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miércoles, 4 de noviembre de 2009

Anexos CUENTO DE NAVIDAD: Recetas de Navidad

¿Quieres divertirte con tus hijos estas Navidades sin tener que recurrir al típico juguete o videojuego? Aquellos que recuerdan con cariño cómo de pequeños hacían galletas o pasteles con sus padres tienen la oportunidad de rememorar esos instantes pasando un tiempo fabuloso en la cocina con sus hijos. ¿Quién sabe? ¡Podrías estar criando al próximo Ferrán Adrià!

A continuación te ofrecemos algunas ideas…

CARA DE PAPÁ NOEL

INGREDIENTES
Queso rallado (blanco o amarillo)
Un bizcocho grande (ya partido o pídele a un adulto que te ayude)
Un tomate cherry
Un pimiento fresco
Rodajas de pepino
Mantequilla o margarina

Instrucciones
Extiende la mantequilla en una de las mitades del bollo. Extiende el queso por la mitad inferior y ponlo en el microondas durante 20 segundos hasta que se ablande (pero sin derretirse). Coloca el tomate haciendo un agujero en el centro del bollo para que haga de nariz. Pon las rajas de pepino a modo de ojos. Corta un triángulo del pimiento para el gorro de Santa Claus y colócalo encima del bollo.

ESTRELLAS DE JENGIBRE

Ingredientes
65g de mantequilla
50g azúcar moreno
4 cucharadas de melaza de caña
150g de harina, tamizada, y un poco más para espolvorear
1 cucharadita de jengibre molido
½ cucharadita de bicarbonato de soda

Para la decoración
Un tubo de glaseado blanco precocinado (disponible en la mayoría de los supermercados)
Bolas plateadas comestibles (opcional)
Un lazo plateado

Instrucciones
1. Precalentar el horno a 180C/Gas 4.
2. Para las galletas, batir la mantequilla y el azúcar en un cuenco con una batidora hasta que quede un líquido pálido y espumoso.
3. Añadir la melaza de caña, la harina, el jengibre molido y el bicarbonato de soda y batirlo junto hasta que quede una masa. Envolver la masa en plástico adherente y enfriar en el frigorífico 30 minutos como mínimo.
4. Estirar la masa con un rodillo en una superficie con harina hasta que tenga un grosor de 0,5cm. Cortar en forma de estrella yendo del extremo hacia el centro de la masa aprovechándola todo lo que pueda. Junte los trozos sueltos para cortar más estrellas hasta que haya usado toda la masa.
5. Coloque las estrellas en la bandeja del horno poniendo papel de hornear por debajo. Haga un agujero en la parte superior de la estrella con una pajita.
6. Meta la bandeja en el horno y hornee durante ocho minutos aprox. Sáquelas del horno y déjelas en la bandeja durante unos minutos para que se enfríen. Después colóquelas en una placa para que se acaben de enfriar.
7. Para decorar las galletas, extienda el glaseado del tubo y ponga las bolas plateadas encima. Meta el lazo plateado por los agujeros de las galletas y haga un lazo para colgarlas del árbol.

BRAZO DE GITANO EN FORMA DE SORPRESA NAVIDEÑA

Ingredientes
250g de mazapán blanco
Unas gotas de colorante comestible verde y rojo
Azúcar glasé para espolvorear
6 brazos de gitano rellenos de mermelada pequeños precocinados (que no estén cubiertos de chocolate)

Instrucciones
1. Corte el mazapán en dos trozos y con el colorante comestible coloree una mitad roja y la otra verde.
2. Divida cada una de las mitades en tres trozos y estírelos hasta que estén bastante finos (unos 2 mm de grosor) en una superficie en la que haya espolvoreado azúcar glasé. Haga rectángulos de aproximadamente 16cm x 10cm.
3. Envuelva los rectángulos de mazapán alrededor de los brazos de gitano y haga un doblez en los extremos en forma de sorpresa de Navidad.
4. Corte estrellas pequeñas de los sobrantes del mazapán y decore los brazos rojos con estrellas verdes y los brazos verdes con estrellas rojas. Moje las estrellas un poquito por la parte de abajo para pegarlas.

