sábado, 16 de julio de 2022

BLACK PHONE, linea telefónica con el más allá (crítica sin spoilers)

Estrenada el pasado 24 de junio ahora he decidido recuperar esta Black Phone, que marca el regreso de Scott Derrickson (su director) al género del terror en el que ha sido más prolífico. De hecho su obra más popular en el mismo sería Sinister, donde ya trabajó con el aqui también presente Ethan Hawke, si bien también ha sido responsable de películas como el remake de Ultimatum a la Tierra o la primera entrega del Doctor Strange de Marvel. La siempre solvente excusa de "diferencias creativas" le llevó a abandonar la secuela del citado personaje de los comics (Doctor Strange en el Multiverso de la Locura), tomando el relevo un bastante acertado Sam Raimi. Su elección fue la presente película, que como suele suceder en el género del terror, tiene un presupuesto escueto (apenas 16 millones de dólares), habiendo salido rentable a sus responsables porque ya supera los 100 millones de dólares de recaudación mundial.

Recuerdo que cuando pude ver el trailer de Black Phone hace unos meses pensé la clara influencia de It, en especial por una escena bajo la lluvía con una niña enfundada en un chubasquero amarillo. Otros elementos comunes serían los globos (en aquella rojos y en esta negros) o el hecho de que ambas compartan niños como objetivo del villano (allí la entidad conocida como Pennywise y aqui el psicópata encarnado bajo máscaras demoniacas por Ethan Hawke) Digamos que "de tal palo, tal astilla": este film sería una adaptación de un relato de Joe Hill, que es el hijo del popular escritor Stephen King, autor de multitud de novelas de (sobretodo) terror entre las cuales está la antes citada It.

Black Phone vendría a ser la enésima historia que reflexiona sobre el siempre dificil paso de la infancia a la adolescencia, en un relato ambientado a finales de la década de los setenta. El protagonista es Finney Shaw, un apocado adolescente de 13 años que se libra de las habituales palizas de los abusones del colegio gracias a un amigo que le defiende. Pero en la pequeña comunidad de Colorado en la que vive llevan desapareciendo niños de los que no se vuelve a saber nada más, sin ningún patrón que los relacione entre si, con lo cual es tan solo cuestión de tiempo que al joven protagonista le ocurra algo similar. Su secuestrador lo encierra en un sótano insonorizado en el que (entre otras objetos) hay un teléfono negro que en principio parecía que no funcionaba... hasta que empieza a sonar. A través de él Finney recibirá la ayuda de las víctimas previas del psicópata, que desde el más allá le revelarán diferentes opciones para intentar sobrevivir y (en el mejor de los casos) conseguir escapar. Mientras tanto Gwen, la hermana del protagonista, intentará entender lo que ve en sus sueños premonitorios (se sugiere clarividencia heredada) para intentar ayudarle.

Uno podría pensar en la mala suerte de Finney por caer en manos del villano, pero ya su rutina de vida usual nos la pintan bastante dura, combinando las palizas de los acosadores del instituto (cuando no tiene quien le defienda) con las que él y/o su hermana reciben de un padre alcohólico; que se ceba sobretodo con ella, obligándola a que renuncie a decir nada de esos sueños clarividentes que suele tener para que así no acabe como su madre. Con semejante panorama es justo destacar el trabajo de los jóvenes actores Mason Thames (Finney) y Madeleine McGraw (Gwen), que consiguen que el espectador empatice con ellos y sus respectivos dramas inmediatamente. Por su parte también es justo destacar a Ethan Hawke, que demostrando su versatilidad como actor se mete aqui en la piel de un depravado que se esconde detrás de máscaras que bien podrían optar a elemento fetiche del género en el que se engloba esta Black Phone con una evidente "esencia" a Stephen King. En resumen sería una solvente y entretenida película de intriga y suspense, con toques sobrenaturales y de terror, centrada en la violencia a la que se ve sometida la infancia.
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