sábado, 7 de febrero de 2015

Humor: ¿Tú sabes lo que conlleva meterse con LIAM NEESON?

Una simpática gracia que he visto por internet a cuenta del éxito como maduro héroe de acción de Liam Neeson

jueves, 5 de febrero de 2015

EL DESTINO DE JÚPITER, aunque la mona se vista de seda...

FICHA TÉCNICA

Título: El destino de Júpiter
Título original: Jupiter Ascending
Dirección: The Wachowski Brothers
País: Estados Unidos
Año: 2014
Fecha de estreno: 06/02/2015
Duración: 125 min
Género: Aventuras, Acción, Ciencia ficción
Reparto: Channing Tatum, Mila Kunis, Eddie Redmayne, Tuppence Middleton, Sean Bean, Douglas Booth, Terry Gilliam, Du-na Bae, Vanessa Kirby, James D'Arcy
Distribuidora: Warner Bros. Pictures
Productora: Warner Bros. Pictures, Village Roadshow Pictures

SINOPSIS

Jupiter Jones (Mila Kunis) nació una oscura noche, bajo la influencia de un signo que indicaba que estaba predestinada a realizar grandes cosas en la vida. Ahora, Jupiter sueña con las estrellas pero tiene que afrontar la dura realidad de trabajar limpiando lavabos y de plantar a novios que le partieron el corazón. Pero cuando Caine (Channing Tatum), un ingeniero genético y ex militar, llega a la Tierra, Jupiter entiende cuál es su verdadera meta. Está a punto de heredar un poder increíble que podría cambiar para siempre el equilibrio del universo.

CRÍTICA

A los hermanos Wachowski les sonrió la suerte con Matrix (un éxito tanto de crítica como de público) pero desde entonces no han conseguido triunfar a ese nivel (ni con Speed Racer ni con El Atlas de las nubes), aunque ahora tienen una nueva oportunidad con esta película, cuyo estreno inicial previsto para el verano del 2014 se retrasó ocho meses, justificando que era para terminar correctamente la labor de sus efectos visuales (que duda cabe que los mismos lucen espectacularmente en pantalla, si bien el 3D, que es como la ví, tampoco aporta nada especial al conjunto)

¿Cual es, entonces, el problema? un guión caótico que aunque no esté basado en nada previo recuerda a muchas cosas, a lo que hay que sumar unos personajes menos que esquemáticos que son meros títeres de la acción, lo que nos lleva a que su destino nos traiga sin cuidado. No negaré que el apartado visual puede estar tan logrado como por ejemplo el de Avatar, pero la historia quiere abarcar mucho quedándose al final en nada. El destino de Jupiter acaba resultando una propuesta pretenciosa donde bajo un acabado visual portentoso, hay una historia con agujeros de grandes como socavones.

Al ser un film de los responsables de Matrix las expectativas pueden estar un poco altas, pero recordando las discrepancias que provocaron las dos últimas entregas de la citada saga, de nuevo aqui demuestran que el poderio visual está envuelto en el vacio argumental (la trama de las luchas de poder de los dos hermanos parece una variante sci-fi de las intrigas de los Borgia, lo que pasa que todo está tan enrevesado que al final lo que supuestamente tenía que ser épico acaba siendo más bien risible, por cierta obsesión hacia lo kitsch, evidente en escenas como la de la malograda boda)

No debería ser así, pero normalmente lo que ocurre en productos de este estilo es que los actores quedan fagocitados por toda la imagineria visual que les rodea. Aqui además hemos de sumar el muy forzado alivio cómico que pretende ser lo de la familia terrestre de la protagonista (una Mila Kunis que resulta más creible cuando ignora su destino que cuando lucha por él) estando siempre a su vera un Channing Tatum cuyas dotes de actor brillan por su ausencia, y cuyo héroe protector tiene una alarmante falta de carisma, pese a ser una mezcla de Han Solo y Lobezno.

Aún asi no puedo decir que sea mala, porque ya digo que el apartado visual es portentoso y sin duda merece la pena si fue la causa del retraso inicial de la película. Pero por muy bonito que sea el envoltorio, si lo de dentro no acierta (como le ha pasado por ejemplo a la dilatadísima trilogia de El Hobbit), eso dificilmente lo puedes tapar (por no hablar de un guión que parece un popurri de Princesa por sorpresa, Terminator, El quinto elemento, Los Borgia, John Carter de Marte o Star Wars, por citar tan solo unos ejemplos) ¿Donde estan los Wachowski que asombraron con Matrix en 1999?

