Asombrado me he quedado con el final de la primera mitad de la 2ª temporada de The walking dead. Con una jugada parecida a la que tuvo Doctor Who en el mismo punto (y que también dejó a la serie en parón durante los meses de verano) ahora nos quedan por delante dos largos meses en los que pergeñar todo tipo de posibles continuaciones para un argumento (el de la serie) que ya difiere totalmente del comic, lo cual le granjea críticas positivas y negativas a partes iguales.
Desde mi punto de vista, y lo tengo que reconocer, abandoné Los muertos vivientes (título con el que en España se edita el comic de Robert Kirkman) en el quinto tomo, porque se me hacía demasiado reiterativo. Eso no quita para que ahora, por la curiosidad de la serie, tenga intención de recuperarlo como lectura de biblioteca, pero al tomar caminos diferentes me tomo The Walking Dead como una serie de televisión basada en el comic, pero no adaptación fidedigna del mismo.