DICKENS
Charles Dickens fue uno de los novelistas ingleses más famosos de la época victoriana y sigue siendo uno de los autores británicos más querido; sus novelas y cuentos no han dejado de publicarse nunca. En sus libros se han basado más de 180 películas y adaptaciones para televisión, y este noviembre, por primera vez, el Londres donde vivió Dickens, cuyas calles le sirvieron de inspiración y en el que basó la mayoría de sus novelas cobrará vida con la película en 3D de Disney CUENTO DE NAVIDAD.
La historia del propio Dickens es típica de uno de sus personajes: tras el encarcelamiento de su padre por moroso fue trasladado de un orfanato a otro hasta que finalmente se convirtió en un escritor de éxito. Durante toda su vida prestó su apoyo al estimado hospital infantil de Londres, Great Ormond Street, pues él mismo tuvo diez hijos. También apoyó activamente la reforma social de la Inglaterra victoriana, especialmente la abolición del trabajo infantil en las fábricas, y visitó Estados Unidos para apoyar la abolición de la esclavitud. Falleció a los 58 años y fue enterrado en el llamado Poets' Corner de la Abadía de Westminster y fue conmemorado apareciendo en los billetes de 10 libras emitidos por el Banco de Inglaterra. Curiosamente, Dickens sentía un gran interés por lo paranormal y fue uno de los primeros miembros del Ghost Club (una organización dedicada a la investigación de los fenómenos paranormales fundada en Londres en 1862).
SUS OBRAS
Charles Dickens escribió Cuento de Navidad, su novela más famosa según algunos, en 1843, la historia de un viejo tacaño, Ebenezer Scrooge, que consigue redimirse después de ser visitado por tres espíritus una larga y escalofriante Nochebuena. También cobraron gran fama otras obras suyas como Grandes esperanzas, Casa desolada, Papeles póstumos del Club Pickwic e Historia de dos ciudades, y sus personajes con curiosos nombres como Ebenezer Scrooge, Tiny Tim, Bob Cratchit, Oliver Twist, el Tramposo Dodger, Fagin, la señorita Havisham y David Copperfield se cuentan entre los más memorables de la literatura inglesa.
Uno de los personajes más frecuentes de las obras de Dickens es el propio Londres, con descripciones realistas de las antiguas hospederías, el río Támesis, la City y el East End salpicados por todos sus tomos. Dickens colaboraba estrechamente con los artistas que ilustraban sus libros, a quienes entregaba un borrador de la historia desde el principio, y aprobaba los dibujos una vez acabados, asegurándose de que sus personajes y paisajes eran tal como él los había imaginado. Robert Zemeckis y su equipo cinematográfico han estudiado estas ilustraciones a fondo para que los personajes, vestuario y diseño de escenarios de la película en 3D CUENTO DE NAVIDAD se acerque al original de Dickens más que ninguna otra película basada en sus libros. El Londres de 1843, año en que transcurre el cuento, era una ciudad muy distinta a la actual.
En 1841, Londres tenía una población de tan sólo 2,2 millones (comparado con los siete millones actuales) y la vida diaria era muy dura para la mayoría de los habitantes de la ciudad. La esperanza de vida del londinense medio era de 37 años y muchas cosas que hoy damos por supuestas, como tener agua limpia, entonces eran una rareza. Londres tenía mucha polución y todos los edificios, a excepción de los más nuevos, estaban negros de hollín. Las calles estaban inundadas de barro y residuos y los transeúntes tenían que tener cuidado de no caer presas de los carteristas que vivían de aquellos que andaban descuidados.
“Si un londinense de hoy en día pudiera trasladarse en el tiempo al Londres victoriano", comenta el Dr. Florian Schweizer del Museo de Dickens en Londres, “se les trastornarían los sentidos. Londres era ruidoso, oscuro y maloliente, y en las zonas que hoy se consideran más elegantes había una gran miseria y pobreza. ¿Qué otras cosas eran diferentes en el Londres de mediados del siglo XIX? A continuación ofrecemos una guía de cómo era la vida de los ricos y los pobres en la ciudad más grande, bulliciosa y de crecimiento más rápido del mundo.
