Con la acuciante falta de ideas que hay hoy en día, una de las fuentes de inspiración más claras han sido las series de televisión, muchas de las cuales han tenido años después su remake en la gran pantalla, con resultados dispares. Una de las más recientes fue The Equalizer, la cual se estrenó hace cuatro años y que partía de una serie televisiva de los años 80, si bien tan solo tomaba de la misma un planteamiento básico y el nombre de su protagonista, aunque la película le cambiaba la raza (sin que tampoco sea un detalle de primordial importacia sino más bien meramente anecdótico) en lo que acabó siendo una solvente película de acción en la línea de los films justicieros de Liam Neeson, en este caso a mayor gloria de Denzel Washington.
En lo que supone la primera secuela en la que interviene el mencionado actor, esta The Equalizer 2 lo vuelve a unir con Antoine Fuqua, que es el director del presente título y ejerció las mismas labores (junto a Washington en el reparto) en las películas Training Day (con la que el citado Denzel Washington ganó un Oscar), el innecesario remake de Los 7 magníficos y la anterior entrega de esta nueva franquicia. Pese a que el primero de ellos le diera premio a su actor protagonista, por mi parte ninguno de los títulos citados me parece meritorio, siendo de esas películas que a lo sumo ves una vez y te olvidas, lo cual se puede hacer extensible a la presente secuela, con el handicap que ya tenía la primera, y que aqui se hace bastante evidente: la inclusión de tramas secundarias para dilatar el metraje.
The Equalizer 2 es apenas siete minutos inferior al film precedente, pero al igual que pasaba en aquel, para lo que cuenta y como nos lo cuenta le sobra metraje, lo cual se nota (y mucho) en una serie de tramas secundarias que solo sirven para dejar bien claro que el protagonista es un hombre de honor, pese a que la violencia siempre esté rondándole. Eso ya desde el principio queda claro, por lo que su insistencia se hace por momentos cansina, máxime cuando da la sensación de que la propia película se toma en serio a si misma, pese a que estamos ante el enésimo ejemplo de justiciero urbano entrado en años (Washington tiene 63) Lo que nos relata esta secuela se ha visto ya con otros heroes de todo tipo, ya que se ciñe al esquema básico de asesinar a una persona más o menos cercana al protagonista, lo que llevará a este a buscar justicia en el asunto, por lo que ante dicha sinopsis seguro que al espectador veterano se le ocurren multitud de ejemplos de temática similar que van desde el James Bond de Timothy Dalton hasta cintas de Chuck Norris o Van Damme (por citar algunos)
Pese a todo no puedo decir que estemos ante una horrenda película, porque en el fondo no deja de ser coherente con esas mismas características que ya dejó palpables la entrega previa. Asimismo las escenas de acción resultan muy acertadas (al enfocarlas desde un punto de vista realista, sin filigranas de dudosa credibilidad), y el perfil de este heroe al que le otorga vida Denzel Washington queda bien reflejado (con detalles como que lea una obra de Marcel Proust, lo que lo acerca a la multitud de personajes nobles encarnados por el citado actor) Asimismo la película en su conjunto tiene algunos momentos bastante entretenidos, pero que serían meros oasis en una secuela que circula por terrenos anodinos, aunque pretenda ser más amplia al mover la acción de forma breve por otros lugares como Turquia y Bruselas. Si tiene el éxito suficiente (que me imagino que si) tenemos aqui una nueva saga de acción así como una franquicia con la que Washington obtenga éxitos de taquilla, pero para futuras entregas espero que la cosa mejore.
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- FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
- FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 10 de agosto de 2018
- Galeria de posters por este enlace.
- LO MEJOR: El protagonista a cargo de un Denzel Washington que sabe sostener sobre sus hombros el peso de toda la secuela con un personaje coherente a su filmografía.
- LO PEOR: Dilata demasiado con innecesarias tramas secundarias algo que tampoco daba para tanto, circulando por terrenos previsibles.