martes, 14 de junio de 2022

LIGHTYEAR, exprimiendo franquicias populares (crítica sin spoilers)

En 1995 conocimos a un chaval llamado Andy que recibia un muñeco de Buzz Lightyear, a partir de lo cual comenzaba ese gran clásico titulado Toy Story, la primera película de animación por ordenador, que luego generó una lucrativa franquicia con hasta tres secuelas y varios cortos. Fue también a partir de ese momento cuando el público mayoritario conoció a Pixar, un nombre que se fue haciendo poco a poco todo un referente dentro del género de la animación, no solo por una calidad técnica sobresaliente, sino por unos argumentos que eran tan dignos de mérito como su apartado visual.

El problema vino cuando esas obras que en principio salían del ingenio y la creatividad pasaron a depender de la mercadotecnia, siendo el ejemplo más evidente la franquicia Cars, cuya primera secuela (Cars 2) ya marca ese punto de inflexión en el estudio. Con Toy Story pasó algo más o menos similar, porque tras un acertado cierre en su tercera entrega, para no dejar caer a los personajes en el olvido se hizo una cuarta cinta ya más forzada, dando la sensación de que este spin-off centrado en Buzz Lightyear no deja de ser un intento de mantener a este personaje en primera línea, no sea que no se vendan juguetes y material relacionado. Incluso el relativo "riesgo" que corren en este film, planteando una relación entre dos personas del mismo sexo, resulta intrascendente y algo forzado, sin aportar nada más allá del beneplácito por dicho gesto (o la censura intransigente por parte de algunos paises árabes donde no se estrenará)

Pero, ¿que es Lightyear exactamente? Se podría tildar de relativa precuela, pero a diferencia de Monstruos University (que si lo era), aqui retrocedemos hasta ese 1995 en el que en la ficción de Toy Story se estrenó ESTA película, la cual dejó tan encantado al joven Andy que pidió que le compraran el muñeco de su protagonista Buzz Lightyear con el que comenzó todo. Estamos por tanto ante un producto derivado (un spin-off para entendernos), que logicamente planta las semillas para que pueda generar más merchandising (de hecho el gato robótico Sox, simpático personaje para el que reservan lo que podriamos denominar el "alivio cómico" de esta cinta, da la sensación de ser el enésimo intento por parte de Disney para crear más juguetes que vender) Asimismo los recursos argumentales que en su momento fueron innovadores en las películas de esta productora ya se hacen algo reiterativos, siendo como una especie de monstruo de Frankenstein al que se le notan las costuras (pero que pese a todo aqui se alza); a lo que añadir en este caso el evidente factor nostalgia del que hacen uso por el carisma del personaje original, del que aqui vemos su vertiente "real".

Pese a todo no estamos ante un film fallido, ya que cumple con los requisitos para entretener al espectador, aunque cueste imaginarse que una película como esta (hecha con los patrones de la experiencia previa de la productora y los esquemas propios de nuestra época) fuera la que en 1995 enamoró a Andy. En cuanto al Buzz Lightyear "real" digamos que conserva el carisma del que conocimos en su versión de juguete, viéndose aqui metido en una trama de genuina ciencia-ficción, con ecos que van desde Star Trek o lo que planteaba un film como Interstellar, con un protagonista que intentará subsanar "hasta el infinito y más allá" un error por su parte que les ancló a él y los suyos en un planeta hostil. Cuando todo parecía mejorar la entrada en escena del Emperador Zurg (cuyo juguete se vió en Toy Story 2) pondrá las cosas más dificiles tanto al protagonista como a sus compañeros de andanzas, hasta que después de muchas vicisitudes aprendan (sobretodo el testarudo Buzz) que los errores en ocasiones son inevitables, y se pueden superar. En resumen Lightyear es un spin-off entretenido y funcional pero poco arriesgado, con Pixar en piloto automático
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