LA PRINCESA PROMETIDA
La década de los ochenta ofreció muchos films que se han convertido en un emblema para los que vivieron su infancia y/o adolescencia por entonces, y aunque ese es mi caso, hay títulos que en su momento no vi (por un motivo u otro), siendo dos de ellos Los Goonies y La princesa prometida. Ambas películas las he visto por primera vez hace pocos meses, y pese a entender como captaron la atención de muchos de los que las defienden, no me causaron la impresión que probablemente hubieran tenido de haberlas visto antes siendo más joven. Aún así en el caso de La princesa prometida admito que no sabía que estaba basada en la obra literaria homónima de William Goldman, hasta que en la pasada festividad de Sant Jordi la descubrí en un expositor de la biblioteca.
La historia tiene todos esos detalles esenciales con los que disfrutar intensamente, o al menos eso creía William Goldman cuando en 1973 la editó... con matices. De hecho el autor admite que su padre se la leyó cuando él era pequeño, quedando tan encandilado que cuando creció, y se hizo novelista y guionista, intentó que luego su hijo también descubriese la novela del autor florinés S. Morgernstern. Pero el desinterés de su retoño, le hizo darse cuenta que su padre le leía las partes más intensas de la obra, saltándose los trozos más aburridos. De ahí que Goldman pidiera los derechos de La princesa prometida, ya descatalogada, e hiciera lo mismo que su padre hizo con él, siendo esa la base tanto para este libro como para su adaptación cinematográfica de 1987 (salvo que en aquella es un abuelo quien se la lee a su nieto)
La presente novela viene a narrar (con los citados matices del autor, que indica cuando salta páginas de mero relleno, que considera que no aportan datos de relevancia) la historia de amor de Buttercup y Westley, y todos los vaivenes que sufre paulatinamente, en un periplo en el que se cruzarán con personajes tan emblemáticos como el espadachín español Íñigo Montoya (suya es la famosa frase: Hola, soy Íñigo Montoya, tú matastes a mi padre, prepárate para morir) o el gigante Fezzik (que según citan aquí en cierto momento pudo haber sido interpretado por Arnold Schwarzenegger) Esta edición incluye El bebe de Buttercup, otro libro de Morgernstern recuperado por Goldman, y que podría considerarse secuela de la obra original, siendo el conjunto una novela realmente destacable.
CALIFICACIÓN: Buena (4/5)
- La princesa prometida, ficha editorial por este enlace y ficha de la biblioteca (varias ediciones) por este otro.
ULTIMATE SPIDER-MAN (2024) #1
Cuando me aficioné a Spider-Man llegué a creer (¡iluso de mi!) que el personaje podía ir evolucionando como le sucede a todo el mundo en la vida, pero eso se me rompió con el relanzamiento del arácnido dentro del contexto de Un nuevo día. Con la tónica bien asumida y aprendida de que los superhéroes tienen que girar una y otra vez sobre si mismos para seguir estando vigentes, recuperé parte de la etapa posterior a través de los tomos de Marvel Saga, con arcos argumentales tan destacados como los de Superior Spider-Man o Peter Parker nadando en la abundancia con Industrias Parker. Pero todo eso también fueron solo periodos de tiempo, ya que la cosa siempre gira para volver a su estático statu-quo con el que ir probando diferentes cosas por parte de cada nuevo equipo responsable.
Aún así siempre estaba esa duda de que hubiera pasado si todo el asunto con Mefisto no hubiera ocurrido, y todo hubiera seguido igual: ¿serían padres de nuevo Peter y MJ (recordemos lo de su hija perdida en los 90)? ¿Como vivirían la labor como justiciero de Spider-Man, siendo ambos dos adultos asentados más próximos a la cuarentena que a esa treintena eterna donde se han quedado, e intentando sacar adelante a una familia en común? Por esa curiosidad de lo que pudo haber sido pero no fue hubo algunas variantes dentro de la extensa saga Universo Spider-Man que parecían querer consolar a los fans que se habían quedado en su momento disgustados por el giro que había experimentado el arácnido.
Entre eso y la nostalgia de muchos (como yo) por el universo Ultimate, con el que viví mi introducción a Spider-Man (a lo que añadir los coleccionables que sacó Planeta con las dos primeras cintas de Sam Raimi) supongo que habrá sido lo que ha facilitado que vuelva Ultimate Spider-Man, pero en esta ocasión no es una reinterpretación actualizada de lo clásico (como la de principios de siglo), sino que responde aquello que el Mefistazo cortó de raíz: ¿y si Peter Parker estuviera casado con MJ, con hijos en común,... y fuera Spider-Man? Este primer número admito que me ha gustado mucho, con una variante arácnida acorde para los de mi generación, que viene generada por los sucesos de Ultimate Invasion (que no he leído en el momento de escribir esto), pero que este propio cómic pone fácil y rápidamente en situación al lector neófito.
No sé cuanto durará esta cabecera que han empezado Jonathan Hickman al guion y Marco Checchetto en el apartado gráfico (ambos notables en este primer número), en lugar de aquellos Brian Michael Bendis y Mark Bagley que fueron los responsables de inaugurar su etapa previa. Soy muy malo para esto de las predicciones porque también cuando empezó su andadura en el universo Ultimate original Miles Morales no le vaticinaba mucho futuro, y mira tú como me he equivocado. Pero mientras dure, si la cosa sigue bien, allí estaré yo comprándolo cada mes. Como nota final citar que yo lo leí sin saber NADA por lo que me he cuidado de no soltar ningún spoiler, para que quien lo lea lo disfrute tanto como yo.
CALIFICACIÓN: Excelente (4,5/5)
- Ultimate Spider-Man (2024) nº1, ficha editorial por este enlace.