LO MEJOR: Visualmente es espectacular gracias a unos efectos portentosos que justifican el retraso en su estreno.

LO PEOR: La historia resulta pretenciosa e innecesariamente enrevesada, y los personajes son meros estereotipos.

sábado, 31 de enero de 2015

LECTURAS DE BIBLIOTECA e internáuticas de enero-2015

Nuevo mes que finaliza y nuevo listado de todas las lecturas que he tenido en el mismo, que me sirve de índice por si necesito buscar alguna referencia futura (tanto de las físicas como de las virtuales, por si me olvido de algún que otro detalle)

Los títulos son links que llevan a cada reseña correspondiente en Lecturas de biblioteca: de papel a pantalla, el blog de Facebook donde las voy colocando:


(Nota: incluyo la primera entrega de la colección de figuras de Tintin por el material gráfico y presentación de la colección que acompaña a la figura, realmente EXCEPCIONAL)

LA AVENTURA DE LA MUJER GATO (relato) (ACTUALIZADO)

Todo empezó cuando me cogí en préstamo de la biblioteca el tomo Sherlock Holmes en España y ví que salía citado. Hablando con el autor internáuticamente me recordó de dos relatos mios que a principios de los 90 fueron publicados en el boletín de la asociación Círculo Holmes, y que pensaba yo darlos por perdidos hasta que un buen amigo me los pasó para poderlos compartir con vosotros (los teneis respectivamente aqui y aqui) ¿Y esto? Pues bien, es que había un tercer relato que al principio no identifiqué pero que al leerlo me dí cuenta de que también era mio, en esta ocasión influenciado por la Catwoman de la película Batman vuelve (ACTUALIZACIÓN: fue editado en el boletín de la asociación correspondiente a enero de 1993) Como los anteriores, tras el banner teneis el relato.


En mi libreta de notas tengo señalado que fue un día de diciembre de 1892 cuando el inspector Lestrade nos introdujo a Holmes y a mí en lo que sería la aventura de la misteriosa mujer gato.

Aquel día Holmes se había despertado de buen humor, como pude comprobar al ir a visitarle; su recibimiento expresaba jovialidad. —¡Mi buen amigo Watson! ¿A qué debo el honor de su visita?

—Hacía tiempo que no nos veíamos, Holmes. Sé por los periódicos que anduvo en un nuevo caso de resonancia internacional. Por su alegría pienso que lo ha resuelto satisfactoriamente.
—En efecto, Watson. Y mi alegría se dobla en este momento, ya que, si no me equivoco, ahí llega Lestrade para depositar en nuestras manos un nuevo caso. Quédese y podrá embellecer con su prosa, otro de mis casos.
Al tiempo que decía esto me pasaba un telegrama que decía:

“Iré a visitarle a las doce”
Lestrade

—Expedido en Wigmore a las nueve. Por el ruido de sus botas deduzco que ahora mismo va a aparecer por la puerta.

Efectivamente. La puerta de la habitación se abrió y, tras la señora Hudson, apareció un Lestrade pálido y desaliñado.

