lunes, 20 de junio de 2022

ELVIS, un fastuoso pero muy dilatado biopic (crítica sin spoilers)

El mundo del espectáculo está lleno de "juguetes rotos" que sería el apelativo que se le suele dar a esos artistas que suben a la fama como la espuma, pero que están rodeados de supuestos "amigos" que en vez de gestionar su fortuna se dedican, cual si fueran carroñeros, a vivir "a todo tren" de sus beneficios, hasta que dicho artista ya no logra triunfar como antes... y entonces deja de ingresar dinero, lo que lleva a la inevitable caida, no solo económica sino también personal. Dicho ejemplo es bastante evidente en el mundo de la canción, y en especial si el artista es un joven que triunfa, entre otros factores, justo por ello, pero que al crecer pierde dicho candor... y con él la fama. 
 
Ejemplos de eso hay muchos: en el mundo de la canción española podría citar a Joselito o Marisol (aunque seguro que hay más), incluso anteriores a Elvis Presley podría citar a Judy Garland (anclada para siempre como la protagonista de El mago de Oz, como se vió en su biopic de hace unos años), aunque también hay otros más recientes como Macaulay Culkin (aunque vuelvo a insistir en que seguro que habrá más) Lo que ocurre es que en este caso de Elvis Presley el Coronel Tom Parker fue quien le llevó a la fama, y una vez arriba lo estrujó cual si fuera una esponja (aunque otro simil más o menos acertado podría ser compararlo con una garrapata), hasta que lo llevó a una prematura muerte que acabó con el cantante pero inició el mito (creo recordar que dijeron que es el artista difunto más rentable, aún habiendo fallecido hace ya 45 años)

Es por eso que el principal fallo de este fastuoso biopic dirigido por Baz Luhrmann estaría en contar toda la historia desde el punto de vista del Coronel Tom Parker, lo que le da al resultado final cierta ambigüedad entre lo que en verdad fue y lo que quiere aparentar ser. A eso no ayuda un Tom Hanks con prótesis para darle una figura más oronda, que nunca resulta creíble ni cuando parece apoyar a Elvis para llevarlo a la fama (dejando claro al espectador que lo que le mueve es la codicia), ni cuando quedan evidentes sus mentiras (ni era Coronel ni se llamaba Parker) así como sus intrigas para expoliarlo (a las que cede Presley por pura resignación, dando una imagen de persona totalmente manipulable) En este caso estariamos ante esos ejemplos en los que no acabas de ver al personaje, sino al actor de turno interpretando al personaje, por lo que con la carrera previa de Hanks, si se supone que es malo no convence, pero cuando va de supuesto benefactor tampoco. Por contra Austin Butler, actor sobretodo televisivo que tiene aqui su primer papel protagonista, cumple bastante bien (pese a mis reticencias iniciales) como Elvis Presley.
 
Otro palpable handicap de esta Elvis sería una extensa duración de 159 minutos, que provoca unos muy evidentes altibajos en su ritmo: uno esperaría que con casi tres horas de metraje no sólo se detendría en momentos destacables de la biografía del personaje sino que sabría desarrollarlos, pero se decanta por tan sólo exponer (siempre de esa forma fastuosa en la que entiende el cine Luhrmann), dejando en el espectador la opción de que si quiere saber más investigue por su cuenta. Es cierto que el periodo de tiempo que abarca este biopic (más de dos décadas) fue extenso en cuanto a acontecimientos, por lo que se requiere una labor de concreción que llevan a cabo de manera aceptable, pero da la sensación de que un formato de miniserie televisiva hubiera sido más acertado que el de largometraje de cara a exponer todos esos detalles de una forma más fidedigna. Incluso esta película se permite sugerir cierta preocupación por los derechos civiles en Elvis, que parece incluida tan solo para mostrar momentos históricos relevantes que sucedían en el lapsus de tiempo que abarca esta cinta, pero que aportan poco (o nada) al resultado final.
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