Admito que así, de entrada, Pobres criaturas no era un film que me llamara la atención. Y es que lo primero que me "sorprendió" (y no precisamente para bien) de esta película fue un primer póster que sencillamente tildaría de horroroso, donde una actriz tan guapa como Emma Stone salía (valga el apelativo) como un adefesio. Pero parece ser que cuando se afea la belleza es cuando se valora más y mejor la labor artística, ya que al igual que le ocurrió a Charlize Theron (que ganó un Oscar a mejor actriz en 2004 por Monster, afeando bastante su aspecto), las previsiones dan posibilidades a que Emma Stone gane un segundo Oscar tras el que logró por La ciudad de las estrellas (La la land) en la ceremonia de 2017.
Ya se sabe que el aspecto físico no deja de ser algo tan solo temporal, y los (buenos) interpretes juegan con dicho factor para demostrar su polivalencia artística. Ese parece ser el camino emprendido por Emma Stone, a la que conocí como Gwen Stacy en las dos entregas de The Amazing Spider-Man, aunque antes la había visto en Zombieland y su posterior secuela, pero que probó otros horizontes en títulos como Birdman, La batalla de los sexos o la antes citada La la land. En este caso Pobres criaturas sería su segunda colaboración con el director Yorgos Lanthimos (del que admito no haber visto ninguna película suya en el momento de escribir esta crítica) después de La favorita, film que no he visto aún pero no descarto, en el que Emma Stone está también rodeada de un elenco bastante llamativo.
En este caso acompañada en el reparto por Willem Dafoe y Mark Ruffalo como nombres más conocidos, la presente Pobres criaturas se estrena por fin en España tras una carrera de avales que comenzó con el León de Oro a mejor película en el pasado Festival de Venecia, así como una multitud de nominaciones en los más diferentes premios, de los cuales ya ha ganado varios su protagonista principal. ¿En serio es para tanto? Pues tengo que admitir que una vez vista la respuesta sería afirmativa, aunque con matices: un error muy común en el panorama cinematográfico actual es no saber cortar las cosas a tiempo, y este film es una nueva prueba de ello ya que sus 141 minutos podían haberse quedado de forma clara en un metraje más común que rondara las dos horas. Esos excesos se hacen evidentes en momentos en los cuales se recrea ociosamente en secuencias que, siendo prácticos, ya han contado todo lo que tenían que contar (lo cual resulta curioso porque luego tiene momentos visuales realmente bellos que sinceramente se me hicieron incluso cortos)
Pobres criaturas vendría a ser algo así como una apología del feminismo (en una época en la que la mujer era poco más que la posesión de su marido o tutor, obediente y sumisa) envuelta en un apartado visual y de ambientación portentoso (estéticamente es bastante transgresora), mostrando una sociedad victoriana alternativa con referentes steampunk, en una historia con detalles que pueden recordar al clásico Frankenstein. La protagonista es Bella Baxter (encarnada por solvencia por Emma Stone), una mujer revivida por un desfigurado doctor (papel para Willem Dafoe), cuya mente infantil desea aprender y ver mundo, lo que en principio se le niega. Cuando ve la oportunidad un abogado bastante sinvergüenza (Mark Ruffalo) se la llevará para mostrarle nuevos horizontes, al mismo tiempo que se aprovecha sexualmente de ella por su inocencia; en un periplo que para Bella será iniciático, siendo especialmente llamativo su desinhibición hacia todo lo relacionado con el sexo (sirva de ejemplo lo que ocurre en Paris)
En resumidas cuentas estamos ante una película bastante destacable (en especial por la labor de su actriz principal, que no se corta ante nada incluso en unas escenas con connotaciones sexuales bastante explícitas), cuyo apartado visual es por momentos tan surrealista (ver las escenas rodadas cual si fuera un ojo de pez) como hermoso (los detalles steampunk son brillantes), mezclando con acierto el clásico blanco y negro (en el tramo inicial) con el color (a partir de que Bella expande sus horizontes) No descarto que algunos detalles puedan resultar ofensivos para ciertos espectadores, pero el resultado final de esta adaptación de la novela homónima de Alasdair Gray es sin duda alguna un espectáculo visual fascinante, a la par que una extravagancia narrativa sorprendente (los conceptos que maneja en un principio puede parecer que cuadran poco entre si), que quizás podía haber llegado a ser mejor de no ser tan autocomplaciente consigo misma, por un metraje claramente dilatado en exceso y que se podía haber reducido en la sala de montaje.
CALIFICACIÓN: Buena (4/5)
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- FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
- FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 26 de enero de 2024.
- Galería de posters por este enlace.