EN CONSTRUCCIÓN
A los visitantes de las provincias o del campo, el Londres de Dickens les habría parecido una gran obra urbanística. La City de Londres estaba en plena transformación, de ser una zona residencial a un centro bancario y financiero. Sus antiguos habitantes comenzaron a trasladarse a las zonas residenciales de las afueras y se estaba construyendo un sistema de transporte masivo para trasladar a estas personas (el negocio de Scrooge está en la City y su empleado, Bob Cratchit, vive en Camden Town). La estación de Paddington ya existía, pero no se había construido el sistema de metro ni estaciones importantes como Waterloo y King’s Cross.
El Palacio de Buckingham y la Plaza de Trafalgar ya existían, y la columna de Nelson se erigió el mismo año que se publicó Cuento de Navidad, aunque los cuatro leones de la Plaza de Trafalgar aún no se habían esculpido ni tampoco la estatua de Eros en Piccadilly. El teatro Royal Albert Hall no existía (se construyó en honor al adorado esposo de la reina Victoria, el príncipe Alberto, y su idea de construir un centro de las artes y las ciencias. Se hizo tras su fallecimiento con los beneficios de la Gran Exposición de Crystal Palace que él organizó en 1851) ni tampoco Tower Bridge.
El Big Ben se estaba construyendo y también el Parlamento del Reino Unido, el edificio original fue destruido por el fuego en 1934.
El museo de cera de Madame Tussaud, todavía una de las tracciones turísticas más concurridas de Londres, se abrió en 1835 en su ubicación actual de Baker Street. Dickens vivía muy cerca y lo visitaba frecuentemente.
ALUMBRADO PÚBLICO
En los tiempos de Dickens las calles estaban iluminadas con farolas de gas y, al caer la noche, se paseaban por la ciudad cientos de encendedores de farolas encargados de iluminarlas.
TRANSPORTE
En la época de Dickens no había coches y la forma más rápida que tenían los ricos para ir de un lado a otro era con coche de caballos. Se estima que había alrededor de 250.000 caballos en funcionamiento en la cuidad a mediados de siglo. El famoso ferrocarril subterráneo de Londres tuvo unos comienzos modestos en 1863 con una línea extendida a lo largo de cuatro millas, de Paddington a Farringdon Street. Los trenes que circulaban en esta línea funcionaban con vapor.
EL TRABAJO
Las personas acaudaladas de la época victoriana se servían de criadas, mayordomos, niñeras, jardineros y cocineros que les hacían todo y había unos 120.000 sirvientes domésticos en Londres por aquella época. Los hombres que trabajaban en los talleres y fábricas de la ciudad lo hacían en condiciones insalubres y, con frecuencia, peligrosas y a menudo trabajaban más de doce horas al día. Niños de hasta de cinco años formaban parte de la mano de obra londinense limpiando chimeneas, haciendo recados, barriendo las calles, limpiando zapatos, y vendiendo cerillas y flores. El mismo Dickens trabajó en una fábrica de betún a los doce años mientras el resto de su familia estaba en una cárcel para morosos.
EL COLEGIO
Hasta 1870 no fue obligatorio que los niños de cinco a doce años fueran al colegio. Se usaban pizarras en lugar de papel y lápiz y las lecciones se centraban en aprender a leer, a escribir y aritmética. Los profesores podían castigar a los niños que no aprendían las lecciones haciéndoles llevar orejas de burro en clase y golpeándoles con una vara. Por otro lado, siempre quedaba esperar a las vacaciones. Los niños tenían dos semanas de vacaciones en Navidad, una en Semana Santa y tres o cuatro en julio y agosto.
