Hace ya 25 años que le llegó la fama a M.Night Shyamalan gracias a la película El sexto sentido, el film por el que aún lo conoce la mayoría del público. Tras dicho título su carrera ha sido bastante irregular, brillando en tantas ocasiones como las que ha decepcionado, pero sin duda ha mantenido un interés sobre su filmografía que incluso le ha servido para darle el relevo como directora a su hija Ishana, que hace poco estrenó Los vigilantes. Se trata de una adaptación de la novela homónima de A.M.Shine que aún no siendo una cinta del todo redonda, si representa un digno debut, en el que se nota de forma muy clara que Ishana sigue los pasos de su progenitor.
Ahora Shyamalan le ofrece una oportunidad a su otra hija Saleka, que interpreta en esta película a Lady Raven, una cantante que vendría a ser similar a la popular (y real) Taylor Swift, y a cuyo concierto asiste el protagonista sin saber lo que se le viene encima. Hay un evidente amor paternofilial en esto, porque el director de La trampa promociona la carrera musical de su hija incluyéndola aquí, y al mismo tiempo (en la ficción), el padre encarnado por Josh Hartnett intenta complacer a su hija adolescente, llevándola al concierto de su artista preferida.
El problema radica en que pronto se da cuenta de que hay algo más allá de toda la parafernalia propia de un evento así: se ha tendido una trampa a un peligroso asesino en serie... que resulta que es él. ¿Como lograr escapar de una encerrona de este tipo?
Llegados a este punto, aunque no lo parezca, se me podría achacar haber soltado un spoiler, pero es que la condición de su protagonista es desvelada desde en trailers previos como por parte del propio director, cuando describió este proyecto como El silencio de los corderos en un concierto de Taylor Swift. Quizás el título mentado pueda levantar unas erróneas expectativas (no llega ni de lejos al clásico donde Hannibal Lecter logró hacerse mítico) pero si que es verdad que durante su primer tramo la historia que nos plantea su responsable sabe mantener la tensión y el suspense con holgura, lo que lleva a ilusionar de que quizás sea uno de los mejores títulos de Shyamalan, jugando a ser una mezcla entre Alfred Hitchcock y Brian de Palma. En esos momentos se intenta que simpaticemos con Cooper, el protagonista, para que logre escapar de la encerrona en la que se ha metido, situando al espectador en una comprometida posición moral, pero más allá de ello me faltó la empatía suficiente (quizás por falta de desarrollo en el personaje de Josh Hartnett)
Esa empatía hacia el asediado protagonista se intenta lograr en el tramo final, donde se sustituye la tensión y el suspense (aunque sea gracias a inesperados golpes de suerte que para algunos pueden ser un exagerado cúmulo de casualidades), por ciertos giros un tanto forzados que hacen que aunque parezca que va a acabar la película, esta dilate el final aún más. Cualquiera de esos momentos previos a rizar más el rizo de su guion hubiera sido un correcto (que no brillante) cierre a lo planteado, pero el mantenerlo en marcha hace tener la esperanza de un final a la altura de las circunstancias, y eso no llega a ocurrir. En parte puede ser por tirar de tópicos y clichés para desarrollar al personaje de Hartnett, cuyo trauma parece hacernos retrotraer al Norman Bates de Psicosis, si bien vendría a recordar más al televisivo Dexter (algo evidente en como intenta mantener su fachada de buen padre de familia), salvo que este se supone que no ha tenido la orientación adecuada a sus ansias asesinas como si ocurre con el encarnado por Michael C.Hall en la citada serie.
Aunque en mi caso no ha sido un impedimento para el disfrute de esta propuesta, el tema de las relaciones paterno (y materno) filiales no solo es palpable en Cooper y sus ansias por mantener su tapadera ante su familia y el resto de la sociedad, sino cuando también se descubren las que (se supone) le llevaron a ser lo que es. A ello se añade la antes citada de Shyamalan dando una oportunidad musical a su hija en el presente film, pero es que a esto también se suma otra artística en el tramo final de la película, lo que para muchos puede ser una forzada elección de nepotismo (da que pensar si ese devenir de los acontecimientos está orquestado tan solo para intentar mostrar el supuesto talento interpretativo de Saleka, más allá del musical, en el que cumple con corrección) En resumidas cuentas se puede decir que La trampa es una película que engloba lo mejor y lo peor de Shyamalan, en inicio manteniendo con precisión la intriga, pero luego perdiendo credibilidad a cuenta de forzados giros que dilatan un final que no acaba de convencer.
CALIFICACIÓN: Entretenida (3/5)
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- FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
- FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 9 de agosto de 2024.
- Galería de posters por este enlace.
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