—Acomódese mi buen Lestrade —le dijo Holmes acercándole una silla.
—Dígame qué misterio le ha sacado de la cama a altas horas de la madrugada, para ir hacia Whitechapel por un asunto de asesinato. Su barba delata la urgencia con que le llamaron. Lo de Whitechapel lo deduzco por el barro que adorna su calzado. Por su palidez me atrevo a asegurar que el problema es de los de crimen de por medio. Así que, señores ahórrense sus caras de asombro.
—Señor Holmes —dijo Lestrade con un suspiro. —Me mandaron llamar cerca de las cuatro de la madrugada. La ronda nocturna había encontrado en Whitechapel el cadáver de John Clay, aquel Individuo con el que tuvimos problemas hará unos cinco años.
—Ya recuerdo. “La liga de los pelirrojos”; pero continúe por favor.
—Bien. Me fui a toda prisa hacia Whitechapel porque me dijeron que había testigos que habían visto al asesino y que lo tenían acorralado. Al llegar vi el cadáver de Clay. Le habían rebanado el cuello de oreja a oreja. Dejaron allí mismo el arma homicida. Un guante artificial con unas afiladísimas garras retráctiles, como las de los gatos. Diversos testigos afirmaban haber visto una figura humana que, disfrazada de gato, se abalanzaba sobre Clay. Dicha figura huyó al oír voces, y se refugió en una casa cercana. Voluntarios del vecindario rodearon el edificio. Cuando yo llegué a la casa sólo encontré a tres mujeres. —Siga, siga —dijo Holmes impaciente.
—Las mujeres que encontré, respondían a los siguientes nombres:
  • Amanda Johnson de 23 años; de profesión, prostituta.
  • Sarah Smith; 39 años. Propietaria de un bar cercano.
  • Selinda Kyle; 28 años. Maestra de una escuela ubicada en la misma calle.
—¿Registró usted bien la casa? —preguntó Holmes.
—Sí —respondió Lestrade. Registré la casa. Todo era normal si exceptuarnos un pequeño pasadizo secreto que comunicaba la cocina con el desván. Una vez en el desván, por un ventanuco que hay, podría una persona muy ágil, salir hasta el tejado. Pero una vez allí, el edificio más cercano se halla a unos cuatro metros de distancia... Es un salto que no pude dar ningún ser humano. Holmes se quedó absorto y pensativo un buen rato. Lestrade se había calmado un poco. Yo aproveché para cargar y encender mi pipa, mientras el gran detective continuaba con la vista fija en un punto lejano.

Se desperezó por fin y dijo:
—Lestrade; esta tarde investigaré a estas tres mujeres. Venga sobre las seis a tomar el té. Seguramente habré dado ya con la solución.
Holmes nos acompañó hasta la puerta a Lestrade y a mí. Quedamos en volver a las seis. Asuntos urgentes me retrasaron y llegué a Baker Street a las seis y veinte.

—Siéntese Watson, me dijo Holmes. Yo observé que seguía con el mismo buen humor que por la mañana, Lestrade ya había llegado, y estaba cariacontecido y apenado.
—Le estaba explicando a Lestrade cómo se le escapó de las manos el asesino de Clay —aseguró Holmes mientras me alargaba una taza de humeante té.
—¿Cómo fue? —inquirí.
—Pude comprobar visitando el lugar de los hechos que el asesino entró efectivamente en la casa; y que saltó desde el tejado estos cuatro metros que parecen imposibles de saltar para un ser humano. Pero... no para alguien que se crea efectivamente un gato. —Bien, Holmes —admitió Lestrade. —Es su teoría y no tengo más remedio que aceptarla al no disponer de ninguna otra prueba. Se lo agradezco.
Dicho esto se levantó pretextando una investigación urgente y nos dejó solos.

Holmes se levantó. Se acercó al armario ropero y extrajo de él un disfraz de gato de cuerpo entero.

—¿De dónde demonios ha sacado esto? —le pregunté.
—Hablé esta tarde con las sospechosas —me respondió. —Una de ellas sentía un gran afecto por los gatos. Las otras dos los odiaban. Precisamente fue esta mujer, que tanta afición tiene por los gatos, la más relacionada con Clay... hasta el punto de ser su hermana.
—¡Pero Holmes! ¿Por qué no se lo contó a Lestrade?
—Watson; esa mujer mató a su hermano porque había abusado sexualmente de ella. Reiteradas veces. Se vengó matándole. El que se disfrazase de gato dice mucho en favor de un crimen premeditado y frío. Pero también dice en favor de la inteligencia de esta mujer. La atrapé con el disfraz en las manos, tratándolo de esconder. Me entregó su doble identidad y me rogó, llorando, que no dijera nada, Que nunca se volvería a repetir.

—La mujer gato era pues Selinda Kyle — afirmé.
—En efecto, Watson. Su apellido era Clay, se lo cambió para no tener problemas. Personalmente pienso que algunos crímenes no merecen que se castigue al asesino, si el asesinado es tan despreciable como en este caso. Callemos la venganza de la hermosa Selinda Kyle.

Miré a Holmes a los ojos. Aquella expresión no se la había visto desde que conociera antaño a Irene Adler. Comprendí y me quedé en silencio. Con el tiempo, el único recuerdo de aquel caso fue un ajado y polvoriento disfraz de gato, que Holmes guardaba junto a una infinidad de otros extraños recuerdos.

