ACTUALIZACIÓN: Volviendo a recuperarlo en portada os dejo bajo estas líneas la reseña que me hizo el 29 de julio del 2010 el lector
Jonathan Striker, recomendándome la serie
Spartacus: Sangre y arena que en aquel momento aún no había visto (pero que disfruté posteriormente en
Cuatro). Da la casualidad que esta entrada tiene el cuarto puesto de más visitas en este blog, entonces he pensado que era el mejor sitio para dejar
mi pésame por el fallecimiento de Andy Whitfield, cuya encarnación de
Spartacus quedará para siempre en el
Olimpo catódico de la televisión. Toda muerte es triste, pero cuando uno muere con apenas 39 años creo que es aún más triste. Descanse en paz.
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Nunca lo he citado pero si quereis colaborar en este blog, podeis mandarme vuestras críticas, reseñas u opiniones a
chacal74@gmail.com y tras mi selección personal será publicado. A continuación os dejo con la entusiasta reseña que el amigo
Jonathan Striker me ha hecho de la serie
Spartacus: Sangre y Arena.
Canal+ emite en exclusiva
'Spartacus: Blood and Sand', la serie creada por
Steven S. DeKnight (
'Smallville', 'Buffy') para el canal de pago
Starz.
Producida por
Sam Raimi (director de la saga de
'Spiderman'), protagonizada por
Andy Whitfield y
Lucy Lawless (
'Xena: La princesa guerrera') y realizada con un estilo cromático muy cercano a
'300',
'Spartacus: Sangre y arena' ha sido proclamada por la crítica como
la serie más polémica del año.
Esta primera temporada consta de
13 impresionantes episodios, que narran las peripecias de un esclavo
tracio convertido a la fuerza en
gladiador, y su titánica lucha por sobrevivir en un mundo absolutamente hostil para los de su condición.
La producción cuenta con grandes dosis de
acción y con unos llamativos
efectos especiales, y en contra de lo que suele ocurrir en estos casos, esto en ningún momento va en detrimento de un guión verdaderamente pulcro, trabajado y rabiosamente
adictivo. Eso sí: la
crudeza de sus múltiples escenas de
lucha y
sexo tal vez la hagan poco recomendable para estómagos delicados.
Ahora que su protagonista
Andy Whitfield parece haberse recuperado satisfactoriamente del cáncer que se le diagnosticó hace algunos meses, parece que la maquinaria de la tan esperada segunda temporada al fín se ha puesto en movimiento.
Lo mejor: practicamente todo. Argumento de lujo, interpretaciones de calidad, unos trabajados efectos especiales, etc.
Lo peor: lo breve que se te hacen estos 13 episodios, y el ansia de querer saber como sigue la cosa.