirección artística: Mario Ventenilla
Diseño de Producción: Jane Musky
Fotografía: Anastas N. Michos
Montaje: Tia Nolan
Música: Mark Isham
Productor: Bill Johnson, Diane English, Mick Jagger, Victoria Pearman
Productor ejecutivo: Bobby Sheng, James W. Skotchdopole, Jim Seibel
Vestuario: John A. Dunn
SINOPSIS
La vida de Mary Haines (Meg Ryan) aparentemente es perfecta: una casa preciosa en Connecticut, una encantadora hija de 12 años, un marido que ha triunfado en Wall Street y un trabajo a tiempo parcial de diseñadora en la compañía de moda de su padre. Mary no solo parece tenerlo todo, también lo hace todo: Ya sea plantar plantas vivaces en el jardín, seguir los pasos de su madre como copresidenta de un comité de mujeres de Central Park u ocuparse personalmente de un almuerzo benéfico pese a tener a Maggie (Cloris Leachman), su devota ama de llaves y Uta (Tilly Scout Pederson), su niñera. ¿Quién puede culparla si a veces está hecha polvo?
Una de las cosas con las que Mary siempre puede contar es con la maravillosa compañía de sus amigas, por ejemplo, la de su mejor amiga, la experta en moda Sylvie Fowler (Annette Bening). Una mujer de elegancia impecable y afilado ingenio que disfruta de su soltería en la cumbre de su profesión en su nuevo puesto de editora de CACHET, una importante revista femenina. El estrecho círculo de amistades de Mary y Sylvie también incluye a Edie Cohen (Debra Messing), una excéntrica madraza tanto para sus amigas como para su prole en constante expansión. Otra de las amigas es Alex Fisher (Jada Pinkett Smith) una elegante escritora lesbiana que escribe ensayos humorísticos y que tiene la virtud de decir siempre a la gente lo último que desea oir.
Pero para estas buenas amigas, está a punto de armarse la de Dios. Todo empieza en el sitio más impensable: el salón de belleza de Saks Fifth Avenue, donde Sylvie es atendida por la nueva manicurista de moda, Tanya (Debi Mazar). En un instante, la chismosa Tanya levanta la liebre al contarle que la cazafortunas de la casa, una dependienta de la sección de perfumería llamada Crystal Allen (Eva Mendes) acaba de pescar un pez gordo casado: un magnate de Wall Street llamado Stephen Haines. La angustiada Sylvie se encuentra ante un dilema, un dilema que pronto se extiende a sus amigas: ¿Qué decirle a Mary, si es que van a decirle algo? Pero antes de que las amigas puedan ponerse de acuerdo, Mary, que acaba de ser despedida por su propio padre, acude a hacerse la manicura a Saks. Con Tanya.
Las comadres de Mary rápidamente se solidarizan con ella y le aconsejan sobre lo que debería hacer. Al final, Mary decide seguir el consejo de su madre Catherine (Candice Bergen), una mujer muy crítica que ha tenido que lidiar con todo tipo de problemas en la vida, desde el abandono de un marido hasta el hecho de tener que envejecer. Juntas, Mary, Catherine y la hija de Mary, Molly (India Ennenga), deciden tomarse unas vacaciones en la casa de verano de Catherine en Maine.
Mientras tanto, Sylvie tiene sus propios problemas en el trabajo ya que sus esfuerzos por reinventar CACHET aún no han dado muchos frutos. En vista de que peligra el trabajo de sus sueños, Sylvie intenta contratar a una famosa cronista de sociedad, Bailey Smith (Carry Fisher) para que escriba para la revista. Pero Bailey, que es experta en descubrir infidelidades en Wall Street, acepta con una repugnante condición: Exponer la vida privada de Mary. Acorralada, Sylvie elige su carrera por encima de su mejor amiga.
Para Mary, la traición de Sylvie es el golpe más cruel de todos. Mary corta por lo sano con Sylvie y se embarca en un largo viaje de introspección, con breves paradas en la sensiblería y en la ingesta de dulces. Finalmente, termina en un campamento de salud de mujeres al norte de los Berkshires donde conoce a Leah Millar, "La Condesa", (Bette Midler), una agente de Hollywood, extravagante y porrera, cuya filosofía de marcado pragmatismo es toda una revelación.
CRÍTICA
No es que yo tuviera muchas esperanzas sobre este film, sobretodo con su sospechoso parecido a la reciente Sexo en Nueva York que también recibió unas críticas demoledoras. Pero como mínimo esperaba que la presencia de tanta actriz conocida (y en algunos casos hablamos de grandes interpretes) diera como resultado algo como mínimo visible. En este caso me equivoqué totalmente.
Producto feminista al 100%, la película defiende la idea y el estereotipo más clásico de la mujer con unos ejemplos de lo más esperpénticos: desde la esposa cornuda encarnada por Meg Ryan hasta el grupo de amigas que se supone que le dan apoyo (pero que no dudan de hablar de ella a sus espaldas) pasando por una amante encarnada por Eva Mendes que sin duda protagoniza el único momento más destacable del film (sobretodo si eres hombre) que es cuando aparece con un sugerente corsé.
Este producto (porque no se puede calificar de otra manera) hecho a la medida del gusto femenino más primitivo nos vende una imagen de la mujer totalmente distorsionada, porque dudo mucho que el sexo femenino se preocupe sólo de su aspecto físico, sus operaciones de cirugía estética y el dinero que se pueden gastar en todo tipo de caprichos representativos del lujo más excesivo, cual pijas estúpidas de Beverly Hills (o de Pedralbes en su vertiente más cercana).
Lo malo es que encima nos quieren vender la supuesta independencia femenina, la cual no es tal porque el mensaje final del film es tan conservador como si estuviera hecho con la mentalidad de las mujeres del Partido Popular. Si a eso sumamos unos personajes planos y arquetípicos (basta ver las amigas de la protagonista o sobretodo el papel interpretado por la citada Eva Mendes, simple mujer florero) el resultado desde luego que no será muy apreciado entre el sector masculino... y no sé yo hasta que punto las mujeres se sentirán identificadas con las protagonistas de esta película (de hecho pienso que más de una dama se sentirá insultada ante tanta banalización de lo que representa ser mujer, ya que sólo se muestran los tópicos más esquemáticos).
Por cierto, citar como detalle que no aparece ningún hombre en ningún momento del film, único detalle que parece tener en común con la película homónima de George Cukor del año 1939 de la que se supone que esta es un remake (aunque me dicen que es un remake de Sexo en Nueva York o algo así y para el caso el resultado sería el mismo).
LO MEJOR: Las actrices
LO PEOR: Lo que se ven obligadas a representar con semejante argumento.
1 comentario:
Estoy contigo, acabo de ver la pelicula y no vale nada, creo que Hollywood se queda sin argumento, debi de quitarla porque es de lo peor que he visto, tonta, cursi. Lastima dinero y tiempo.
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