EL CASO DEL DESTRIPADOR (relato)

A continuación teneis un relato mio escrito en 1994 para un concurso literario (que no gané) y en donde bajo el seudónimo de Alan Grant (el personaje al que encarnaba Sam Neill en Parque Jurásico) escribí un relato donde me anticipaba al morbo de los reality-shows con ciertos toques a medio camino entre las películas Asesinato por Decreto y Regreso al futuro 2. Al igual que el relato previo, tan solo vió la luz en el boletín de la asociación, por lo que gracias de nuevo al amigo que me ha permitido compartir esto con todos vosotros: bajo el banner teneis la historia.


Una vez más me pongo yo a dejar constancia escrita de un hecho increíble que me sucedió en mi carrera como detective. Tú, querido lector, que soportaste tantas veces las embellecidas historias que sobre mi escribía el doctor Watson, vas a tener conocimiento de mi aventura más fantástica.

Todo comenzó en 1888. No es necesario dar detalles porque todo el mundo conoce los sanguinarios crímenes de Jack el destripador. Lestrade me pidió ayuda y yo comencé a investigar. Mucha gente me ha preguntado porque Watson nunca explicó es te caso, ya que todos tienen en cuenta que el gran Sherlock Holmes tuvo que haber desenmascarado al sanguinario Jack. Así fue, sin duda, pero explicar este caso significa relatar un relato ilógico. Mis investigaciones me llevaron el viernes 9 de noviembre al 26 de Dorset Street, en el distrito de Whitechapel. Seguí al destripador hasta allí, pero lamentablemente no pude evitar el brutal degollamiento de la inquilina de esa casa, la prostituta Mary Jane Kelly. Al entrar yo, ella estaba muerta, y Jack estaba a su lado, abriéndole aún más las entrañas con su cuchillo.

Y aquí comienza lo extraordinario. Al lanzarme sobre él nos envolvió a ambos una luz blanca de gran intensidad que me cegó. Cuando pude abrir los ojos tenía frente a mí a Jack. Él también estaba aturdido, porque ahora estábamos en la calle. Pero ésta era larga y de color negro, y estaba flanqueada a ambos lados por inmensos edificios. Por el cielo se veían unas extrañas máquinas que estaban suspendidas en el aíre y que se desplazaban a través de él. De repente se acercaron a nosotros unos individuos que se desplazaban por el aire con unas extrañas tablas que llevaban en los pies, llamadas “aeropatines”, según me dijo más tarde. Jack echó a correr y desapareció tras una esquina. Nadie le siguió. Yo me quedé, y uno de los individuos que montaban en los aeropatines me dijo:

—Bienvenido al año 2888, señor Holmes. Actualmente estamos celebrando el primer milenio desde los crímenes de Jack el destripador, y nos pareció buena idea traerlo a él y a usted a nuestra época.
—¡Esto es imposible! ¿Qué pretenden?
—Atienda bien, porque se lo voy a decir sólo una vez. Queremos que cace al destripador en este año, Le vamos a dar los medios para conseguirlo. Cuando lo cace ha de matarlo.
—Es un criminal y ha de ser juzgado — le dije
—¡No! —me contestó—, ¡Es un sádico y ha de morir! Cuando muera, usted volveré a su época. Mientras tanto permanecerá aquí. Y no se confíe, para Jack las cosas están igual que para usted. El que quede vivo volverá. Tenga, un par de utensilios.

Me entregó un anillo dorado. Me explicó que era mutagénico, es decir, que se transformaría en cualquier arma que mi mente deseara. Lo probé, pensando en un cuchillo. Apareció uno en mi mano. Pensé en un aeropatín y funcionó. Perdí un poco el equilibrio y al alzarme me encontré solo en aquella calle futurista. Como no tenía otra opción empecé a familiarizarme con aquellos extraños artilugios, mientras iba en pos del destripador.

Las pistas para llegar hasta Jack enseguida estuvieron claras para mí. Él era un individuo con un retraso mental que le había mermado las facultades, hasta el punto de realizar las salvajes atrocidades de las que hacía objeto a las prostitutas, por lo que el hecho de verse extraído de su mundo para aparecer en donde estábamos él y yo ahora probablemente lo habría trastornado al máximo. Yo también estaba atento y alerta, me convencía a mí mismo de que esto debía de ser una pesadilla extraordinaria. Pero sabía que de ella no saldría hasta cumplir el cometido que me habían ordenado los individuos de los aeropatines.

