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jueves, 22 de marzo de 2018

READY PLAYER ONE de STEVEN SPIELBERG, crítica sin spoilers

Previsor que soy, hace ya unos meses que me leí la novela homónima de Ernest Cline en la que está basada esta película de Steven Spielberg, la cual ya me era previsible que estaría bien plagada de referencias a la cultura popular de los años ochenta y noventa, de las cuales también se pueden encontrar en la obra literaria, con especial notoriedad hacia las de los videojuegos de aquellos años. Con semejantes características y siendo el director de la película alguien de la talla de Steven Spielberg (sinónimo del más puro cine de entretenimiento de aquellos años), las expectativas eran considerables sobretodo tras el resbalón que tuvo con Mi amigo el gigante, su apuesta previa hacia el cine más comercial, la cual se resolvió por debajo de lo esperado tanto a nivel de crítica como de público.

A la espera de saber que tal le irá a nivel comercial, en esta ocasión el popular cineasta ha acertado, logrando ofrecer 140 minutos de notable entretenimiento, los cuales sólo tienen el handicap de leves altibajos a lo largo de toda su proyección (si se pueden considerar como tales los tramos que pasan en nuestra realidad, si bien pueden querer mostrar la diferencia con el inmenso mundo virtual en el que transcurre gran parte de la historia) Con un ritmo muy trepidante, de lo que sería un ejemplo perfecto su primera hora (que pasa en un suspiro), la gran cantidad de referencias de todo tipo es TAN INMENSA que estamos ante esa típica cinta para repetir y fijarse en nuevos detalles cada vez, ya que hay que agudizar la vista y el ingenio para pillarlos todos.

Entre lo mejor está eso de poder "entrar" en las películas: atención a cierto clásico de Stanley Kubrick basado en una obra de Stephen King que será visitado, provocando los mejores momentos de un título sin duda alguna cargado de ellos. Otro detalle que me dejó bastante sorprendido es su factura visual, que iría un paso más allá de lo logrado por James Cameron en Avatar, si bien me pasó en algunos momentos que era todo TAN virtual que se me hacía algo apabullante, aunque nunca cansino porque cuando puede parecer que agota, tiene en la recámara nuevas novedades, guiños y referencias de todo tipo como para contentar a todos, desde a los jóvenes de hoy en día como a esos que lo fuimos en las décadas de los ochenta y noventa (con especial mención a aquellos rudimentarios videojuegos iniciales, lejos de las cotas de perfeccionismo actual) Resulta evidente el trabajo del autor original de la novela, Ernest Cline, que colaboró en el guión de esta adaptación junto con Zak Penn, ya que la labor de ambos consigue mantener la esencia de la obra literaria pese a evidentes cambios de las páginas a la pantalla. También es justo reseñar la notable y muy bien ajustada banda sonora de Alan Silvestri.

Pero si su apartado visual es de excelente para arriba (de lo mejorcito que he visto en mucho tiempo), el resultado final se compensa con nuestra realidad, que resulta curiosa en principio pero poco atractiva en esencia, quizás intentando mostrar porque todo el mundo escapa hacia ese idealizado universo virtual. Asimismo los actores tienen a su cargo personajes algo maníqueos, de los que poca tajada pueden sacar, provocando que en algunos casos (como el del protagonista) resulten más carismáticas sus versiones CGI que las verdaderas pese al mensaje implícito tanto en la novela como en esta adaptación, de que aunque la realidad no nos resulte atractiva, es la única que tenemos (lo cual puede ser un buen mensaje hacia esos que viven obsesionados con sus vidas virtuales, en muchos casos simple "postureo" hacia una realidad que reflejan de una manera distorsionada) Aparte de la joven Olivia Cooke, en probablemente su trabajo más comercial desde que salió de la serie Bates Motel, el personaje del que me quedé con ganas de más no sería el villano de Ben Mendelsohnn (actor que ya hizo de malo en Rogue One) sino el que lleva a cabo Mark Rylance en su nueva colaboración con Spielberg.
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  • FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
  • FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 29 de marzo de 2018
  • Galeria de posters por este enlace.
  • LO MEJOR: Es una buena adaptación de la obra original, con la que comparte ese evidente mensaje de que nunca hemos de olvidar la realidad, a lo que sumar un apartado visual realmente EXCEPCIONAL como no se ha visto en mucho tiempo.
  • LO PEOR: Supongo que de cara a evidenciar el contraste, el tramo en nuestra realidad puede no ser tan fluido y atractivo como el virtual.

lunes, 14 de agosto de 2017

LAS GUERRAS SILENCIOSAS, EL DIARIO DE LA PRINCESA, ORÍGENES SECRETOS (2), TODO EL POLVO DEL CAMINO y READY PLAYER ONE

Sigo descubriendo la obra de Jaime Martín y ahora le ha tocado a Las guerras silenciosas, que bien podría haber sido el preámbulo de su posterior Jamás tendré 20 años, ya que si en aquella premiada historia se centraba en la vida de sus abuelos, en la presente nos cuenta como fue el servicio militar de su padre en Ifni (Marruecos) en la época de los años 60.

