LA INCREIBLE MASACRE-GWEN: EN ESTRICTA CONTINUIDAD
Tras los dos anteriores tomos de
Masacre-Gwen (que me leí y reseñé
por este enlace y
por este otro) le ha llegado el turno a este tercer volumen, que incluye los números 11 al 15 de la cabecera americana. En los mismos tenemos tres historias: una inicial autoconclusiva en la que la protagonista vive una historia que se podría considerar homenaje a la mítica
Buffy Cazavampiros cruzándose con
Blade, luego otra dividida en dos partes en la que
Masacre-Gwen se encontrará con viejos conocidos enfrentándose a
Arcade (con el cameo de
Masacre, evidente inspiración inicial para ella) para acabar con otro arco argumental en dos entregas, con una disparatada aventura en la que aparecen el
Piloto Fantasma y
Kate Bishop (
Ojo de Halcón), acabando con un interesante cliffhanger sobre las similitudes para la protagonista entre nuestro mundo real y en el que ahora vive. El resultado global es una lectura amena y entretenida, con un apartado gráfico atractivo (en el que destaca
Gurihiru), pero en esencia quizás demasiado intrascendente respecto a anteriores entregas.
BATMAN: EL ÚLTIMO CABALLERO DE LA TIERRA
Scott Snyder es el autor de una de las mejores historias que he leído de Batman en los últimos años (El tribunal de los buhos), por lo que con dicha referencia no dudé a la hora de pedir en la biblioteca este comic, también sobretodo por su título y por lo que proponia su premisa argumental: Bruce Wayne se despierta en el Asilo Arkham y resulta que NUNCA ha sido Batman. Lo que podría haber sido un análisis metafórico de la salud mental del personaje desde un punto de vista más realista (en inicio todo parece indicar que tiene las facultades mentales mermadas) bien pronto deviene una distopia que vendría a narrarnos la (supuesta) última aventura de Batman en un entorno postapocalíptico.
El resultado es entretenido pero me decepcionó que virara tan pronto de lo que en inicio prometía a lo que al final es: algo así como un intento de imitar al Frank Miller de El regreso del Caballero Oscuro, en una historia que plantea muchos detalles interesantes que luego se van quedando sin una explicación o desarrollo más o menos coherente. Pese a ello el apartado gráfico de Greg Capullo es PORTENTOSO, siendo uno de los mayores alicientes de este comic al plasmar en su dibujo de forma brillante lo siniestro de las situaciones que plantea el guión de Snyder para esta distopia. ¿El problema? Insisto, que la idea inicial bien pronto se transforme en otra cosa radicalmente diferente.
Cuando me leo algún comic
Marvel de la biblioteca siempre es una inmensa delicia encontrar en el apartado final de extras alguna portada alternativa dibujada por
Skottie Young. Admirador de su estilo gráfico, no lo dudé a la hora de pedirme en la biblioteca este
Peque-Marvels: Vvs.X que pese a no ser reciente (sería parte del evento
Secret Wars que me leí hace unos meses en su tomo integral) resulta una lectura del todo independiente y absolutamente disfrutable. Además de estar situada durante las citadas
Secret Wars, si bien es un hecho
MUY colateral, se supone que estariamos ante una parodia del evento
Vvs.X (Los Vengadores vs.La Patrulla-X) que me leí hace unos pocos años, si bien también en este caso es un simple guiño de cara a los lectores habituales.
¿Y porqué me gusta el arte de
Skottie Young? Pues porque le ocurre algo parecido al español
Enrique Vegas: su calidad gráfica es encantadora a la hora de recrear multitud de personajes conocidos por todos de una forma entrañable, y si el segundo
lo ha demostrado en sus muchas adaptaciones de todo tipo de películas, el primero lo ha hecho con infinidad de portadas alternativas de
Marvel donde salian caricaturas infantiles de sus personajes. Al igual que las citadas adaptaciones de
Vegas, que suelen funcionar más a base de gags que con una historia más o menos sólida, en
Peque-Marvels todos los superhéroes infantiles que viven en
Marvilla (sobretodo
Vengadores y
Patrulla-X) pelearán para tener en sus filas a dos nuevos niños del barrio, que además son gemelos, deleitando al lector con diversión a mansalva.