GALLETAS IMITANDO VIDRIOS DE COLORES

Ingredientes
Para las galletas
350g de harina y un poquito más para espolvorear
1 cucharadita de bicarbonato de soda
½ cucharadita de sal
2 cucharadita de jengibre molido
100g mantequilla
175g azúcar moreno
1 huevo batido
4 cucharadas de melaza de caña
caramelos envueltos con sabor a frutas de diferentes colores
Para la decoración
un tubo de glaseado blanco precocinado (disponible en la mayoría de los supermercados) (opcional)
un lazo estrecho

Instrucciones
1. Precalentar el horno a 180C/Gas 4.
2. Para las galletas, mezcle la harina, el bicarbonato de soda, la sal y el jengibre en un cuenco.
3. Frótelo con la mantequilla hasta que la mezcla parezca migas de pan rallado y, entonces, añada el azúcar.
4. En otro cuenco, bata el huevo con la melaza de caña y después añada esta mezcla a la mezcla de la harina y mezcle ambas bien hasta que quede una masa suave, amasándola suavemente con las manos.
5. Triture los caramelos dentro de sus envoltorios con un rodillo.
6. Estire la masa en una superficie en la que haya echado harina hasta que tenga 0,5cm de grosor y después córtelas empleando cortadores de galletas de diferentes formas navideñas. Coloque las galletas en bandejas del horno con papel de hornear por debajo.
7. Recorte formas dentro de cada galleta, asegurándose de que deja un buen borde. Rellene el agujero de las galletas con los caramelos triturados.
8. Haga un agujero en la parte superior de la galleta con una pajita para poder meter por allí el lazo. Meta las galletas en el horno de 10 a 12 minutos hasta que se doren.
9. Saque las galletas del horno. Mientras todavía están calientes, compruebe que los agujeros siguen allí, si no, vuelva a meter la pajita. No mueva las galletas de la bandeja hasta que se hayan enfriado porque el caramelo necesita endurecerse. Una vez que lo hayan hecho, coloque las galletas con cuidado en una placa para que acaben de enfriarse.
10. Si lo desea, decore las galletas con el glaseado blanco del tubo. Meta los lazos por los agujeros de las galletas para poder colgarlas del árbol.

Y una vez que os hayáis comido todo, tengáis la tripa llena y todo esté recogido y fregado, por qué no terminar el día llevando a la familia al cine para disfrutar de la más emocionante experiencia navideña en 3D, Cuento de Navidad, una película basada en la novela de Dickens que estará en los cines a partir del 13 de Noviembre.

Anexos CUENTO DE NAVIDAD: El Londres de Dickens

DICKENS

Charles Dickens fue uno de los novelistas ingleses más famosos de la época victoriana y sigue siendo uno de los autores británicos más querido; sus novelas y cuentos no han dejado de publicarse nunca. En sus libros se han basado más de 180 películas y adaptaciones para televisión, y este noviembre, por primera vez, el Londres donde vivió Dickens, cuyas calles le sirvieron de inspiración y en el que basó la mayoría de sus novelas cobrará vida con la película en 3D de Disney CUENTO DE NAVIDAD.

La historia del propio Dickens es típica de uno de sus personajes: tras el encarcelamiento de su padre por moroso fue trasladado de un orfanato a otro hasta que finalmente se convirtió en un escritor de éxito. Durante toda su vida prestó su apoyo al estimado hospital infantil de Londres, Great Ormond Street, pues él mismo tuvo diez hijos. También apoyó activamente la reforma social de la Inglaterra victoriana, especialmente la abolición del trabajo infantil en las fábricas, y visitó Estados Unidos para apoyar la abolición de la esclavitud. Falleció a los 58 años y fue enterrado en el llamado Poets' Corner de la Abadía de Westminster y fue conmemorado apareciendo en los billetes de 10 libras emitidos por el Banco de Inglaterra. Curiosamente, Dickens sentía un gran interés por lo paranormal y fue uno de los primeros miembros del Ghost Club (una organización dedicada a la investigación de los fenómenos paranormales fundada en Londres en 1862).

SUS OBRAS

Charles Dickens escribió Cuento de Navidad, su novela más famosa según algunos, en 1843, la historia de un viejo tacaño, Ebenezer Scrooge, que consigue redimirse después de ser visitado por tres espíritus una larga y escalofriante Nochebuena. También cobraron gran fama otras obras suyas como Grandes esperanzas, Casa desolada, Papeles póstumos del Club Pickwic e Historia de dos ciudades, y sus personajes con curiosos nombres como Ebenezer Scrooge, Tiny Tim, Bob Cratchit, Oliver Twist, el Tramposo Dodger, Fagin, la señorita Havisham y David Copperfield se cuentan entre los más memorables de la literatura inglesa.

