lunes, 7 de febrero de 2022

MUERTE EN EL NILO, un aceptable entretenimiento (crítica sin spoilers)

En 2017 el polifacético Kenneth Branagh llevó a cabo su adaptación de la clásica obra de Agatha Christie Asesinato en el Orient Express, logrando un éxito de taquilla destacable al recaudar una cifra global superior a los 350 millones de dólares con un presupuesto invertido de 55 millones. Era previsible que habría secuela, y de hecho ya estaba lista para el 2020 (el año que consta en el copyright de este film según sus títulos de crédito)... pero tuvo que vérselas con la compra de Fox por parte de Disney, aunque de forma especial con la pandemia mundial del Coronavirus, que retrasó varias veces su estreno hasta al final concretarse en febrero de 2022. 

A eso hay que sumar la polémica añadida de tener en su reparto al actor Armie Hammer, que se vió envuelto hacia finales del 2020 e inicios del 2021 en una polémica en la que le acusaban de agresiones sexuales, violencia y hasta canibalismo. Eso provocó que Hollywood lo repudiara, sacándolo de casi todos los proyectos en los que estaba inmerso, siendo (creo) la única excepción esta Muerte en el Nilo, donde el citado Armie Hammer encarna a un personaje que tiene una evidente importancia, siendo más costoso y engorroso eliminarlo, ya que hubiera provocado volver a rodar gran parte de su metraje.

Sería injusto menospreciar esta película por la polémica citada (o por el retraso acumulado en su estreno), ya que estamos ante una jugada parecida a la de su predecesora. Y es que Kenneth Branagh ha optado por un reparto coral, al igual que en la anterior, e intentando seguir con la moda que hubo en la década de los años 70 de adaptar las obras de Agatha Christie con unos elencos plagados de estrellas, como sucedió en la versión de 1974 de Asesinato en el Orient Express y en la de 1978 de esta Muerte en el nilo. En este caso Branagh repite de nuevo en su encarnación del mítico detective Hercules Poirot, al que aqui le ha reducido el muy exagerado bigote que llevaba en la anterior película, si bien le ha dado una destacable justificación para su existencia (que ignoro, o al menos no recuerdo, si consta en esta u otra de las obras de Agatha Christie), en un prólogo ambientado en la Primera Guerra Mundial.

Pero quizás el mayor problema de esta nueva versión de Muerte en el Nilo sería que tan solo consigue ser un muy correcto entretenimiento (eso es indudable), aunque sin dejar para el recuerdo nada particularmente fascinante, máxime con el reparto que tiene... o no. Y es que a diferencia de la previa Asesinato en el Orient Express, donde al menos media docena de su elenco son nombres bastante conocidos incluso para el espectador ocasional, en esta película (y aparte del propio director y protagonista) el miembro más popular de su elenco sería Gal Gadot (la actual Wonder Woman de las película del universo cinematográfico de DC), y dentro de los veteranos Annette Bening, mientras que el resto uno tiene que elucubrar si los ha visto antes y donde. Eso no sería una crítica contra los otros miembros de su reparto, que saben cumplir con corrección con el funcional guión de Michael Green (responsable entre otros de los de Logan y Blade Runner 2049), pero que hace bastante evidente una palpable falta de carisma en su conjunto global cuando uno de los nombres citados queda en un segundo plano.

Dentro de este clásico esquema del whodunit, del que Agatha Christie fue toda una experta, lo que requiere a la hora de trasladarlo en imágenes es dar una importancia equitativa a cada personaje, de tal forma que el espectador dude entre su inocencia o si está mayor o menormente implicado en lo que haya sucedido, empatizando con él bien sea en un sentido u otro. Justamente eso es lo que si consiguió Puñales por la espalda (claro homenaje a este tipo de historias de la citada autora), con un reparto más estelar y mejor manejado, pese a seguir los evidentes estereotipos del género. Pero en el caso de esta Muerte en el Nilo, más allá de que sea una cinta entretenida donde Kenneth Branagh demuestra su solvencia como director, estamos ante una película tan honesta y clásica en sus expectativas como carente de emoción para hacerla memorable, no logrando transmitir la intriga por la que transita, craso error si lo que pretendes es tener expectante al espectador. EN CONCLUSIÓN estamos ante una cinta más o menos entretenida en su conjunto pero algo neutra en su desarrollo, de tal forma que nunca consigue implicar emocionalmente a quien la está viendo.

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