Como otros casos, me leí tan solo el primer volumen de El incorregible Hombre Hormiga de Robert Kirkman hace más de ocho años, sin que dicha lectura tuviera continuidad, por lo que aprovechando que ví disponible este integral no dudé a la hora de decantarme por él, en el cual se recuperan los 12 números que tuvo la serie antes de su cancelación. Como su propio título ya da a entender, lo que prima (con mayor o menor acierto) es un simpático sentido del humor a tenor de las condiciones de este particular personaje.
Aunque Hank Pym y Scott Lang son los dos Hombres Hormiga más conocidos (incluso en las películas), esta serie se centra en uno nuevo, un agente de SHIELD llamado Eric O'Grady, que no se caracteriza por ser una persona muy íntegra, sino que más bien por tener todos aquellos valores que uno NUNCA se imaginaría en un superhéroe. Es cierto que con lo que plantea, que un tipo así consiga un traje de Hombre Hormiga puede dar pie a muchas situaciones de humor (que las hay), aunque hay momentos en que por su comportamiento roza lo antipático.
Una de las aficiones iniciales de este particular personaje es aprovechar las capacidades de su traje para volverse diminuto y espiar a las chicas en la ducha, lo cual ya sirve de ejemplo para ver el tipo de persona que es (aunque aún así resulta en inicio simpático) El problema radica en algunas de las acciones que lleva a cabo, no por ser en muchos casos cuestionables sino porque le hacen perder su sarcasmo inicial a la propuesta. Pese a todo el resultado global es muy entretenido, a lo que también ayuda el apartado gráfico de Phil Hester, que dota a esta serie de un gran dinamismo, encajando muy bien para las pretensiones del presente título, que se permite además referencias a los eventos Marvel que había por aquel entonces como Civil War (la primera) o World War Hulk.
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Por pura casualidad descubrí en la biblioteca un comic del que desconocía su existencia: Squeak The Mouse, obra del artista italiano Massimo Mattioli, y que vieron la luz en 1986 y 1992 respectivamente, por lo que se podrían considerar como unos antecedentes de lo más parecido que se me ocurrió a mi: esos personajes de Rasca y Pica (también un gato y un ratón que se hacen mutuamente todo tipo de salvajadas) que son los dibujos animados preferidos de Bart Simpson.
De todas maneras también es cierto que tanto este comic como la referencia citada vendrían a ser unas parodias de la serie de dibujos animados Tom y Jerry, lo que pasa que llevándolo a un punto de humor negro mucho más desatado. Pero mientras que los personajes citados de Los Simpson se quedan tan solo ahi, este comic SE DESMADRA sin ningún tipo de prejuicios, incluyendo no solo una violencia gráfica digna del más sangriento slasher, si no que también escenas de orgias y sexo pornográfico muy explícito, que se hilvanan con historias donde tiene cabida el gore más desatado. Cada uno de los comics está centrado en como uno de los personajes (gato y ratón) asesinan sin piedad al contrario, para encontrarse luego con el regreso de ultratumba de quien consideran del todo muerto.
Resulta evidente decir que esto sería un comic SÓLO PARA ADULTOS, así como el hecho de que son bastante breves por lo que se leen de forma muy rápida, pero es tal el grado de salvajismo unido a las abundantes escenas de sexo y orgias, que mentiría si no dijera que esbocé más de una sonrisa mientras lo leía por lo tremendamente gamberro y brutal que es. La lástima es que al ser de hace ya muchos años me imagino que si alguien los quiere tendrá que echar mano del mercado de segunda mano, pero desde luego doy fé que son una divertida bestialidad que merece la pena.
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Si bien ahora es conocido como Deadpool (su nombre original) gracias a las películas, en origen el alter-ego del bocazas Wade Wilson aqui en España se llamó Masacre. De las dos miniseries incluidas en este tomo (de ahí el título genérico de Las minis de Masacre) la primera ya tiene buena definición en su título (Masacre mata al Universo Marvel) mientras que la segunda, que sería secuela de la anterior, engloba bajo el título de Masacre matalustrado una historia más o menos similar a la previa pero en este caso centrada en multitud de clásicos literarios.
El antecedente para la primera sería una historia alternativa donde es Punisher el que acaba con todo el Universo Marvel, pero en esta ocasión se echa mano de Masacre (Deadpool), que pierde del todo la cordura (aunque no su verborrea habitual) y se dedica a asesinar de todas las maneras más variadas (en algunos casos rozando lo ridículo) tanto a superhéroes como villanos del mencionado Universo Marvel. No hay que buscarle más justificaciones (es lo que es) por lo que es cierto que dilatarlo cuatro números hace que se resienta el ritmo.
Con el mismo guionista de esa primera (Cullen Bunn, responsable de Harrow County) en la de Masacre matalustrado el psicópata protagonista decide que si acabando con los personajes de su mundo no tiene bastante, acabará con los orígenes literarios que pudieran haberlos inspirado. A partir de ahi empieza su viaje por el denominado Ideaverso, en el que tienen cabida un buen montón de clásicos literarios de los que Masacre dará buena cuenta. Uno de los guiños más simpáticos es el buscar paralelismos entre dichos referentes literarios y los del Universo Marvel (más acertados en algunos casos que en otros) Pero aqui, además de la mencionada simplicidad argumental (de nuevo es lo que es), si es verdad que algunos de los elegidos quedan quizás un tanto deslucidos, dando la sensación de que podrían haber dado más de si, aunque el resultado global sigue siendo igual de entretenido pese a estar demasiado estirado (otros cuatro números) para su sencillez.
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