Mi experiencia con este personaje de Cable es más bien escasa, aunque admito conocer que fue creación de Rob Liefeld en las viñetas e hijo de Cíclope (de los X-Men) y Madelyne Pryor (clon de Jean Grey) en su cronologia personal, si bien el mayor interés estaría en su reciente presencia como compañero de aventuras de Deadpool en esa segunda película del mercenario bocazas donde tenía los rasgos de Josh Brolin (actor que también ha cedido rostro para Thanos en Vengadores: Infinity War)
Si habláramos en términos cinematográficos, el presente comic podría ser el equivalente a esas películas con una buena ración de acción y efectos especiales pero con un argumento que cabe en una servilleta: todo gira en relación a la persecución que hace Cable del villano Conquista, quien pretende recopilar todos los fragmentos de la Espada del Tiempo escondidos en distintas épocas. A partir de ahi el resto es un paseo por el Salvaje Oeste, el Japón feudal, el Yucatán de los mayas, la Rusia zarista o el Cretácico africano, todo ello en pos del objetivo citado.
Es dificil evaluar un comic de estas características, porque lo que a alguien le parecerá alucinante a otro le puede parecer intrascendente. Esa es la sensación que me ha quedado a mi; tal y como he expresado en el primer párrafo, un espectáculo vistoso por fuera pero vacio por dentro. De hecho ha sido su impresionante apartado gráfico a cargo de Carlos Pacheco el que me ha decidido a otorgarle aunque sea una leve mención por aqui, y es que leyendo este comic en muchas ocasiones la calidad del dibujo hacia que disfrutara más con él que con una historia muy simple y excesivamente básica.
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Es cierto que esa tradición de los niños traviesos está presente en todas las culturas, e incluso se podría decir que esto sería la variante que hace Junji Ito de ese estereotipo tan habitual (en el caso español se podría añadir por ejemplo a Zipi y Zape) El problema es que esa clase de niños tiene que de alguna forma ser simpáticos hacia el lector, y ahi tengo que admitir que en ese sentido no he podido con Sôichi, ya que representa para mi (me imagino que con acierto si me provoca esas sensaciones) TODO lo más repelente, repulsivo e intratable de la infancia, el típico niño consentido que dice y hace lo que le da la gana y al que le hubiera ido bien un buen adiestramiento y unas cuantas hostias bien dadas para corregir su caracter.
El protagonista de estos dos volúmenes es Sôichi Tsujii, una repelente criatura de rostro ojeroso, que tiene la manía de ir chupando clavos y más malo que un demonio: ególatra, egocéntrico y egoista a la enésima potencia, siempre que no sale algo a su caprichoso gusto se dedica a lanzar todo tipo de maldiciones para atormentar a todos los que le rodean, incluso aunque sean de su propia familia. El resto de personajes tendrán que soportar como buenamente puedan los maleficios de este crio, que como resulta predecible siempre tomarán el cariz más oscuro, tenebroso y siniestro. Es en ese tono donde sigue acertando Ito, al ser ya experto en esto del terror, ya que los macabros planes de Sôichi hay que reconocer que en algunos casos son bastante ingeniosos, si bien todos giran en torno al mal que perpetrará contra todos aquellos que no se inclinen hacia sus antojos y caprichos.
Con todo lo que llevo leido de este autor tengo que admitir que congenio más con él cuando muestra el terror de forma más grotesca, en algunos casos sin dar opción alguna a la salvación, ya que con el gamberro que protagoniza estos relatos tan solo cabe el humor negro, el cual por abuso se puede hacer cansino. Aún siendo una obra menor (a mi gusto) de este autor, no negaré aciertos puntuales así como el hecho de que algunas de ellas funcionen bien (como las que muestran a este crio perverso siendo ya adulto), lo cual me imagino que vuelve a ser mérito de esa experiencia del autor con el terror, el cual maneja a nivel gráfico con su habitual destreza.
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Tras haber leído en su momento el primero (Vargr) y el tercero (Hammerhead) por fin entró en las bibliotecas el segundo, titulado Eidolon, y que ha sido una de mis recientes lecturas. Lo más bueno de esta serie dedicada a James Bond es que sus arcos argumentales se pueden leer de forma independiente, al funcionar de manera unitaria, por lo que aunque sea el tercero que me leo (y el segundo en su orden) no hay ningún problema si alguien lo escoge para empezar por él.
En este caso la misión de 007 será proteger a una contable que ha descubierto por casualidad una peligrosa información que pone su vida en peligro. Como es lógico, el custodiar a esa chica no será para nada algo sencillo, con muchos enemigos en contra que intentarán evitar el trabajo de Bond. Con un ritmo trepidante hay que admitir que estamos ante un comic muy entretenido, que pese a sus generosas dosis de acción sabe desarrollar su historia para que en todo momento el lector entienda lo que pasa, siendo lo primordial en este caso averiguar el significado de ese misterioso nombre que da título a este comic.
