Cuando yo me volví a aficionar a esto de las viñetas lo hice, entre otros factores, porque me sorprendió ver en un género que yo pensaba que era para niños unos personajes femeninos tan sexualizados que (no lo negaré) se me hicieron muy pronto bien atractivos. Aún recuerdo mi sorpresa al encontrarme al personaje de la Gata Negra en el inicio del coleccionable que sacó Planeta con motivo de la primera película de Spider-Man de Sam Raimi, pero ella tan solo fue la primera de todas a las que he conocido con posterioridad.
No negaré que desde mi punto de vista masculino me resulte un aliciente ver hermosas féminas en el amplio mundo de justicieros enmascarados, pero también me ha servido el leer un poco de todo para saber valorar la época actual, en la cual los personajes femeninos no son tan solo un mero cacho de carne para llamar la atención. Es por eso que puedo coincidir en cierta parte con Anabel Vélez, autora de Superheroínas: Lo que no sabias sobre las mujeres más poderosas del comic, remitiéndome al ejemplo más ridículo y vergonzoso: la Catwoman de Halle Berry.
Y es que las mujeres, algo que soy el primero en reconocer, se han visto relegadas a papeles muy secundarios dentro de los comics de superhéroes, primero casi como mera "justificación" para que no fuesen todos hombres, para después solo como meras damiselas en apuros o interés romántico del protagonista. La llegada del Comics Code fue todavía peor, relegando al sexo femenino a no tener voz ni voto si no era mediante el consentimiento del masculino, pero aunque en estas últimas décadas ha habido momentos en que la visión de las mujeres en los comics de superhéroes rozaba casi la pornografía, es también cierto que en los últimos años una gran variedad de autores y personajes han demostrado que las viñetas de este género no tienen porque ser tan solo territorio eminentemente masculino. Por eso las mujeres que más me gustan de los comics de superhéroes suelen ser personajes que no solo resultan atractivos a la vista sino que además interesantes en su desarrollo, primando sensualidad sobre sexualidad y coherencia sobre mero reclamo.
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Tiempo después de haberme leido los tres tomos que vienen a continuación de este, por fin me ha llegado el turno para poder leer Daredevil: Arte oscuro. Con el claro handicap de conocer ya los sucesos que vienen a continuación, este volumen me ha servido para comprobar de primera mano lo que le sucedió a Punto Ciego (el compañero de andanzas que tiene Daredevil en esta etapa), algo que en los posteriores es tan solo citado en formato flashback. Queda además bien justificada la notoriedad de la mencionada temporada por el evidente salto cualitativo que nos ofrece a partir de este volumen, y su emblemático villano.
Dicho enemigo contra el que tendrá que lidiar Daredevil se hace llamar Musa y vendría a ser un asesino con capacidades especiales que está obsesionado en "crear" su muy retorcido concepto de arte a través de sus macabros crímenes. Dicho villano queda perfilado en el presente tomo de forma muy destacable, lo que lo convierte en un psicópata que puede recordar a otros como eran Hannibal Lecter o el asesino al que interpretaba Kevin Spacey en Se7en.
Este arco argumental me recordó (y mucho) a esos thrillers sórdidos que se pusieron de moda en los años noventa tras el éxito de El silencio de los corderos y sus múltiples (y variados) derivados, sobretodo cuando va siendo desarrollado este villano que responde al nombre de Musa y nos damos cuenta que poco tiene que envidiar a los psicópatas de aquellos films (y sino que sirva de ejemplo cuando Daredevil accede a su guarida en el último capítulo incluido en este volumen) Con la idea de recrear ese tono tengo que admitir que el equipo formado por Charles Soule al guión y Ron Garney en el apartado gráfico brillan en este caso a la misma altura, justificando ese cambio (para bien) que ya he disfrutado en las posteriores entregas que ya leí anteriormente.
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En ocasiones me decanto por lecturas "curiosas", pero es que este Friki Love me llamó mucho la atención en cuanto ví las comparativas que cita en su portada abarcando desde el género de los superhéroes hasta la saga Star Wars para acabar con la popular The big bang theory, con lo cual abrió mi curiosidad sobre que podía encontrarme en algo así. El resultado ha sido una obra que en si sería más bien un manual, en el que prima ante todo un gran sentido del humor, y repleto de mogollón de referencias frikis que no dificultan para nada el entendimiento de esta obra, pero que si es verdad que en algunos casos me sonaban más como referencia que por ser algo a lo que yo esté o hubiera estado aficionado.
