martes, 16 de enero de 2024

TED, la precuela en serie del oso chistoso (crítica sin spoilers)

Aunque ahora con la inteligencia artificial pueda parecer que todo está calculado para que según que tipo de proyectos realizados bajo según que parámetros destaquen y/o triunfen, siempre hay margen para la sorpresa y en ocasiones hay determinados productos que se convierten en inesperados éxitos. Eso en cine es usual, y en 2012 una de esas sorpresas fue la película Ted, una comedia dirigida por Seth McFarlane (responsable de series de animación para adultos como Padre de familia o American Dad), que con un presupuesto de apenas 50 millones de dólares logró alcanzar una recaudación mundial de casi 550.

Hay que reconocer que el citado film partía de una premisa ingeniosa: un chaval había pedido de pequeño el deseo de que su oso de peluche fuera real, y el deseo le fue concedido. El problema radicaba en que ese chaval había crecido y se había hecho un hombre (encarnado en la película por el actor Mark Wahlberg), pero su peluche también había madurado, planteándose a partir de ahí unos divertidos problemas de convivencia y evolución antes las responsabilidades que conlleva ser un adulto. Es justo indicar que el film en su momento lo vi con su doblaje español, con detalles autóctonos que descolocaban un tanto.
 
El éxito llevó a su secuela en 2015, tres años después: Ted 2 amplió su presupuesto a 68 millones de dólares, pero su recaudación menguó hasta un cómputo global de casi 216, y salvo por un remake indio en 2021 la franquicia se estancó hasta ahora.

Lógicamente era absurdo continuar con algo que claramente no daba más de si, ya que tras la novedad inicial, la secuela simplemente ofrecía más de lo mismo, pero con un error bastante común en las comedias de Seth McFarlane: alargar demasiado historias y planteamientos que daban para un metraje de entre 90 a 100 minutos, lo cual quedaba más o menos contenido en el caso de la primera película (106 minutos), pero que se hacía palpable y evidente en la segunda (cercana a las dos horas) Cabe indicar que el problema persiste en esta precuela en formato serie, con una temporada de 7 episodios siendo el más breve de 33 minutos, alargando justo el modelo de sitcom que parodia (que suele oscilar entre los 20 y 25 minutos) con resultados entretenidos en conjunto, pero demasiado irregulares en su desarrollo, aunque eso la he llevado a un éxito (donde se ha estrenado) que me atrevería a afirmar que no descarta más futuros episodios.

Pese a todo esta temporada funciona en parte por el elemento nostálgico, ya que ambientada cuando el protagonista era un chaval de 16 años eso nos sitúa en 1993, por lo que en algunas características se puede considerar paralela a El joven Sheldon, precuela de The big bang theory y ambientada más o menos por la misma época. El John Bennett encarnado por Mark Wahlberg en las películas tiene aquí los rasgos de un correcto Max Burkholder, que sabe gestionar bien la papeleta, o como mínimo mejor que sus padres en la ficción, encarnados por Scott Grimes y Alanna Ubach. Si el joven John Bennett representa el típico adolescente más o menos panoli visto en una infinidad de ejemplos (predecible pero asumible, ya con retazos de la personalidad vista en las películas), los progenitores resultan por momentos hasta irritantes porque Matty, el padre, sin duda es un MACHISTA CAFRE y Susan, la madre, una PÁNFILA BEATA.
 
Justo en el caso de la madre puede recordar a la también beata madre de El joven Sheldon, si bien allí la actriz Zoe Perry consigue que empaticemos con su personaje y no aparente ser tan rematadamente panoli como el aquí encarna Alanna Ubach. Otro tanto se puede decir al comparar al progenitor masculino de ambas series, siendo allí comprensible el George Cooper de Lance Barber frente, en este caso, al Matty Bennett de Scott Grimes, que vendría a ser todo un ejemplo de machismo tóxico (que igual era la intención, de cara a mostrar lo ridículo que es, pero al final lo hacen tremendamente irritante de puro exceso) Para compensar se une a la familia Blaire Bennett (Giorgia Whigham), una prima de John algo mayor que él, pero que sabe poner un necesario sentido común cuando el mismo escasea en la vida del joven protagonista teniendo en cuenta los padres que tiene, y que su único amigo es un peluche parlanchín.

¿Y la estrella de la función, el oso Ted? Lo conocemos con un carácter perfilado bastante similar al visto en las películas, pero aquí aplicado en inicio al ámbito de un instituto americano cuando le fuerzan a que vaya al colegio con John. En los siete episodios de esta temporada vemos el origen por la afición por Flash Gordon y la maría del protagonista humano y su oso, así como sus desatadas conversaciones sobre los temas más absurdos (llevados hasta límites aún más absurdos), junto con un ligero toque de crítica al bullying en las aulas, así como el sempiterno tema adolescente de no ser el último a la hora de perder la virginidad, unidos a otros temas relacionados con el núcleo familiar. Porque en si esto no deja de ser una parodia de las sitcom de la década de los noventa, si bien fallando al extender demasiado algunas situaciones que llevan a que si te reiteran la misma gracia varias veces, al final no sea tan graciosa.
 
CALIFICACIÓN: Entretenida (3/5)

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  • FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
  • FECHA DE ESTRENO EN PEACOCK: 11 de enero de 2024.

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