Tengo que admitir que Minari, a la que se le ha añadido el subtítulo de Historia de mi familia, es una de esas películas que si no fuera por su repercusión en la temporada de premios pasaría quizás un tanto desapercibida. En mi caso la he podido recuperar ahora gracias a una amable invitación por parte de su distribuidora que no he querido desaprovechar para así poder verla y juzgarla por mi mismo, ya que hay que recordar que en la ceremonia de los Oscars de este año, el presente título del director Lee Isaac Chung obtuvo seis nominaciones (mejor película, mejor dirección, mejor actor, mejor actriz secundaria y mejor banda sonora) ganando finalmente el Oscar a mejor actriz secundaria que fue a parar a manos de la surcoreana Youn Yuh-jung, encargada de dar vida a la simpática abuela en este hermoso relato de lo cotidiano, que me hizo recordar en esencia al tono que emplea Jiro Taniguchi en algunos de sus mangas, al menos a nivel personal.
Pero si tengo que desvelar cual era mi curiosidad principal hacia este film, la misma está en su actor protagonista Steven Yeun, que estuvo nominado como mejor actor (aunque quien al final ganó fue Anthony Hopkins por El padre) pero que tanto a mi como a muchos se nos ha hecho mundialmente conocido por interpretar a Glenn en la serie The walking dead hasta que su personaje pereció a manos del entonces novedoso Negan (interpretado por Jeffrey Dean Morgan) En este caso realiza una actuación como cabeza de familia realmente sólida, la cual justifica su nominación al Oscar a mejor actor.
Ambientada en la década de los ochenta, se nota el caracter autobiográfico de esta historia, ya que el director se posiciona con el miembro más joven de esta familia coreana emigrante en los Estados Unidos de Reagan, donde intentan alcanzar el tan ansiado "sueño americano". Eso nos lleva al relativo estereotipo de que sería en esa América rural donde radica la oportunidad para alcanzar dicho sueño, siempre que uno le dedique el tiempo y la constancia necesaria, aunque no siempre los mejores deseos vienen acompañados de los mejores resultados (como se descubre en el tramo final) Pero pese a que el éxito no siempre está al alcance de todos, el tono de la historia es respetuoso hacia esos progenitores que pasaron muchos sacrificios para conseguir que sus hijos no tuvieran que pasar por las mismas necesidades que ellos, lo cual se nota en la forma de describir a los padres (y por extensión a la abuela), que derrocha sinceridad y un profundo cariño. De hecho sería justo esta última la que se gana enseguida la simpatía del espectador al ser una abuela poco convencional, como le dice irónicamente su nieto en algunos momentos de la película, al no cumplir con los estereotipos asociados a alguien asi.
Es curioso porque aparte del núcleo formado por la joven pareja coreana, sus dos hijos y la abuela se situa también un vecino del pueblo al que da vida el actor Will Patton, que resulta tremendamente llamativo por su exacerbada fé religiosa, si bien se convierte bien pronto en un carismático compañero de fatigas del protagonista encarnado por Steve Yeun. Este interpreta a un emigrante coreano que decide comprar unas tierras en Arkansas y trasladarse allí con su familia (no del todo convencida), con la idea de cultivar plantas propias de su pais, pensando en la salida comercial que tendrían por los muchos compatriotas que en aquel entonces marchaban a Estados Unidos. El problema viene en que el matrimonio, hasta que ese proyecto funcione (o no) se tiene que ganar la vida como sexadores de pollos, algo que al padre no le convence del todo al no permitirle la estabilidad económica que él quería tener para los suyos. Para cuidar a los niños entra la atípica abuela, que pese a su delicada salud intentará ayudar a los suyos, al mismo tiempo que también representa ese último reducto con las costumbres y raices ancestrales, que con la integración familiar a una nueva cultura se van diluyendo.
============================
- FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
- FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 13 de marzo de 2021.
- Galería de posters por este enlace.
- LO MEJOR: Los cinco personajes principales, bien planteados y notablemente desarrollados, si bien los que más destacan serían el padre, la abuela y el niño pequeño (que actúa como alter-ego del propio director), todo ello en un film que se deleita a mostrarnos la bella delicadeza de lo cotidiano, sin excesos melodramáticos.
- LO PEOR: La total ausencia de conflictos raciales (por ejemplo son aceptados sin problemas en la iglesia del condado) es algo secundario, pero resulta un tanto utópico de creer. Asimismo el curioso y fervoroso vecino encarnado por Will Patton deja con las ganas de saber más de él.