Al igual que ocurría con Vargr (el otro comic que me he leído tiene a otro equipo artístico) el trabajo de Warren Ellis es meritorio, dotando a la historia de la suficiente profundidad como para que evolucione con coherencia, y no sólo se trate de una leve excusa para ir hilvanando diferentes escenas de acción. En cuanto al gran protagonista nos presenta a un Bond firme, seguro y resolutivo que bien podría estar a medio camino entre el clásico de Sean Connery y ese más reciente con los rasgos de Daniel Craig. Y todo ello con un apartado gráfico soberbio, que sabe adecuarse a cada momento de la forma más adecuada (sirva de ejemplo la ausencia total de onomatopeyas, lo cual no es obstáculo para que en los momentos de acción haya toda la violencia que merecen)
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De entre las 17 historias que componen esta novela encontramos todo tipo de relatos, algunos muy actuales y otros ambientados en el pasado (o incluso alguno con personajes que repiten de historias previas), pero en todos ellos queda palpable la gran humanidad de su autor, ya que en el fondo no dejan de ser historias sencillas, en donde está el nexo común de que Tom Hanks las escribió con diferentes máquinas de escribir, ya que tiene una colección con más de 250. Las 17 historias que la componen son las siguientes:
- Tres semanas agotadoras: El protagonista de esta primera historia mantiene una relación sentimental durante el periodo de tiempo que el propio título ya indica, en el cual su pareja lo meterá en todo tipo de actividades. No es muy dificil imaginar una comedia romántica a partir de esta historia que bien podría haber protagonizado el Tom Hanks de los años ochenta.
- Nochebuena de 1953: En un principio se puede pensar que es la típica historia navideña, pero en si le sirve a su protagonista (un veterano de guerra) para recordar que tal le fueron esas fiestas hace 10 años, cuando era soldado, así como todo lo que ha cambiado su vida desde entonces. Como es lógico aqui también se puede imaginar a dicho protagonista con el rostro de Hanks.
- Una gira promocional en la Ciudad de la Luz: Se nota de nuevo que estamos ante algo que el autor conoce muy bien, ya que vendría a relatarnos el montón de compromisos que tiene asociado el trabajar para un blockbuster de Hollywood desde el punto de vista de los implicados. Resulta curioso y uno se imagina algo así para muchos films con campañas de marketing masivo.
- Un elefante en la redacción es una breve crónica periodística desde el punto de vista de un redactor (Hank Fiset) que no acaba de hacerse a la idea de los cambios que conllevan las nuevas tecnologias dentro de su ramo.
- Bienvenido a Marte: Pese a que el título pueda dar a entender algo de ciencia-ficción, estamos ante la historia de un padre y un hijo que van a surfear, y en donde el más joven descubrirá por accidente que ya nada volverá a ser lo mismo con su progenitor.
- Un mes en Greene Street: Se centra en la mudanza de la protagonista de esta historia a su nuevo hogar en Greene Street, en el que descubrirá características y secretos de sus vecinos que le harán ver que bajo una sonrisa puede haber un drama de superación ante las adversidades.
- Alan Bean y cuatro más: Recupera a los personajes de la primera historia para un relato espacial que puede llevar a recordar a la propia Apolo 13 protagonizada por Hanks, pero enfocado desde un punto de vista más "casero".
- De garbeo por la Gran Manzana es otra breve crónica periodística a cargo de Hank Fiset que en este caso trata sobre lo que ofrece Nueva York en un paseo por la ciudad. Al igual que el previo de este mismo estilo, resulta un relato más que nada anecdótico.
- ¿Quién es quién?: Una aspirante a actriz a finales de los años setenta parece que lo tiene todo en contra hasta que se cruza con un antiguo conocido que la ayudará a triunfar, aunque el relato se centra más en el proceso previo al estrellato (incluida la elección de "nombre artístico")
- Un fin de semana especial: Un joven chaval de 10 años narra el fin de semana que pasa con su madre, ya que sus padres están separados y han emprendido nuevas vidas, lo que no le impedirá una lógica nostalgia por cuando sus padres aún formaban una familia. Ello se acentua al estar situado cuando la guerra de Vietnam, con la inocencia que empezó a perderse por entonces.
- Estas son las meditaciones de mi corazón: En un mundo tan tecnológico como el de ahora, ¿para que es necesaria una máquina de escribir? Pese a la respuesta obvia, la protagonista del relato comprará una que le llevará a otra con la que quiere dejar un legado a sus futuros hijos.
- De vuelta de un viaje en el tiempo es otra breve crónica periodística de Hank Fiset en la que conocemos más de su pasado a cuenta de todo lo que él recuerda tras comprar una vieja máquina de escribir en un mercadillo de 2ª mano.
- El pasado es importante para nosotros: Ambientado en el futuro, el protagonista de este relato puede viajar al pasado pero sólo a cierta fecha y durante cierto tiempo, lo cual no evita se enamore de una mujer de esa época, hecho que le llevará a intentar romper las normas del viaje temporal.
- Quédense con nosotros: Escrito cual si fuera un guión de cine, esta historia se centra en un excéntrico millonario y su fiel ayudante que en busca de negocios irán a parar a un solitario y perdido motel de carretera donde conocerán a la veterana pareja que lo dirige.
- Ve a ver a Costas: Esta historia se centra en el dificil viaje hasta Estados Unidos de un inmigrante con escuetas nociones del idioma y los problemas para conseguir trabajo (que es lo que justifica el título)
- Vuestra evangelista, Esperanza sería la cuarta crónica periodística de Hank Fiset, todas ellas englobadas en lo que se titula Noticias de nuestra ciudad, en este caso centrado en una defensora de las máquinas de escribir frente al exceso tecnológico en el que vivimos.
- Steve Wong es perfecto: De nuevo nos encontramos con los personajes con los que se inició esta recopilación de relatos, estando ahora la historia centrada en el Steve Wong del título y su maestría a la hora de jugar a los bolos.
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