FICHA TÉCNICA
Título: DEATH RACE (LA CARRERA DE LA MUERTE)
Título original: Death Race
Dirección: Paul W. S. Anderson
País: Estados Unidos
Año: 2008
Duración: 104 min.
Género: Ciencia-ficción
Reparto: Jason Statham, Joan Allen, Tyrese Gibson, Ian McShane, Natalie Martinez, Robin Shou, Janaya Stephens, Robert LaSardo, Nathalie Girard, Sharlene Royer, Jacob Vargas, Ruth Chiang, Max Ryan, Marcello Bezina
Guión: Paul W. S. Anderson
Distribuidora: Universal International Pictures
Productora: Impact Pictures, Relativity Media, Cruise/Wagner Productions, H2S2 Filmproduktionsgesellschaft
Cásting: Helene Rousse, Robin D. Cook, Scot Boland, Victoria Burrows
Director de fotografía: Scott Kevan
Diseño de Producción: Paul D. Austerberry
Montaje: Niven Howie
Música: Paul Haslinger
Productor: Adam Merims, Jeremy Bolt, Paul W. S. Anderson, Paula Wagner, Roger Corman, Tom Cruise
Productor ejecutivo: Dennis E. Jones
Vestuario: Gregory Mah
SINOPSIS
El tricampeón de velocidad Jensen Ames (Jason Statham) es todo un experto a la hora de sobrevivir en el desértico paisaje en el que se ha convertido el país. Cree haber cambiado de vida, pero el ex convicto es acusado de un terrible crimen que no ha cometido. La alcaidesa de Terminal Island (Joan Allen) le obliga a ponerse la máscara de Frankenstein, un favorito del público al que parece imposible matar, y le da dos opciones: competir o pudrirse en una celda.
Con el rostro escondido detrás de la máscara metálica, el preso deberá sobrevivir a los tres días más terribles de su vida, enfrentándose a los peores criminales procedentes de las cárceles más duras del país si quiere salir libre. Al volante de un monstruoso coche armado con ametralladoras, lanzallamas y lanzagranadas, este hombre desesperado será capaz de destruir todo lo que se interponga en su camino para ganar el juego de masas más retorcido de la tierra.
CRÍTICA
Hay películas que nacen para ser disfrutadas principalmente por un público potencial, y eso se nota en casos como esta Death Race (La Carrera de la Muerte), título dirigido principalmente a espectadores jóvenes y masculinos. Remake de la película Death Race 2000 de 1975 protagonizada por David Carradine y Sylvester Stallone, aquí son Jason Statham y Tyrese Gibson los que encarnan a los dos principales contrincantes de la carrera.
La película (¿para que negarlo?) es exactamente lo que uno se puede imaginar: un film de acción que cumple todos los arquetipos del género (a saber: tipos duros, tías buenas, carreras de coches espectaculares y mucha acción). Ambientada en un hipotético año 2012, el film hace una clara crítica hacía los reality-shows que pueblan las cadenas de televisión, ya que los protagonistas (reos condenados por diferentes motivos) pasan de ser unos don nadie a ser héroes sólo por participar (y sobrevivir) a la carrera que da título al film. Allí irá a parar el protagonista encarnado por Jason Statham tras ser acusado falsamente del asesinato de su esposa, dándose cuenta enseguida que sus enemigos no sólo están entre los otros presos sino también en la severa jefa de la prisión y máxima organizadora de La Carrera de la Muerte, encarnada con bastante solvencia por una sorprendente Joan Allen.
El mayor problema de la película reside en su guión, que si bien es exactamente lo que uno puede esperar de un título así, no aporta nada novedoso, siendo el conjunto una sucesión de tópicos de lo más manidos que hacen recordar a uno películas como Encerrado con Sylvester Stallone y Donald Sutherland, cuya relación en el citado film vendría a ser el equivalente de la que mantienen aquí los personajes de Jason Statham y Joan Allen. Por su parte la carrera que da título al film, dividida en tres fases, vendría a recordar a la saga de Mad Max sobretodo en el aspecto de los automóviles, si bien la cantidad de armas y métodos para destruirse mutuamente que tienen esos vehículos hace pensar que estemos viendo un videojuego y no un largometraje usual.