Este comic tiene continuos saltos en el tiempo entre un presente donde el propio autor nos revela sus dudas e inquietudes ante la historia que va a narrarnos (no en vano es algo que le toca muy de cerca, al hablar de su padre) hasta el relato de las peripecias de su progenitor, las cuales estaban predeterminadas por esas normas de la sociedad de aquel entonces, en la cual tus funciones básicas eran echarte novia, hacer la mili, casarte y procrear.

El padre del autor llega a África en 1962 en la guerra "silenciada" a la que hace referencia el título de esta obra, un conflicto entre España y Marruecos del que se quería dar la "imagen" de que era un asunto menor, sin informar de los muertos, heridos y desaparecidos que conllevó. Pese a estar en un relativo periodo de "alto el fuego", la tensión en el ambiente es patente, lo que unido a las condiciones realmente infrahumanas en las que tenian a los reclutas realza aún más las anécdotas que pueblan este relato (dando fé de esa veracidad muchas fotos incluidas en el mismo) haciendo de este comic un notable retrato histórico y social de la época.

No estamos ante una historia bélica, aunque su título pueda llevar a pensarlo, sino que lo que nos ofrece aqui Martín es el relato de un periodo de la vida de su padre que era claramente paralelo al que pasaron muchos de los jóvenes de aquella época, lo que justifica que en muchos casos el narrarnos sus "batallitas" sea tan solo el deseo de recordar lo mínimo bueno que hubo entre tanto malo, porque en el fondo lo que tenian que soportar era estar "secuestrados" durante interminables meses haciéndoles perder parte de su juventud para luego retomar sus vidas ya como adultos de pleno derecho (de hecho se decía que uno "se hacía hombre" en la mili) Para más mal que bien, así era la vida en aquellos oscuros años, y esta obra sirve para no olvidarlo.
Creo que con mencionar tan solo Star Wars medio planeta habrá visto alguna de las películas de dicha franquicia (y al otro medio como mínimo le sonarán de algo) por lo que es facil situar a la actriz Carrie Fisher, la cual dió vida al personaje de la Princesa Leia Organa, el cual creo que es el mejor personaje femenino que ha dado dicha saga (aunque esto último es tan solo opinión personal, a la espera de como evolucione la trilogia en curso)

Este libro no es una autobiografía sino que se trata más bien de los recuerdos y anécdotas que vivió la actriz en 1976 cuando se estaba rodando la primera entrega. Teniendo que sobrellevar de pequeña el ser la hija de dos estrellas del Hollywood de aquel entonces como Eddie Fisher y Debbie Reynolds, lo que jamás llegó a figurarse era que aquel personaje en una (en principio) simple y sencilla película de ciencia-ficción la marcaría de por vida y la dejaría encasillada para multitud de espectadores de varias generaciones.

Entre las muchas anécdotas que se citan se me hizo curiosa la de saber que fue rechazada para la película Grease, o que en su momento hizo las pruebas para Leia al mismo tiempo que las hacia para Carrie de Brian de Palma (que ella cita por lo irónico que hubiera sido que llamándose ella Carrie hiciera el susodicho papel en la película del mismo título), aunque sin duda la mayor parte de esta obra se centra en descubrirnos la aventura romántica que tuvo con Harrison Ford durante el rodaje del primer film (incluyendo los poemas que le escribía) 

Narrada desde la distancia que da el tiempo transcurrido (40 años) este libro resulta una lectura muy curiosa tanto para los aficionados al cine en general como a los de Star Wars en particular, ya que podrán acceder más a la actriz por encima del personaje que le otorgó fama mundial. La parte final de este libro es una divertida y sarcástica reflexión sobre lo que ha supuesto la fama para ella, con algunos ejemplos entrañables y conmovedores de lo que le han llegado a decir y/o pedir en la multitud de convenciones de todo tipo a las que ha asistido desde entonces.
Una colección que se titula Orígenes secretos deja bien claro cual será su contenido, por lo que no hay duda que lo que me he encontrado en este segundo tomo recopilatorio de la misma (que ha sido donativo de Ficomic a la Biblioteca Tecla Sala), los orígenes de nueve personajes tan variados de la editorial DC como son Harley Quinn, el Robin de Damian Wayne, Green Arrow, Ciborg, Capucha Roja, Mera, Wonder Woman, Deadman y Sinestro.

