jueves, 7 de abril de 2022

ANIMALES FANTÁSTICOS: LOS SECRETOS DE DUMBLEDORE, crítica sin spoilers de esta tercera entrega de las precuelas de HARRY POTTER

La saga de Harry Potter es una de las más populares y rentables, tanto a nivel literario como cinematográfico, por lo que es lógico exprimir lo máximo posible para contentar a los fans y hacer crecer dicho universo mágico. Pese a ello ya la serie principal dió evidencias de alargarse en exceso en siete libros que se convirtieron en ocho películas (la última entrega literaria se dividió en dos cintas), pero más o menos cumplió con sus objetivos, por lo que había esperanzas cuando se estrenó Animales fantásticos y donde encontrarlos. Dicho film partía como spin-off precuela de la saga original, pero en este caso con el guión directo de J.K.Rowling (creadora de todo este universo), pero sin basarse en ninguna obra literaria suya previa.

Dicha ilusión empezó a quedar mermada cuando dos años después se estrenó su secuela (la inferior Los crímenes de Grindelwald), en lo que aspiraba a ser la segunda entrega de una pentalogía fílmica que ya veremos si se finaliza. Y eso se debe a que ya han pasado cuatro años desde aquel film hasta esta tercera entrega, teniendo que lidiar por el camino con varios problemas que se hacen evidentes en este tercer episodio. El primero fue el descenso en taquilla de la entrega previa, el segundo vino por la polémica que llevó a cambiar a Johnny Depp por Mads Mikkelsen, el tercero fue el retraso por la pandemia mundial y el cuarto el férreo control de J.K.Rowling sobre el producto final, intentando alargar en exceso algo que ya no da para más, lo que de nuevo se hace palpable en esta película.

Las muchas dudas que levanta esta tercera entrega de Animales fantásticos probablemente se hacen evidentes en ser la primera película de este universo que no se estrena ni en la temporada veraniega ni en la navideña, que es cuando han llegado tanto los ocho entregas de Harry Potter como las dos anteriores de este spin-off precuela. También hay una evidente incertidumbre en la propia película, que se dilata más de dos horas llevando a sus personajes de un sitio a otro con poca convicción sobre sus objetivos, para en resumidas cuentas dejarlos casi como al principio; si bien aqui se permite un cierto paralelismo más o menos acertado entre el auge de ciertos populismos políticos (¿fascismo?) y la ascensión de Grindelwald dentro de este mundo mágico. Asimismo resulta irónico que estas películas se titulen Animales fantásticos cuando los mismos cada vez tienen una menor trascendencia, algo también palpable en esta cinta (que además prioriza en lo de Los secretos de Dumbledore, por aquello de si nombrando a un personaje algo más conocido de este universo se consigue atraer a más espectadores: de que lo consiga depende su incierto futuro)

Pese a una evidente irregularidad durante sus excesivos 142 minutos, esta película tiene aciertos que se mantienen de la anterior entrega, como un destacable Jude Law encarnando al joven Albus Dumbledore, que en esta película ya deja clara su orientación sexual por más que el detalle tampoco aporte algo de especial trascendencia al producto final. Su reverso lo tiene en Gellert Grindelwald, que en esta franquicia ha tenido los rostros de Colin Farrell en el primer film, Johnny Depp en el segundo y Mads Mikkelsen aqui, consiguiendo este último una aceptable actuación por más que dicho villano quede algo lejos (de momento) de lo amenazador que representó ser Voldemort para Harry Potter. Ellos dos serían los evidentes protagonistas de esta película, quedando en segundo plano otros como el Newt Scamander encarnado por Eddie Redmayne, mientras que el resto pulula aportando poco o nada al resultado final, siendo especialmente hiriente en el personaje de Tina Goldstein, que pasa a ser un mero cameo quizás porque la actriz Katherine Waterston osó criticar los mensajes tránsfobos de J.K.Rowling (dueña y señora de toda esta franquicia) 
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