LA LEY
La Policía Metropolitana de Londres se creó en 1829. Sus 3.000 miembros tenían que llevar un uniforme y un sombrero azul en todo momento (aún cuando no estaban de servicio).
Las ejecuciones públicas todavía eran comunes en los tiempos de Dickens y él mismo presenció un ahorcamiento en una prisión de Londres en 1849. Posteriormente escribió varias cartas al periódico The Times abogando por la abolición de tales espectáculos públicos.
LA ALIMENTACIÓN
En la época en que Charles Dickens escribió Cuento de Navidad, los restaurantes eran algo raro en Londres y sólo al alcance de los ricos. Los menos acaudalados cocinaban sus comidas en casa sobre la chimenea. El fogón – un antecesor victoriano de la cocina actual – no se inventó hasta 1840 y siguió siendo un artículo de lujo durante muchos años. Los londinenses más pobres vivían en casas sin instalaciones para cocinar y tenían que adquirir la comida en tiendas y puestos que se extendían a lo largo de las calles. Algunos de estos comerciantes mezclaban serrín, cenizas, tiza e, incluso, huesos triturados en la comida que vendían.
LO QUE SE BEBÍA
La leche era algo excepcional para los londinenses, pues no había forma de mantenerla fresca y, hasta la aparición del ferrocarril, no había forma de llevarla a la ciudad a diario. El té era muy caro, debido a los altos impuestos a que estaba sometido, por ello, no sorprende que tantos londinenses del siglo XIX recurrieran al alcohol. La cerveza y la ginebra eran muy baratas y se calcula que había un bar o una tienda que vendía alcohol cada cien metros en las calles típicas de Londres.
CÓMO SE DIVERTÍAN
Sin ordenadores, teléfonos ni televisiones, los victorianos tenían que proporcionarse su propia diversión. Los juegos de cartas eran muy populares y también el ajedrez, el backgammon y juegos de salón como charadas y la gallina ciega. Los niños jugaban con canicas, peonzas, aros y muñecas. La lectura también era algo muy popular, y Dickens escribió algunos de los más grandes éxitos de venta de su tiempo.
EL VESTUARIO
En 1840 los hombres habían abandonado las modas extravagantes de la generación anterior y, por lo general, vestían colores oscuros, en parte debido al hollín de Londres. A los ricos les hacían la ropa a la medida los sastres y costureras y los demás las compraban en tiendas de segunda mano. No se vendieron trajes prefabricados hasta mitad de los años cincuenta.
PARA OBTENER MÁS INFORMACIÓN:
La mejor fuente de información para saber cómo era la vida en el Londres de Dickens está en sus libros. Muchos días el autor salía a dar paseos de hasta 15 y 30 kilómetros por las calles de la ciudad para después escribir lo que veía y oía en sus libros. Y si te preguntas qué pensaría Dickens del Londres actual, Dr. Florian Schweizer, experto en Dickens, afirma que seguramente se sentiría en casa. “Indudablemente, Dickens aún reconocería mucho de ‘su’ Londres”. Doughty Street, donde Dickens vivió entre 1837 y 1839, actualmente el Museo de Charles Dickens http://www.dickensmuseum.com/, es una calle muy bien conservada que apenas ha cambiado. Pienso que los rascacielos de la City y del barrio de Docklands, Tower Bridge y el London Eye le sorprenderían, pero, sin duda, usaría estos nuevos paisajes como fondo de sus historias”. Se estima que el valor de las copias de la primera edición de Cuento de Navidad con las ilustraciones de John Leech está entre 30.000 y 50.000 dólares estadounidenses. Pero para ver el Londres de Dickens en 3D por una parte de ese precio vaya al cine más cercano a partir del 13 de Noviembre para embarcarse en el emocionante y fantasmagórico viaje por Londres que es CUENTO DE NAVIDAD.
miércoles, 4 de noviembre de 2009
Anexos CUENTO DE NAVIDAD: El Londres de Dickens
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