Con la satisfacción de que yo sería un friki más o menos común según el divertido catálogo que propone esta obra (¡aún tengo esperanzas!), lo que propone aqui el autor sería toda una serie de propuestas hacia todos aquellos que pensamos que nuestras aficiones frikis nos alejan de la posibilidad de conquistar una pareja. Nada más lejos de la verdad, ya que todo consiste en el hecho de sacar el mayor partido de ello para conseguir encandilar a alguien, si bien este manual está en esencia orientado hacia los chicos, ya que aunque haya cada vez más mujeres que también podriamos denominar como frikis, no son aún las suficientes respecto a los que tienen esa misma categoria en el lado masculino. En resumidas cuentas una lectura muy ágil y entretenida (son apenas 170 páginas) que se leen muy bien gracias a los divertidos enfoques que nos ofrece para llevar a cabo una de las tareas más titánicas de esta vida: conseguir enamorar a alguien sin dejar de ser friki.
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No miento si digo que no soy muy seguidor de la parte cósmica de los superhéroes, de tal forma que los que por defecto ya están asociados a ella en la mayoría de los casos me dejen más bien indiferente, como me ocurre con todo lo relacionado con Green Lantern. Pero en este crossover de seis entregas sería la otra parte la que me llama la atención, ya que lo que si me ha gustado siempre mucho es todo lo relacionado con la saga de El planeta de los simios, a lo que añadir además aqui la ventaja de que nos sitúa por donde el film inicial que comenzó esta franquicia.
A diferencia de otros crossovers (como por ejemplo el de Batman con las Tortugas Ninja que me he leído hace poco) en esta ocasión digamos que tan solo me resulta llamativo un 50% del producto final. Ojo porque no estoy diciendo que el resultado no sea entretenido (que sin duda lo es), pero me imagino que sería más "disfrutable" si apreciara a ambas franquicias por igual. También resulta evidente que estamos ante una realidad alternativa (por lo que sucede respecto a ambos bandos), lo que hace que su lectura sea más por curiosidad que por necesidad.
Con un sencillo macguffin para unir ambos universos digamos que este crossover cumple de forma aceptable a la hora de repartir la acción entre los múltiples personajes de ambas franquicias, si bien es una opción que se podía haber concretado en unos pocos porque lo de otros sería meramente circunstancial. El apartado gráfico podriamos decir que está al mismo nivel que su guión (correcto y funcional sin más), aunque lo que personalmente me gustó más fue todo lo referente a las portadas alternativas, con algunas que homenajean momentos míticos (y los posters de las películas clásicas) de El planeta de los simios de una manera tan ingeniosa como destacable. En resumidas cuentas sería un comic que uno lee más por la curiosidad de lo que propone que por la calidad de lo que ofrece, aunque como mínimo convence.
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Para cerrar este post de reseñas dejo El inmortal Hulk, una bastante grata sorpresa de la que me he leído los dos primeros números editados por Panini. Y dicha apreciación es debida a que siendo un personaje con el que da la sensación de que no se puede hacer mucho a estas alturas, con los guiones de Al Ewing y el apartado gráfico de John Bennett, los dos primeros números de este nuevo relanzamiento del personaje resultan sólidos, consistentes y muy coherentes, al volver a la versión más emblemática de Hulk y con la que me resulta más facil empatizar.
Después de descubrir que Bruce Banner si puede morir pero que su alter-ego verdoso no (con lo cual nunca dejará morir a su "otro yo" humano), en este comic se recupera no solo el espíritu de la serie de televisión de este personaje en los años setenta del pasado siglo sino que además se engloba en unos relatos que homenajean a los clásicos comics de terror de EC (al menos el primero), comparación que en su momento me llevó a dudar pero que una vez leido no puedo menos que confirmar, siendo de lo mejor que he leído de Hulk en mucho tiempo.
Recuperando más que nunca ese hecho de ser una variante de la clásica dicotomía entre Jekyll y Hyde, en este comic nos plantean a un Hulk que aparece siempre de noche, como esos monstruos clásicos, pero a diferencia de esa versión de este personaje que sólo son rugidos y furia, el que aqui nos encontramos actúa cual si fuera una criatura vengadora que aparece para impartir la justicia necesaria por los delitos cometidos por los malvados a la luz del día. De hecho el primer número sería tan solo la implicación de Bruce Banner en un vulgar atraco, y como eso hace salir a un Hulk que se dedicará a dar con los culpables para impartir la justicia necesaria, mientras en el segundo se centrará en un misterio sobre la radiación gamma. Un gran comic que se aleja del previsible Hulk de antes, para darnos uno al que temer por su cruel raciocinio.
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