Tenía curiosidad en esta nueva adaptación de Ha nacido una estrella porque siempre he considerado a Bradley Cooper un buen actor, por lo que me interesaba ver que tal le había ido en su estreno como director (aunque también sea aqui el protagonista masculino principal) Hay que recordar que cuando este proyecto iba dando vueltas se llegó a afirmar que podría dirigirlo Clint Eastwood y de protagonista Beyoncé, lo cual sin duda hubiera sido llamativo de ver, aunque al final al antes citado Cooper le acompaña Lady Gaga. Cabría preguntarse esa necesidad de contar otra vez una historia ya vista en las versiones previas de 1937, 1954 y 1976 en las que intervinieron mitos del cine como Judy Garland o James Mason, pero lo justo es dejarle un margen de confianza, más que nada porque ya no vendrá de un remake más o menos (esta cinta y su más directa predecesora están englobadas en el mundo de la música, mientras que las dos primeras se centraban más en Hollywood)
El mayor problema cuando vas a ver una historia como esta, de la cual ya conoces su esquema básico, sería si los responsables se dan cuenta de ello, algo que en este caso parece más bien que no. Y es que la opera prima como director de Bradley Cooper resulta al final una ególatra y vanidosa dosis hasta el exceso de si mismo, llegando incluso a enturbiar el inesperado buen trabajo de Lady Gaga, más allá de sus capacidades musicales. Con los elementos que trabaja podría haber sido algo más o menos entretenido, pero DILATA HASTA EL EXCESO una historia básica, por lo que al final acaba resultando cansina.
Lo mejor de esta película estaría en lo que justamente podía levantar más suspicacia: ¿una cantante amiga del exceso y la extravagancia como Lady Gaga podría llegar a realizar una buena actuación? Aunque con ciertas dudas previas, en mi caso no dejaba de pensar en la Evita que protagonizó Madonna, y en donde quedó claro que (si quería) podía resultar creible en la pantalla. Algo así ocurre aqui, porque Bradley Cooper la obliga a sacarse de encima todo lo extravagante que rodea a su personaje (real) para construir aqui una actuación realista, en la que puedes sentir empatía por el ascenso al estrellato de su personaje en esta película, que pasa de ser una más del montón hasta alcanzar el triunfo y los premios como diva de la canción (lo cual no deja de tener su ironia respecto a lo realmente vivido por Lady Gaga) Pero lo que podría haber sido un remake más o menos eficiente se pierde por la vanidad de su director y protagonista masculino: Bradley Cooper.
En el momento en que escribo esta crítica ignoro cual será el futuro de esta película tanto en la taquilla como en la próxima temporada de premios a la que nos aproximamos, pero mientras que a lo primero me atrevo a decir que todo dependerá de la recepción de los fans de ella (que creo que quedarán satisfechos), a lo segundo me da toda la sensación de que Bradley Cooper se excede tanto en su papel de actor como en el de director. En el primer caso resulta bastante evidente porque lo más básico de su personaje queda claro de forma rápida, por lo que su progresivo ocaso resulta insistir de una forma muy reiterada sobre detalles (sus vicios, sus defectos, etc.) que la historia ya ha dejado claros de entrada. De hecho en algunos momentos parece más que el protagonista sea él y no ella, en un evidente error que se hace más palpable cuando vemos su labor como director, ya que peca de vanidoso porque al resultado final es evidente que le sobra metraje.
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- FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
- FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 5 de octubre de 2018
- Galería de posters por este enlace.
- LO MEJOR: El sorprendente buen trabajo de Lady Gaga, a la que se consigue ver (y creer) fuera de todo el circo estrambótico que normalmente la rodea.
- LO PEOR: El exceso de Bradley Cooper en sus dos facetas, como actor solapando incluso a su estrella (cuando en el fondo ella es más interesante que él) y como director por no saber cortar en la sala de montaje.