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martes, 27 de octubre de 2020

LA ESPADA SALVAJE DE CONAN (1 a 5), EL REGRESO DEL CABALLERO OSCURO: EL CHICO DORADO y PAPER GIRLS (21 y 22)

LA ESPADA SALVAJE DE CONAN (1 a 5)

Ahora que Marvel vuelve a poseer los derechos de Conan el bárbaro, aparte de editar la nueva colección con el nombre del cimmerio con Jason Aaron como guionista (dejé reseñas de los primeros números por este enlace y por este otro) tambien ha probado suerte con la otra cabecera famosa que tuvo este personaje en su época: La espada salvaje de Conan. De la biblioteca he podido leerme las primeras cinco grapas españolas, que incluyen un arco argumental inicial titulado El culto de Koga Thun, una historia en cinco partes que envuelve a Conan en una aventura con todos los elementos más clásicos de sus andanzas (incluido un villano brujo) al que le sigue la simpática y autoconclusiva La venganza del pretendiente.

Para acabar está el arco argumental en tres partes que lleva por título Conan el jugador, donde el cimmerio demuestra ser tan resolutivo en la mesa de juego como en el campo de batalla, completados estos cinco comics con los capítulos 1 al 9 del relato literario titulado La sombra de la venganza. Aparte de la buena conjunción entre los responsables de guión y dibujo, que saben trasladar con sumo detalle al lector a la Edad Hiboria por la que transitó este popular cimmerio, también es justo destacar las impresionantes portadas a cargo de Alex Ross, que en algunos casos resultan un homenaje evidente al estilo clásico de portadas que tuvo esta cabecera en el pasado.

  • La espada salvaje de Conan, fichas editoriales del 1, 2, 3, 4 y 5, ficha de la biblioteca PENDIENTE.


EL REGRESO DEL CABALLERO OSCURO: EL CHICO DORADO y PAPER GIRLS (21 y 22)

Frank Miller ya no es lo que era, lo cual no desvirtúa sus méritos en el pasado pero si empaña el hecho de que insista una y otra vez en conseguir algo de lo que fue, logrando a lo sumo pequeñas píldoras de esa maestria que quedó demostrada en la ya lejana década de los ochenta con obras como El regreso del Caballero Oscuro, a la cual ya ha vuelto dos veces (la reseña de El regreso del Caballero Oscuro III: La raza superior la teneis por este enlace), y en la que insiste en revisitar como por ejemplo en esta entrega titulada El chico dorado, cuya lectura me ha provocado más indiferencia que interés ya que la supuesta crítica contra la actual incompetencia en la Casa Blanca se me hace anecdótica, ya que no viene a añadir nada que no hayan dicho muchas otras, y las nuevas generaciones de los clásicos superhéroes las encontré sosas.

Si soy sincero lo mejor de este comic sería su brevedad y concisión (el tomo apenas tiene 64 páginas), pero quizás radica ahi su handicap porque la historia está cimentada en una mera y escueta crítica contra el actual presidente de los Estados Unidos, al que de forma clara sustenta como una mera marioneta en manos de los villanos Darkseid y el nuevo Joker (el original murió en la primera entrega) Frente a ellos están Carrie Kelly, la nueva Batwoman y ex-Robin, más los hijos de Superman y Wonder Woman (Lara y Jonathan Kent), siendo al chaval al que hace referencia el título de esta entrega, ya que es objetivo de Darkseid. Como crítica política es destacable, pero no añade nada nuevo, y como nueva secuela de su franquicia se sustenta sobre unos descendientes con una total falta de carisma. Un comic apenas anecdótico.

Hacía mucho tiempo que me leí por segunda vez Paper girls, que me sirvió para redescubrir una serie que resultó mejor de lo esperado. Con el lógico handicap de todo el tiempo transcurrido desde un número al siguiente (en este caso más de un año), tras leerme lo que sería el equivalente a las 20 primeras entregas ha llegado a la biblioteca los números 21 y 22 en formato grapa de la serie, que bien pronto he añadido a mi lista de lecturas. En los mismos continuan las andanzas de las cuatro protagonistas de 1988, que ahora mismo están ancladas en el año 2171 e intentan averiguar como conseguir volver a su casa y su tiempo, lo que les llevará a pasar por una futurista biblioteca (lo cual me resultó irónico siendo de ahi de donde me estoy leyendo esta serie) El 22 acaba con un interesante cliffhanger que ya veremos como será resuelto, pero de momento la conjunción entre los guiones de Brian K.Vaughan y el apartado gráfico de Cliff Chiang sigue siendo bastante destacable en una serie altamente recomendable.

viernes, 30 de agosto de 2019

ANTES DE WATCHMEN (BUHO NOCTURNO y DR.MANHATTAN), PAPER GIRLS (volúmenes 1 a 3 y comics 16 a 20) y HUCK FINN -reseñas-


Como Watchmen está considerada la gran obra maestra en cuanto a los comics de superhéroes, cuando en su momento se anunciaron una serie de precuelas de la misma muchos se echaron las manos a la cabeza en gesto de desesperación al no poder impedir que se mancillara la épica de la obra original. En mi caso tan solo pude hojear los tres primeros números de la dedicada a Rorschach hace ya unos años, que me parecieron correctos pero sin tampoco impresionarme, ya que en si parecía un mero complemento (que no un insulto) a esa obra original de la que parte, lo cual se puede hacer extensible a Antes de Watchmen: Buho Nocturno que ha sido la primera de estas precuelas que leo completa.