Como es evidente, un comic de estas características está orientado hacia los nuevos lectores, para que así conozcan los inicios de algunos de los personajes más famosos de la editorial, con todo que muchos de ellos ya han sido contados en más de una ocasión. De lectura muy concisa (el origen de cada personaje se repasa en breves historias de unas pocas páginas) el resultado global está más orientado a informar a aquellos neófitos abrumados por lo extenso del universo DC (pese a su reciente reinicio) ya que en si es una obra correcta pero en ningún momento ni magistral ni trascendente sino más bien una simple guía para saber quien es quien.
Siguiendo con Jaime Martín ahora ha sido el turno de Todo el polvo del camino, lo que pasa es que en la presente obra es suyo el dibujo tan solo, mientras que el guión corre a cargo de Wander Antunes. La historia está situada en la Gran Depresión Americana, ese periodo de tiempo que ha dado para múltiples obras de cine, literarias, etc. que han analizado tal dificil situación desde todo tipo de ópticas.

En este caso Todo el polvo del camino está centrado en Tom, un hombre que deambula sin destino tras haberlo perdido todo. En su camino se cruzará con Buck, un chaval que busca las aventuras que ha leído en las novelas de su autor favorito (Jack London), pero su encuentro será tan solo breve aunque el destino provocará que sea la justificación para la búsqueda de redención de nuestro protagonista. Eso dará lugar a una gran historia que bien podría ser una especie de road movie en la cual Tom vivirá todo tipo de anécdotas así como encuentros con caracter trágico derivados de la misería que imperaba en dicha época.

Pese a no llegar ni a las 100 páginas Todo el polvo del camino vuelve a demostrar lo buen dibujante que es Jaime Martín, ya que retrata con acierto todos los personajes y lugares por los que circula el relato, ayudado de una documentación bien amplia como se indica en las notas finales. En cuanto a la historia tengo que admitir que en su gran sencillez está su mayor acierto, y si la misma podía dar algún falsa idealización sobre su final (que yo mismo admito haber pensado), el mismo nos muestra que ante todo lo que prevalece es el triste y duro realismo de lo que se vivia por aquel entonces, aunque nos dona un pequeño resquicio para la esperanza. Sin duda un muy buen comic.
Finalizo esta batería de reseñas con Ready Player One, una novela que tenía pendiente de leer desde hace tiempo, que levantó mi interés cuando supe que sería el próximo film de Spielberg y que me hizo decidir por fin dar buena cuenta de ella tras el trailer de la película que salió en la pasada Comic-Con (el estreno de la misma será el 30 de marzo del 2018)

La acción nos situa en un futuro más o menos cercano, en 2044. En esta fecha se nos plantea una distopía donde el mundo no ha ido a mejor sino que la crisis, la superpoblación y la falta de recursos para todos ha provocado que la gran mayoría de la humanidad viva rozando (o incluso cayendo) en el umbral de la pobreza. En ese planeta en decadencia la única vía de escape está en el mundo virtual de Oasis, una realidad informática paralela donde el protagonista reconoce pasar más tiempo que en el mundo real. El gran creador de Oasis fue un excéntrico informático que lo recreo con multitud de detalles relacionados con el entretenimiento y el ocio que hubo en los años 80 del pasado siglo XX, cuando se supone que fue adolescente.

A su muerte (sin herederos) surge una sorpresa en su testamento: dentro de Oasis hay las pistas necesarias para jugar a un juego oculto, el ganador del cual se convertirá en el heredero oficial. Pese a que muchos intentan descubrir ese citado misterio oculto, las crípticas pistas provocan que el juego esté paralizado hasta que al joven Wade en nuestro mundo real (y Parzival en el de Oasis) logra desentrañar la primera. A partir de ese momento se establece una carrera contra-reloj en la que nuestro héroe y los aliados que se le irán sumando tendrán que luchar por llegar al final antes que una corporación que busca el ferreo control de Oasis si consiguen ser los primeros, y que no se parará ante nada para lograrlo.

Igual que la generación actual no entiende un mundo sin internet, lo que nos plantea Ernest Cline es algo similar pero unos treinta años en el futuro, por lo que se justifica muy bien que ante una realidad sin posibilidades para subsistir, la mayoría prefiera vivir en ese mundo virtual creado por un filántropo idealista con síndrome de Asperger. Con esta actual moda de recordar con añoranza lo que hubo en la década de los 80 (y que en el film de Spielberg puede que abarque más) la historia está plagada de referencias a la cultura pop de aquellos años, destacando sobretodo la dedicada a aquellos videojuegos que vistos ahora parecen de lo más arcaicos.

De lectura ágil y entretenida, Ready Player One es una delicia para todos aquellos que fueron adolescentes en los años 80 del siglo XX, si bien en su pléyade referencial quizás se abusa un poco de los videojuegos frente al resto de ocio, por lo que aquellos no muy interesados en ese aspecto pueden perder interés en los momentos en los que la historia se centra más en ellos. Asimismo se le puede achacar el tener unos personajes un tanto maníqueos, algo más evidente sobretodo en el caso de los villanos, pero aún así nadie le niega el gran entretenimiento que es, hasta el punto de que uno se queda con ganas de volver a ese mundo virtual multireferencial.