De los clásicos del terror que se estrenaron en la década de los setenta (con títulos clave como El exorcista o Alien), tengo que admitir que le guardo un especial aprecio al film La profecía, que logró inquietarme cuando la descubrí de pequeño en un pase televisivo. Vista varias veces desde entonces, el más reciente visionado me ha confirmado la maestría de sus responsables, siendo una cinta modélica. Al igual que los dos ejemplos iniciales citados, la primera entrega de 1976 tuvo secuelas, dos directas en apenas pocos años, siendo las mismas algo inferiores a la inicial, pero conformando las tres una trilogía bastante atractiva (como curiosidad en la tercera, El final de Damien, era el entonces joven actor Sam Neill, visto luego en Parque Jurásico entre otros títulos, quien interpretaba al Anticristo)
Como Hollywood siempre anda bastante desesperado en busca de una franquicia taquillera, se probó suerte en 1991, diez años después de haber cerrado la saga, con una cuarta entrega en formato telefilm, y cuya mayor novedad era que ahora el Anticristo...¡era femenino! La cosa pintaba tan mal que la descarté, pero después de otro lapsus temporal, en 2006 se estrenó el remake del título original, con la "gracia" de hacerlo el 6 de junio del citado año, coincidiendo con ese 666 que identifica al Anticristo. Dicha nueva versión era correcta pero intrascendente, aunque al menos no daba la vergüenza ajena que pensaba en inicio; pero mira tú por donde que ahora se atreven con esta precuela de la primera entrega de 1976.
Con un reparto donde los nombres más conocidos son los secundarios de Charles Dance y Bill Nighy, la primera conexión de esta La primera profecía con la película inicial está en los personajes del Padre Brennan, encarnado aquí por Ralph Inneson (en la original el papel fue para Patrick Troughton, el segundo Doctor Who de la etapa clásica, y en el remake de 2006 lo encarnó Pete Postlethwaite) y el Padre Spiletto (aquí interpretado por Anton Alexander, mientras que fue Martin Benson quien le dio vida en el film original de 1976 y Giovanni Lombardo Radice en el remake de 2006), ambos bastante trascendentales para quien ya tenga experiencia en esta franquicia. Pero la protagonista de esta película es la Hermana Margaret (encarnada por la actriz Nell Tiger Free), una joven novicia recién llegada a la Roma de principios de la década de los setenta para tomar los hábitos, siendo recibida por su mentor, el Cardenal Lawrence (Bill Nighy), y derivada a un orfanato religioso hasta el momento en que se ordene monja.
Como es previsible (sino no tendríamos película) en dicho lugar ocurren cosas extrañas e inquietantes, la mayoría de ellas relacionadas con Carlita Scianna, una joven sin familia y algo perturbada que normalmente pasa más tiempo castigada por sus actos que con el resto de huérfanas. Asimismo la dubitativa protagonista se dejará tentar por el pecado, haciendo caso a una compañera que está en su misma situación. A partir de ambos detalles se entrelazará todo lo que acontece después, en una historia que parece encaminarse por la opción más aparente, hasta que un previsible giro de guion deriva por otros derroteros. Pero en este mundo que vivimos, en el que todo tiene que tener una explicación, el origen del Anticristo, que parecía un siniestro designio divino, se transforma en esta precuela en una conspiración eclesiástica para combatir la progresiva pérdida de fe de las nuevas generaciones (algo que plasman en manifestaciones estudiantiles que se daban por entonces), siendo una pueril explicación que desvirtúa el terror indefinido del original.
Es una comparación quizás algo forzada para algunos, pero mientras veía la explicación citada, no dejaba de pensar en la saga Star Wars: en su trilogía original la Fuerza era algo místico, espiritual, pero cuando se estrenó el Episodio I metieron como explicación a los midiclorianos, lo cual enfureció a cierto sector del público. Bueno, pues la sensación aquí para mi ha sido la misma, a lo que añadir el resquicio que dejan abierto por si la película puede generar alguna secuela, siendo una lástima porque si no fuera por esos dos detalles, esta precuela podría considerarse un correcto punto de entrada a esta franquicia, ya que el debut en la dirección de Arkasha Stevenson es de por si un funcional homenaje (incluso en algunas muertes) a la película inicial de Richard Donner. El mayor problema radica en que lo que en origen era algo ominoso se justifique como se justifica, a lo que sumar ese evidente hueco que dejan para una hipotética secuela (a tenor de los que sobreviven), desvirtuando el terror original de esta historia.
CALIFICACIÓN: Regular (2/5)
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- FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
- FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 5 de abril de 2024.
- Galería de posters por este enlace.