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miércoles, 22 de agosto de 2018

MAUS: RELATO DE UN SUPERVIVIENTE y EL DIARIO DE ANNE FRANK

Hace 12 años que me leí por vez primera Maus: Relato de un superviviente y ya por entonces me impactó, por lo que pasada más de una década decidí darle un repaso, aprovechando una edición posterior de Reservoir Books que encontré por la biblioteca. El tiempo transcurrido y las múltiples y variadas lecturas de todo tipo de comic desde entonces quiero considerar que han modelado un caracter más crítico en mi, por lo que si en un primer momento (en aquel 2006) Maus se me hizo excelente, vista desde esta experiencia que da el tiempo creo que es aún mejor.

Cuando se pregunta a alguien que recomiende algún comic PRIMORDIAL es usual decantarse por Alan Moore y algunas de sus obras más icónicas como por ejemplo Watchmen. Pero si dicho autor tiene títulos muy destacables, lo justo es recomendar junto a ellos (e incluso por encima de algunos) este acercamiento a las penurias del Holocausto nazi en esta excelente y soberbia fábula orquestada por Art Spiegelman.

Es justo indicar que en su momento cité que había dos magníficas películas que habian tocado este mismo tema, y que me impactaron al mismo nivel que esta obra ganadora del premio Pulitzer (el cual es más que merecido) Pero dichos films, La lista de Schindler y La vida es bella, son de los años noventa mientras que las dos partes en las que se divide esta Maus vieron la luz en origen en 1973 y 1986, por lo que esta novela gráfica sería precursora tanto de las mencionadas películas como de tantas otras historias que se han centrado en aquella tragedia histórica. Es por ello que desde ese punto de vista actual, el lector que se enfrente a ella por primera vez puede quedar con la sensación de que lo que le explican ya lo sabía (de tantas historias que ha habido sobre ello), si bien nadie le quita el mérito a la labor del autor, que se arriesgó con una historia realista tratada como si fuera una fábula, logrando triunfar hasta el punto de que creo que todo el mundo tendría que leerse al menos una vez en la vida esta soberbia novela gráfica.
Siguiendo con el mismo tema la casualidad ha hecho que tras Maus mi siguiente comic fuera la adaptación gráfica de El diario de Anne Frank, mítica obra que tambien esta ambientada en los años del Holocausto nazi. Mucho había oido yo acerca de esta historia, pero es verdad que nunca me había planteado el leerla, por lo que esta adaptación cubre muy bien dicho hueco, ya que se nota un respeto tan grande por el original que en algunos casos queda del todo exacto, sin cambiar ni una coma.

Es evidente que siendo una adaptación bendecida por la fundación que lleva el nombre de su protagonista estamos ante una obra muy cuidada, en la que se adapta en viñetas las más de 300 páginas del original, quedando un soberbio comic de 156 páginas del que se disfruta todas y cada una de ellas. El grueso de la historia se centra en las vivencias de la protagonista, su familia y varios personajes más mientras estaban ocultas de los nazis entre junio de 1942 y agosto de 1944, en el que son descubiertos y llevados a campos de exterminio.

Con la última frase que habeis leido pensareis que os he colado un spoiler pero quien haya oido hablar de la historia sabe que ello fue así, por lo que resulta del todo desgarrador ver como en su diario la adolescente Anne Frank va desarrollando su historia y la de los suyos, hasta el punto de que el lector siente una inmediata empatía hacia ella. Cuando llega el final, abrupto como es lógico en estas circunstancias, tan solo queda lamentarse de como la vida de esta chica, al igual que la de tantas personas, se vió cortada de raiz en uno de los periodos históricos más oscuros de la humanidad. La adaptación en comic de Ari Folman se ve muy bien acompañada por las ilustraciones de David Polonsky, siendo el destacado trabajo de ambos el acercar al lector actual la vida y anécdotas de una joven de aquellos tiempos (con sus dudas, inquietudes, etc.), sin verse ofuscados por el mito que representa.
P.D.: Asimismo, y como complemento a ambas reseñas, citar que la mencionada película La lista de Schindler tiene una soberbía banda sonora a cargo de John Williams cuyo estribillo no podía menos que tararear mentalmente mientras leía estas dos obras, ya que tambien se adecúa sin problemas para ambas.