viernes, 6 de diciembre de 2024

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: LA GUERRA DE LOS ROHIRRIM, crítica

Hay ocasiones, y pienso que sobretodo en la infancia y adolescencia, en que según lo que veamos, esa película o serie puede trascender a más de lo que es, logrando que la vivamos y la sintamos como algo personal. Por ejemplo eso me pasó la primera vez que vi el Titanic de James Cameron, y otro tanto me sucedió también con El Señor de los Anillos: La comunidad del anillo (que además fue, como curiosidad del todo personal, la última película que pagué en pesetas, antes de la entrada del euro) Recuerdo que al final de la película de 2001 salí flipando del cine, ansioso por que pasará un año y llegara la secuela, aunque tanto Las Dos Torres como El retorno del Rey no me entusiasmaron al nivel de la primera, si bien me gustaron mucho.

Esa trascendencia de la trilogía original dirigida por Peter Jackson no logró repetirla ni él mismo en su inflada adaptación de El Hobbit, que debió de ser una sola película de tres horas de duración en lugar de tres películas de dilatado metraje. Pese a todo fue una trilogía precuela que volvió a ser todo un gran acierto en el apartado visual, aunque en lo argumental no dejara para el recuerdo unos personajes tan carismáticos como los de las primeras tres películas. Tras unos años en reposo, la franquicia llegó a televisión con la serie Los anillos de poder, de la cual su primera temporada lucía en lo visual, pero me dejó frio en cuanto a lo argumental (de ahí que no viera la segunda temporada), para ahora volver a saltar al cine con La guerra de los Rohirrim, que además sería el primer anime del universo literario de Tolkien.

En este caso de nuevo estamos ante una precuela, ya que la acción se sitúa 183 años antes de los hechos narrados en la trilogía cinematográfica original, pero su concepción como anime levantó suspicacias entre los fans más fieles al mundo de Tolkien, al igual que sucedió con la serie televisiva citada de Los anillos de poder. En mi caso puede sonar quizás como una herejía hacia el mencionado autor, pero cuando entre 2001 y 2003 disfruté con los primeros films de Peter Jackson, intenté leer por curiosidad la obra adaptada, y se me hizo una lectura tan farragosa que me dejó claro que el universo literario de Tolkien no era para mí. Por ello no soy purista y he valorado cada nueva entrega de El señor de los anillos en función de su concepción y desarrollo más que de su posible mayor o menor fidelidad como adaptación, por lo que cuando se anunció esta coproducción entre Warner Bros y New Line Cinema admito que despertó mi curiosidad por el formato escogido, pese a que se tome sus licencias sobre los apéndices de El señor de los anillos que adapta.

La más palpable de dichas "modificaciones" está en la propia protagonista: Hera es una princesa que en la obra de Tolkien es un personaje apenas mencionado como hija de Helm Mano Martillo, el rey de Rohan, pero sobre la que en este caso se sustenta toda la película. Algunos la han comparado con La Princesa Mononoke de Hayao Miyazaki (que no te digo yo que no), pero a mi me recordó más a Mérida, la también pelirroja protagonista de Brave (Indomable) de Disney y Pixar. En ambos casos son impulsivas, valientes e independientes, si bien en este caso se hubiera agradecido algún matiz más sobre una protagonista que me acabó resultando un tanto maniquea, por más que sea un nuevo ejemplo de ese empoderamiento femenino, ahora más visible. Ojo que lo mismo se puede decir por el otro lado: el en inicio pretendiente rechazado, y luego villano despiadado que es Wulf representaría justo todo lo contrario, no hay más matices en su personaje que cumplir con su venganza y limpiar su honor por la afrenta sufrida al inicio del presente film.

En ambos casos son los personajes que más prevalecen en esta historia, a los que se añadiría el rey Helm Mano Martillo, al que en su versión original le pone voz Brian Cox, ya que el resto tan solo cumplen su función con corrección, pero sin levantar la empatía del espectador. Justo en el tema del reparto vocal también hay que citar a Miranda Otto que vuelve a ser Éowyn... aunque nunca pasa de mera narradora a la que en ningún momento se cita, con lo cual podría haber sido cualquiera. Otro tanto para Christopher Lee como Saruman, porque aunque el actor lleve muerto desde 2015 pone su voz original (y no mediante inteligencia artificial) de unas líneas de diálogo grabadas para la trilogía de El Hobbit... aunque lo usado en este film no va más allá de una simple frase. Con un estilo de animación que funciona bien para las pretensiones del conjunto, estamos ante una película correcta pese a ciertos altibajos en su desarrollo, aunque quizás algo deudora de lo que la antecede, con pinceladas intensas (sobretodo en su último tramo) para que lo recordemos.

CALIFICACIÓN: Entretenida (3/5)

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  • FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
  • FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 5 de diciembre de 2024.
  • Galería de posters por este enlace.

2 comentarios:

Alexander Strauffon dijo...

Muy buena reseña. Saludos.

Chacal dijo...

Gracias por tu amable comentario.