Uno de los personajes más frecuentes de las obras de Dickens es el propio Londres, con descripciones realistas de las antiguas hospederías, el río Támesis, la City y el East End salpicados por todos sus tomos. Dickens colaboraba estrechamente con los artistas que ilustraban sus libros, a quienes entregaba un borrador de la historia desde el principio, y aprobaba los dibujos una vez acabados, asegurándose de que sus personajes y paisajes eran tal como él los había imaginado. Robert Zemeckis y su equipo cinematográfico han estudiado estas ilustraciones a fondo para que los personajes, vestuario y diseño de escenarios de la película en 3D CUENTO DE NAVIDAD se acerque al original de Dickens más que ninguna otra película basada en sus libros. El Londres de 1843, año en que transcurre el cuento, era una ciudad muy distinta a la actual.

En 1841, Londres tenía una población de tan sólo 2,2 millones (comparado con los siete millones actuales) y la vida diaria era muy dura para la mayoría de los habitantes de la ciudad. La esperanza de vida del londinense medio era de 37 años y muchas cosas que hoy damos por supuestas, como tener agua limpia, entonces eran una rareza. Londres tenía mucha polución y todos los edificios, a excepción de los más nuevos, estaban negros de hollín. Las calles estaban inundadas de barro y residuos y los transeúntes tenían que tener cuidado de no caer presas de los carteristas que vivían de aquellos que andaban descuidados.

“Si un londinense de hoy en día pudiera trasladarse en el tiempo al Londres victoriano", comenta el Dr. Florian Schweizer del Museo de Dickens en Londres, “se les trastornarían los sentidos. Londres era ruidoso, oscuro y maloliente, y en las zonas que hoy se consideran más elegantes había una gran miseria y pobreza. ¿Qué otras cosas eran diferentes en el Londres de mediados del siglo XIX? A continuación ofrecemos una guía de cómo era la vida de los ricos y los pobres en la ciudad más grande, bulliciosa y de crecimiento más rápido del mundo.

EN CONSTRUCCIÓN

A los visitantes de las provincias o del campo, el Londres de Dickens les habría parecido una gran obra urbanística. La City de Londres estaba en plena transformación, de ser una zona residencial a un centro bancario y financiero. Sus antiguos habitantes comenzaron a trasladarse a las zonas residenciales de las afueras y se estaba construyendo un sistema de transporte masivo para trasladar a estas personas (el negocio de Scrooge está en la City y su empleado, Bob Cratchit, vive en Camden Town). La estación de Paddington ya existía, pero no se había construido el sistema de metro ni estaciones importantes como Waterloo y King’s Cross.

El Palacio de Buckingham y la Plaza de Trafalgar ya existían, y la columna de Nelson se erigió el mismo año que se publicó Cuento de Navidad, aunque los cuatro leones de la Plaza de Trafalgar aún no se habían esculpido ni tampoco la estatua de Eros en Piccadilly. El teatro Royal Albert Hall no existía (se construyó en honor al adorado esposo de la reina Victoria, el príncipe Alberto, y su idea de construir un centro de las artes y las ciencias. Se hizo tras su fallecimiento con los beneficios de la Gran Exposición de Crystal Palace que él organizó en 1851) ni tampoco Tower Bridge.

El Big Ben se estaba construyendo y también el Parlamento del Reino Unido, el edificio original fue destruido por el fuego en 1934.

El museo de cera de Madame Tussaud, todavía una de las tracciones turísticas más concurridas de Londres, se abrió en 1835 en su ubicación actual de Baker Street. Dickens vivía muy cerca y lo visitaba frecuentemente.

ALUMBRADO PÚBLICO

En los tiempos de Dickens las calles estaban iluminadas con farolas de gas y, al caer la noche, se paseaban por la ciudad cientos de encendedores de farolas encargados de iluminarlas.

TRANSPORTE


En la época de Dickens no había coches y la forma más rápida que tenían los ricos para ir de un lado a otro era con coche de caballos. Se estima que había alrededor de 250.000 caballos en funcionamiento en la cuidad a mediados de siglo. El famoso ferrocarril subterráneo de Londres tuvo unos comienzos modestos en 1863 con una línea extendida a lo largo de cuatro millas, de Paddington a Farringdon Street. Los trenes que circulaban en esta línea funcionaban con vapor.

EL TRABAJO

Las personas acaudaladas de la época victoriana se servían de criadas, mayordomos, niñeras, jardineros y cocineros que les hacían todo y había unos 120.000 sirvientes domésticos en Londres por aquella época. Los hombres que trabajaban en los talleres y fábricas de la ciudad lo hacían en condiciones insalubres y, con frecuencia, peligrosas y a menudo trabajaban más de doce horas al día. Niños de hasta de cinco años formaban parte de la mano de obra londinense limpiando chimeneas, haciendo recados, barriendo las calles, limpiando zapatos, y vendiendo cerillas y flores. El mismo Dickens trabajó en una fábrica de betún a los doce años mientras el resto de su familia estaba en una cárcel para morosos.

