Hubo una época, entre finales de la década de los ochenta y parte de los noventa, en que proliferaron muchos films en cartelera con alto contenido sexual: por citar tan solo unos pocos ejemplos ahí están Atracción fatal (y por extensión, cierta parte de la filmografía de su director, Adrian Lyne), Instinto básico (un thriller emblemático que encumbró y encasilló a Sharon Stone en otras cintas con contenido erótico) o Showgirls (de Paul Verhoeven, mismo director que Instinto básico, y que aunque fue vilipendiada en su momento, en los últimos tiempos está viviendo una cierta reivindicación por parte de algunos sectores) En fechas recientes se intentó volver a un estilo similar de erotismo "soft" con la adaptación de la trilogía 50 sombras de Grey, pero el resultado no fue satisfactorio (valga la ironía del adjetivo), y al menos en mi caso no pasé de la primera entrega.
Se podría decir que en su mayoría, ese tipo de títulos ofrecían un sexo pasado por el tamiz del glamour del cine, y no nos vamos a engañar: Babygirl sigue en esta misma tónica, pero lo curioso es que lo enfoca desde la parte contraría. Con esto me vengo a referir a que mientras ese tipo de películas buscan la complacencia, en especial del público masculino, el presente film da el mismo resultado pero desde el punto de vista de lo que de verdad desea la mujer (o en este caso Romy, la ejecutiva protagonista, encarnada con eficacia y solvencia por una Nicole Kidman que repite en un género que ya tocó hace 25 años con Eyes wide shut, la obra póstuma de Stanley Kubrick)
La sexualidad femenina siempre ha sido bastante coartada y reprimida, y de hecho una transgresión sobre esos esquemas era parte de lo que planteaba Pobres criaturas de Yorgos Lanthimos, optando la directora holandesa Halina Reijn en esta Babygirl por unos derroteros similares, que ya resultan claros en sus dos primeras escenas. Lo primero que se ve es al personaje de Nicole Kidman practicando sexo con Jacob, su marido en la ficción, encarnado por un bastante adecuado Antonio Banderas. Pero tras lo que uno supondría la culminación de dicho acto, ella ha quedado insatisfecha y necesita escapar a hurtadillas del lecho conyugal para ver porno en el que una mujer es sometida por un hombre, masturbándose con eso y logrando así el orgasmo que no había conseguido antes. Justo ahí ya queda claro que la protagonista es una mujer un tanto insatisfecha, que desea desatar sus fantasías más ocultas (practicar sexo tomando un rol sumiso y siendo dominada), pero que se ve reprimida por su condición de madre y su estatus social.
Y es que justo después nos muestran que Romy, el personaje de Kidman, es una ejecutiva que ostenta un cargo de poder en una importante empresa de robótica (es decir, que ella ostenta el mando cuando en si lo que le gustaría es justo lo contrario, ser mandada) La cosa cambia cuando conoce al joven Samuel (encarnado por el actor Harris Dickinson, visto en la precuela de Kingsman), un becario en su empresa cuyo talante algo insolente y atrevido le llamará mucho la atención, estableciéndose una curiosa disyuntiva en el hecho de que ella mande jerárquicamente sobre él, pero que en si lo que desee es ser dominada sexualmente por él. A partir de ese planteamiento se establece un triángulo sexual y sentimental entre los tres personajes principales (si bien el de Banderas queda algo secundario) en el que solo es cuestión de tiempo que al final se masque el drama, pero en el que la protagonista experimentará sus deseos más ocultos, y que al final le brindará una catarsis para no ocultar sus anhelos más íntimos.
Presentada en el más reciente Festival de Venecia, prestigioso certamen cinematográfico que (como tantos otros) siempre agradece la provocación que despiertan estos films donde se intenta llevar al erotismo al límite de lo permisivo, la película le hizo ganar la Copa Volpi a la mejor actuación femenina a su protagonista, una determinante Nicole Kidman que sabe que toda la película gira sobre sus hombros, llevando a cabo una actuación modélica. Se podría decir que Babygirl intenta ser transgresora en sus connotaciones eróticas, aunque al final tampoco muestre nada que no se haya visto antes, pero en lo que sin duda destaca es que aunque en esencia ofrezca lo usual en este tipo de films, no lo haga de forma tan descarada hacia la tendenciosa mirada masculina que casi siempre ha estado presente en este género, sino poniendo por bandera el deseo femenino (aunque en este caso suene más bien a fantasía machista), sustentado aquí en una curiosa paradoja de inversión de roles. Babygirl defiende el sexo consentido, pero sin barreras ni cortapisas.
CALIFICACIÓN: Entretenida (3/5)
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- FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
- FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 17 de enero de 2025.