Vale que tengo que ceder ante el hecho evidente de que a estas alturas poco nuevo se puede decir sobre ambos personajes, que comparten casi la misma edad (si Batman hizo su primera aparición en 1939, la de Jonathan Crane fue apenas dos años más tarde) pero el interesante guión orquestado por Gregg Hurwitz para esta aventura consigue entretener al lector pese a manejar elementos básicos (como la eterna dualidad entre Bruce Wayne y su alter-ego como justiciero en Gotham), aunque siempre en sus justas dosis.
Como es natural, el villano intentará atormentar a nuestro héroe atacando a sus miedos más profundos (lo que caerá en la redundante escena de como perdió a sus padres el joven Bruce Wayne, etc.) pero la parte más interesante la encontré en su contrapartida, cuando la historia explora los miedos de Crane, y lo que le llevó a su perturbado estado mental actual, lo que nos llevará a su infancia y a un hecho en la misma que lo traumatizó para siempre.
A destacar el espectacular apartado gráfico a cargo de David Finch, así como el hecho de ser una historia autoconclusiva, no estando tan dependiente de la continuidad como otras aventuras del justiciero de Gotham (donde si no te habias leido lo previo, dificilmente podias disfrutar en su justa medida de lo que te ofrecian), si bien aunque sea un comic de Batman es justo admitir que más bien estariamos ante una de las mejores historias del Espantapájaros como villano de la amplia galeria del murciélago.
- Ficha editorial por este enlace, ficha de la biblioteca por este otro.
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