En el transcurso de la mortal carrera el protagonista descubrirá que el asesinato de su esposa por el que fue encarcelado era simplemente una excusa para traerlo a prisión y obligarlo a competir en este deporte extremo, pudiendo averiguar quien lo hizo (y, lógicamente, tomándose la justicia por su mano). Pero tanto ese hilo argumental como el de la compañera femenina que tiene durante la carrera (encarnada por la guapísima Natalie Martinez) o las disputas entre los diferentes presos para provocar las rencillas que luego se disiparán en la violenta competición sobre ruedas son simples excusas para que, como si de un videojuego se tratara, el espectador vaya pasando de nivel a nivel por las tres fases de la carrera, hasta un previsible final donde los dos máximos competidores lucharán entre si por ganar, teniendo el incentivo de la libertad como premio final.
En resumidas cuentas, siendo un título de acción de clarísima serie B, y al que quizás se le puede echar en cara su sincopado montaje (algo, por otra parte, parece que usual en el cine de acción actual) si uno asume lo que va a ver puede pasar un rato entretenido y sin complicaciones, pese a no ser un título que vaya a acabar entre lo mejor del año. Aún así personalmente para mi es mejor que la psicotrónica Speed Racer, que también se movía en el campo de las carreras automovilísticas.
LO MEJOR: Su falta de pretensiones, su entretenimiento, su claro espíritu de serie B y unos actores solventes para lo que tienen que hacer, encabezados por un héroe de acción como Jason Statham y una mala muy mala a cargo de Joan Allen.
LO PEOR: Su falta de originalidad, no sólo porque recuerde a films como Encerrado o Mad Max, sino porque en ocasiones parece más un videojuego que una película.
Título: DEATH RACE (LA CARRERA DE LA MUERTE)
Título original: Death Race
Dirección: Paul W. S. Anderson
País: Estados Unidos
Año: 2008
Duración: 104 min.
Género: Ciencia-ficción
Reparto: Jason Statham, Joan Allen, Tyrese Gibson, Ian McShane, Natalie Martinez, Robin Shou, Janaya Stephens, Robert LaSardo, Nathalie Girard, Sharlene Royer, Jacob Vargas, Ruth Chiang, Max Ryan, Marcello Bezina
Guión: Paul W. S. Anderson
Distribuidora: Universal International Pictures
Productora: Impact Pictures, Relativity Media, Cruise/Wagner Productions, H2S2 Filmproduktionsgesellschaft
Cásting: Helene Rousse, Robin D. Cook, Scot Boland, Victoria Burrows
Director de fotografía: Scott Kevan
Diseño de Producción: Paul D. Austerberry
Montaje: Niven Howie
Música: Paul Haslinger
Productor: Adam Merims, Jeremy Bolt, Paul W. S. Anderson, Paula Wagner, Roger Corman, Tom Cruise
Productor ejecutivo: Dennis E. Jones
Vestuario: Gregory Mah
SINOPSIS
El tricampeón de velocidad Jensen Ames (Jason Statham) es todo un experto a la hora de sobrevivir en el desértico paisaje en el que se ha convertido el país. Cree haber cambiado de vida, pero el ex convicto es acusado de un terrible crimen que no ha cometido. La alcaidesa de Terminal Island (Joan Allen) le obliga a ponerse la máscara de Frankenstein, un favorito del público al que parece imposible matar, y le da dos opciones: competir o pudrirse en una celda.
Con el rostro escondido detrás de la máscara metálica, el preso deberá sobrevivir a los tres días más terribles de su vida, enfrentándose a los peores criminales procedentes de las cárceles más duras del país si quiere salir libre. Al volante de un monstruoso coche armado con ametralladoras, lanzallamas y lanzagranadas, este hombre desesperado será capaz de destruir todo lo que se interponga en su camino para ganar el juego de masas más retorcido de la tierra.
