A cuenta del reciente estreno de dos películas tan opuestas como Barbie y Oppenheimer, que dió lugar a esa simpática combinación llamada Barbenheimer (y que ha generado todo tipo de imágenes y posters como el que acompaña a estas líneas), me gustaría citar unas pequeñas anécdotas que iba a poner en mis redes sociales en facebook y twitter, pero que he creído que merecían un post.
Empezando por las más recientes hay que citar que cuando fui al pase de prensa de Oppenheimer la sala estaba bastante llena, lo cual puede ser sinónimo de que a su nivel triunfará. Y esto lo digo por comparación con Flash, a la que también fui al pase de prensa y me recuerdo que una persona antes del comienzo de la película se extrañó de que hubiera tan poco público, máxime siendo un film de superhéroes, lo que después se confirmó con su fracaso en taquilla.
En cuanto a Barbie, no pude asistir al pase de prensa, pero me fui al cine a la primera sesión del día de su estreno. Precavido para no encontrarme con mucha gente pedí la versión original subtitulada, pero cual fue mi sorpresa al ver que la sala donde la emitían doblada estaba bastante repleta, y donde estaba yo en V.O.S.E. también, acabando la película con bastante parte del público emocionado e incluso aplaudiendo.
Pero lo INCREIBLE fue ver la cola que había para la siguiente sesión, que se extendía bastante más allá del vestíbulo del cine, ocupando gran parte de la planta del centro donde está. Cabe indicar que eso sin duda es sinónimo de que le irá bien, porque la última vez que viví algo así fue cuando fuí a ver Los tres mosqueteros: D'artagnan, que casi no entro debido a la cola de gente que iba a ver SuperMario Bros, la cual se convirtió en un espectacular éxito de taquilla.
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