Se suele afirmar que Disney ha "pervertido" hasta cierto punto una gran cantidad de cuentos y relatos infantiles con sus adaptaciones, que en la gran mayoría de las veces han calado tan hondamente en el imaginario colectivo que resulta dificil pensar en ellas desde otros puntos de vista quizás más cercanos al espíritu original de la obra. Y es que muchas de esas historias que imaginamos bajo la versión de Disney, en su origen tenian elementos más oscuros y hasta cierto punto perturbadores, que se convierten en "asperezas" que hay que limar para llegar a un público más amplio.
Ejemplo de ello podría ser El libro de la selva, que la inmensa mayoría conoce más por la versión animada de Disney de 1967 (o su remake en acción real de 2016) que por la obra literaria de Rudyard Kipling. Esto no es una crítica negativa hacia esas películas, ya que esa mencionada adaptación en dibujos animados fue una de las primeras películas que recuerdo que me llevaron a ver al cine en mi infancia, y su remake de 2016 dirigido por Jon Favreau (que ahora está haciendo una labor más o menos similar con El rey león de cara a su estreno el próximo verano) consiguió unos resultados notables.
Suele ser habitual en Hollywood que en ocasiones existan proyectos por duplicado, provocando los estrenos de dos films con temáticas bastante similares en un corto periodo de tiempo. La tónica habitual es que tan solo triunfe uno de los dos (por regla general el primero), siendo ese el mayor contratiempo de esta Mowgli, a la que le han añadido el subtítulo de La leyenda de la selva, y que fue gestada por las mismas fechas que la versión de Favreau, pero enfocada desde un punto de vista más oscuro y menos infantil. Como es facil de deducir, el no saber como "vender" un producto de estas características retrasó su estreno hasta que al final ha sido rescatada por Netflix, como ya pasó este año por ejemplo con Aniquilación, lo que como mínimo nos permite ver el relato ya por todos conocidos desde otra perspectiva.
El mayor problema al que se puede enfrentar esta nueva versión del clásico dirigida por Andy Serkis es la ambiguedad bajo la que está llevada a cabo, no siendo un fallo por si mismo, pero no acabando de condicionar hacia que público va dirigida, de tal manera que para los niños pueda ser quizás demasiado oscura (no en vano aqui se muestra el lado más bestial de la selva, en el que cada día es una lucha para la supervivencia), pero los adultos igual no acabarán de "conectar" del todo con esta propuesta, sobretodo al estar condicionados por la versión de Disney (bien sea la clásica o su versión de 2016, que se llevó un merecido Oscar a los mejores efectos visuales), esperando un tono más alegre que logicamente no tiene en ningún momento. Eso si, es una pena que esta película no se estrene en salas de cine, porque su calidad visual es sin duda alguna muy llamativa en su conjunto, aunque no alcance las cotas de verosimilitud de la versión de Favreau.
De todas maneras he visto críticas (creo que algo injustas) sobre los efectos digitales de este film en lo que se refiere a la caracterización de los animales, y aunque es cierto que no sería tan detallada como en la versión de 2016, no por ello sería despreciable. A cargo del oso Baloo está el propio realizador de esta película (Andy Serkis), que le da un aire más serio a un personaje que todos tienen como más bonachón, mientras que la pantera Bagheera está encarnada por Christian Bale, cuya captura de movimiento para crear luego al felino creo que resulta bastante acertada. Tambien tienen presencia aqui Cate Blanchett dando vida a la serpiente Kaa y Benedict Cumberbatch encargándose del malvado tigre Shere-Khan, que realizan también un buen trabajo, siendo respetado para todos ellos en su doblaje al español, contando con los dobladores habituales de esos cuatro actores, algo que se hace especialmente evidente en los casos de Bale y Cumberbatch.
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- FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
- FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 7 de diciembre de 2018 en Netflix
- LO MEJOR: Creo que transmite unos evidentes mensajes de respeto por la naturaleza, así como de tolerancia, equilibrio e integración de una manera diferente pero igual de meritoria que las versiones anteriores.
- LO PEOR: El tono crítico contra el colonialismo occidental en la India es demasiado superficial (aparte de las lógicas comparaciones con las adaptaciones previas que han calado en el imaginario colectivo)
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