CRÍTICA
Hay películas que nacen para ser disfrutadas principalmente por un público potencial, y eso se nota en casos como esta Death Race (La Carrera de la Muerte), título dirigido principalmente a espectadores jóvenes y masculinos. Remake de la película Death Race 2000 de 1975 protagonizada por David Carradine y Sylvester Stallone, aquí son Jason Statham y Tyrese Gibson los que encarnan a los dos principales contrincantes de la carrera.
La película (¿para que negarlo?) es exactamente lo que uno se puede imaginar: un film de acción que cumple todos los arquetipos del género (a saber: tipos duros, tías buenas, carreras de coches espectaculares y mucha acción). Ambientada en un hipotético año 2012, el film hace una clara crítica hacía los reality-shows que pueblan las cadenas de televisión, ya que los protagonistas (reos condenados por diferentes motivos) pasan de ser unos don nadie a ser héroes sólo por participar (y sobrevivir) a la carrera que da título al film. Allí irá a parar el protagonista encarnado por Jason Statham tras ser acusado falsamente del asesinato de su esposa, dándose cuenta enseguida que sus enemigos no sólo están entre los otros presos sino también en la severa jefa de la prisión y máxima organizadora de La Carrera de la Muerte, encarnada con bastante solvencia por una sorprendente Joan Allen.
El mayor problema de la película reside en su guión, que si bien es exactamente lo que uno puede esperar de un título así, no aporta nada novedoso, siendo el conjunto una sucesión de tópicos de lo más manidos que hacen recordar a uno películas como Encerrado con Sylvester Stallone y Donald Sutherland, cuya relación en el citado film vendría a ser el equivalente de la que mantienen aquí los personajes de Jason Statham y Joan Allen. Por su parte la carrera que da título al film, dividida en tres fases, vendría a recordar a la saga de Mad Max sobretodo en el aspecto de los automóviles, si bien la cantidad de armas y métodos para destruirse mutuamente que tienen esos vehículos hace pensar que estemos viendo un videojuego y no un largometraje usual.
En el transcurso de la mortal carrera el protagonista descubrirá que el asesinato de su esposa por el que fue encarcelado era simplemente una excusa para traerlo a prisión y obligarlo a competir en este deporte extremo, pudiendo averiguar quien lo hizo (y, lógicamente, tomándose la justicia por su mano). Pero tanto ese hilo argumental como el de la compañera femenina que tiene durante la carrera (encarnada por la guapísima Natalie Martinez) o las disputas entre los diferentes presos para provocar las rencillas que luego se disiparán en la violenta competición sobre ruedas son simples excusas para que, como si de un videojuego se tratara, el espectador vaya pasando de nivel a nivel por las tres fases de la carrera, hasta un previsible final donde los dos máximos competidores lucharán entre si por ganar, teniendo el incentivo de la libertad como premio final.
En resumidas cuentas, siendo un título de acción de clarísima serie B, y al que quizás se le puede echar en cara su sincopado montaje (algo, por otra parte, parece que usual en el cine de acción actual) si uno asume lo que va a ver puede pasar un rato entretenido y sin complicaciones, pese a no ser un título que vaya a acabar entre lo mejor del año. Aún así personalmente para mi es mejor que la psicotrónica Speed Racer, que también se movía en el campo de las carreras automovilísticas.
LO MEJOR: Su falta de pretensiones, su entretenimiento, su claro espíritu de serie B y unos actores solventes para lo que tienen que hacer, encabezados por un héroe de acción como Jason Statham y una mala muy mala a cargo de Joan Allen.
LO PEOR: Su falta de originalidad, no sólo porque recuerde a films como Encerrado o Mad Max, sino porque en ocasiones parece más un videojuego que una película.