A través de aquel laberinto de calles (ya que todas eran idénticas) pronto encontré un cadáver descuartizado. Jack le había cortado los brazos y las piernas a una mujer, intercambiándolos del lugar natural que le corresponde a cada parte.

En ese momento me percaté de que no había nadie cerca Tampoco había nadie asomado por la ventana. Nadie paseaba. No se oía ningún ruido. Aquello estaba muerto. Sonó un grito desde la calle de mi izquierda. Hice aparecer el aeropatín y me deslicé hasta el lugar de dónde provenía.

El individuo del aeropatín que me había hablado hacía un rato yacía muerto. Jack le había sacado los ojos y le había cortado los genitales, introduciéndolo todo en su boca. Después le había descuartizado, depositando sus entrañas sobre el hombro derecho.

—Esto es lo que quieren.

Me giré y encontré a Jack frente a mí. Manchas de sangre de sus víctimas cubrían su escalpelo y sus ropas.

—¿Que has dicho? —le pregunté.
—Esto es lo que quieren, Holmes. Les gusta el morbo de presenciar crímenes, de sentir que corren peligro. Les gusta ver las depravaciones que es capaz de hacer un psicópata como yo. Quieren sentir el lado maligno de la vida. Unos aprenderán, otros lo odiarán, pero todos lo admitirán —me contestó.

Sus palabras me cayeron como plomo. Tenía razón, no importábamos ni Jack ni yo, lo único que querían era jugar con nosotros para ver la que ellos querían ver muerte. Pero no podíamos escapar.

De repente empezaron a explotar todas las viviendas de los edificios. Los cascotes caían sobre nosotros mientras corríamos hacia un destino desconocido Conseguimos refugiarnos en un sótano, pero enseguida comprendimos nuestro error cuando un edificio se derrumbó, dejándonos atrapados.

—Tenemos que salir de aquí. ¿Tienes alguna idea, Jack? — le pregunté,
—Antes de degollar a ese bastardo le quité esto — y me lanzó una pequeña máquina que atrapé al vuelo. Aquel pequeño objeto tenía varios botones, de los cuales había uno apretado bajo el cual se podía leer: “Destrucción Total”.
—Tenías razón, Jack. Están tan obsesionados por ver muerte que tu última víctima, que seguramente debe de ser el dirigente de este lugar, construyó una bomba que accionada por control remoto lo destruiría todo cuando muriera, como así ha ocurrido.
—¡Pero morirá mucha gente inocente! —dijo Jack. Me sorprendió dicho comentario, y más teniendo en cuenta que venía del asesino más famoso de la historia, pero le contesté:
—Esta ciudad estaba casi vacía y eso es porque, seguramente, se han ido todos o han caído asesinados. Por eso nos han traído al 2888, están tan cegados de maldad que quieren volver a empezar desde el comienzo... o sea, desde nosotros.
—Cierto, Holmes. Yo represento la maldad más antigua que conocen. Pero les daré lo que se merecen, usted váyase, en ese aparato hay un botón que pone “viaje temporal”. Pienso que funcionará. Lo hubiera usado, pero un canalla como yo no merece seguir viviendo.
—Vuelva conmigo, Jack. Le ayudaré con la justicia.
—No, yo soy la justicia Cuando usted se vaya apretaré este botón —se sacó una bomba del gabán y me señaló el botón al que se refería— y borraré al hombre de la faz de la Tierra con esta bomba que les he robado.

Sin darme cuenta había apretado el botón de “viaje temporal” y todo se volvió blanco a mí alrededor. Cuando volví a abrir los ajos estaba en mi salón de Baker Street. Encima de la mesa me esperaba el típico desayuno de la Sra. Hudson y el periódico de ese día, sábado 10 de noviembre de 1888. En ese momento entró Watson.

—¡Vaya, Holmes! ¿Ha visto el periódico? ¡El Destripador ha vuelto a actuar! ¿Cuándo le pararán los pies a ese salvaje? —Querido Watson, si le soy sincero creo que el destripador ha desaparecido para siempre.
Y ese pensamiento aún lo mantengo. Lo único que deseo es que la humanidad no acabe como yo la vi: egoísta, maligna, destructiva y deseosa de ver sangre y muerte. De Jack el Destripador no se volvió a saber nada. No sé si apretó o no el botón de aquella bomba y exterminó a la humanidad. Lo único que sé, es que todo esto no fué un sueño, porque aún llevo el anillo mutagénico que me dió el individuo del aeropatín.