Editada en formato tomo y recopilando los cuatro números de la miniserie original, en este caso se centra en el segundo Buho Nocturno (Dan Dreiberg) y como su antecesor Hollis Mason le inspiró y le instruyó para continuar con su legado de superhéroe. Siendo este personaje una variante del que representa Batman resulta bastante acertado profundizar en su personalidad para mostrar los motivos que le llevan a actuar como lo hace, aunque sin duda también resulta llamativo ver algo que en la obra original es tan solo mencionado pero nunca mostrado: el duo formado por Buho Nocturno y Rorschach hasta cierto momento (que aqui se ve), donde ambos se dan cuenta que sus métodos no pueden ser más contradictorios.

Como he indicado arriba, para un mayor disfrute de este comic es necesario haber leído Watchmen o como mínimo tener una mínima noción de su estructura y personajes, sin lo cual esto no sería nada más que un comic más. Pero pese a eso su total respeto hacia la obra original conlleva que estemos ante algo que nunca pretende suplantar ni vilipendiar sino tan solo complementar a ese clásico, algo que para muchos será innecesario pero que en mi caso me ha parecido curioso y correcto, siendo ese enfoque el que me imagino que me ha hecho disfrutarla más (a lo que me imagino que también habrá influido el acertado guión de J.Michael Straczynski y el apartado gráfico a cargo de Andy Kubert)

Es curioso porque en esta vida tiene que haber de todo, y lo que en el caso de Buho Nocturno funciona de una forma muy correcta (dentro de sus pretensiones) resulta menos funcional para el Doctor Manhattan, en su miniserie dentro de Antes de Watchmen y que se recopila en el otro tomo de esta cabecera que he leido. Me imagino que en eso debe de influir de manera decisiva el hecho de que lo previo a este personaje, cuando era tan solo Jonathan Osterman, no tiene los matices de otros personajes de esta obra, ya que no dejaba de ser un tipo normal y corriente cuya vida cambió el 20 de agosto de 1959 a las 13:15, a partir de lo cual surgiría el omnipotente Doctor Manhattan.

Aunque de nuevo estamos ante un comic correcto, en este caso si que sería de lectura más densa y de un tono mucho más filosófico, lo cual puede echar para atras a aquellos que quieran empezar estas precuelas por esta, más allá de que también repite como guionista J.Michael Straczynski, en esta ocasión con el notable apartado gráfico a cargo de Adam Hughes. Y es que aqui el objetivo es otro, ya que lo que se nos plantea sería una profunda reflexión sobre esos giros del destino que marcan los derroteros por los que circulará nuestra vida, algo que en este caso funciona y se desarrolla de forma acertada teniendo en cuenta las características del personaje principal.
Hace dos años me decanté por Paper Girls en la biblioteca, y me leí los ocho primeros números en grapa, con un resultado satisfactorio aunque no como para engancharme a la misma, algo que ha cambiado sensiblemente justo después de que me leyera los tres primeros volúmenes recopilatorios (a razón de 5 números cada uno de ellos) más los números 16 al 20, que es todo lo disponible ahora mismo de esa serie en la biblioteca. Quería darle una segunda oportunidad, ya que de su dibujante Cliff Chiang me había leído por aquella época su etapa en Wonder Woman, por lo que sabía que tan solo sería cuestión de meterse en la historia, algo que enfoqué mal la primera vez porque no consiste en ese enésimo revival de la década de los ochenta (aunque también) sino que estamos ante una epopeya de viajes en el espacio y el tiempo que bien podrian considerarse herederos de los de la serie Doctor Who. Separada en arcos argumentales de cinco entregas cada uno se me ha hecho más accesible, beneficiada también por el acertado desarrollo de sus cuatro protagonistas principales, con las que lo mismo te hace un guiño a la cultura pop que trata algún tema propio de la adolescencia.
De entre tantos cientos de comics que tengo por la biblioteca hay algunos que me llaman la atención pero prefiero guardar para algún momento futuro. Normalmente, aunque no siempre, es su apartado gráfico (o sea, el dibujo) lo que me termina convenciendo, pero los reservo para momentos en los que no entran tantas novedades (como por ejemplo en vacaciones) Eso es lo que me ha ocurrido con Huck Finn, que no sería otra adaptación de la popular obra de Mark Twain sino que sería una reinterpretación de la misma que hace la autora Olivia Vieweg con un resultado bastante certero, trasladando la acción a la actualidad y del Mississipi original hasta una pequeña población alemana. Los que conozcan la novela original, uno de esos clásicos que o bien se ha leido o bien se ha visto en alguna de sus múltiples adaptaciones, reconocerán como está respetada la estructura básica de la obra, demostrando la atemporalidad de la misma al tratar temas tan candentes como la esclavitud, la búsqueda de la libertad o las familias desestructuradas, todo ello con el trazo sencillo pero cálido que logra ser un digno homenaje al 130 aniversario de la obra original que tuvo lugar en 2014.