EL COLEGIO

Hasta 1870 no fue obligatorio que los niños de cinco a doce años fueran al colegio. Se usaban pizarras en lugar de papel y lápiz y las lecciones se centraban en aprender a leer, a escribir y aritmética. Los profesores podían castigar a los niños que no aprendían las lecciones haciéndoles llevar orejas de burro en clase y golpeándoles con una vara. Por otro lado, siempre quedaba esperar a las vacaciones. Los niños tenían dos semanas de vacaciones en Navidad, una en Semana Santa y tres o cuatro en julio y agosto.

LA LEY

La Policía Metropolitana de Londres se creó en 1829. Sus 3.000 miembros tenían que llevar un uniforme y un sombrero azul en todo momento (aún cuando no estaban de servicio).
Las ejecuciones públicas todavía eran comunes en los tiempos de Dickens y él mismo presenció un ahorcamiento en una prisión de Londres en 1849. Posteriormente escribió varias cartas al periódico The Times abogando por la abolición de tales espectáculos públicos.

LA ALIMENTACIÓN

En la época en que Charles Dickens escribió Cuento de Navidad, los restaurantes eran algo raro en Londres y sólo al alcance de los ricos. Los menos acaudalados cocinaban sus comidas en casa sobre la chimenea. El fogón – un antecesor victoriano de la cocina actual – no se inventó hasta 1840 y siguió siendo un artículo de lujo durante muchos años. Los londinenses más pobres vivían en casas sin instalaciones para cocinar y tenían que adquirir la comida en tiendas y puestos que se extendían a lo largo de las calles. Algunos de estos comerciantes mezclaban serrín, cenizas, tiza e, incluso, huesos triturados en la comida que vendían.

LO QUE SE BEBÍA

La leche era algo excepcional para los londinenses, pues no había forma de mantenerla fresca y, hasta la aparición del ferrocarril, no había forma de llevarla a la ciudad a diario. El té era muy caro, debido a los altos impuestos a que estaba sometido, por ello, no sorprende que tantos londinenses del siglo XIX recurrieran al alcohol. La cerveza y la ginebra eran muy baratas y se calcula que había un bar o una tienda que vendía alcohol cada cien metros en las calles típicas de Londres.

CÓMO SE DIVERTÍAN

Sin ordenadores, teléfonos ni televisiones, los victorianos tenían que proporcionarse su propia diversión. Los juegos de cartas eran muy populares y también el ajedrez, el backgammon y juegos de salón como charadas y la gallina ciega. Los niños jugaban con canicas, peonzas, aros y muñecas. La lectura también era algo muy popular, y Dickens escribió algunos de los más grandes éxitos de venta de su tiempo.

EL VESTUARIO

En 1840 los hombres habían abandonado las modas extravagantes de la generación anterior y, por lo general, vestían colores oscuros, en parte debido al hollín de Londres. A los ricos les hacían la ropa a la medida los sastres y costureras y los demás las compraban en tiendas de segunda mano. No se vendieron trajes prefabricados hasta mitad de los años cincuenta.

PARA OBTENER MÁS INFORMACIÓN:

La mejor fuente de información para saber cómo era la vida en el Londres de Dickens está en sus libros. Muchos días el autor salía a dar paseos de hasta 15 y 30 kilómetros por las calles de la ciudad para después escribir lo que veía y oía en sus libros. Y si te preguntas qué pensaría Dickens del Londres actual, Dr. Florian Schweizer, experto en Dickens, afirma que seguramente se sentiría en casa. “Indudablemente, Dickens aún reconocería mucho de ‘su’ Londres”. Doughty Street, donde Dickens vivió entre 1837 y 1839, actualmente el Museo de Charles Dickens http://www.dickensmuseum.com/, es una calle muy bien conservada que apenas ha cambiado. Pienso que los rascacielos de la City y del barrio de Docklands, Tower Bridge y el London Eye le sorprenderían, pero, sin duda, usaría estos nuevos paisajes como fondo de sus historias”. Se estima que el valor de las copias de la primera edición de Cuento de Navidad con las ilustraciones de John Leech está entre 30.000 y 50.000 dólares estadounidenses. Pero para ver el Londres de Dickens en 3D por una parte de ese precio vaya al cine más cercano a partir del 13 de Noviembre para embarcarse en el emocionante y fantasmagórico viaje por Londres que es CUENTO DE NAVIDAD.