Decir Pixar es sinónimo de Disney, y a esta no es que le vayan muy bien las cosas en los últimos tiempos: de los cinco mayores fracasos en la taquilla del año pasado, cuatro son de dicha compañía (para ser exactos The Marvels, Indiana Jones y el dial del destino, Wish: El poder de los deseos y Mansión encantada, la única que no he visto del grupo, siendo el título que falta el The Flash de Warner)
Pero es que Pixar como tal tampoco es que pase por un buen momento: tras tener que estrenar en origen en streaming, debido a la pandemia, Soul, Luca y Red (aunque hace poco tuvieron una reciente oportunidad en salas de cine), los posteriores estrenos tanto de Lightyear como de Elemental se saldaron con resultados poco satisfactorios tanto a nivel de crítica como de público.
Y cuando se necesita un éxito desesperado, es cuando se decantan por secuelas de películas que triunfaron, ya que en un principio hay más posibilidades de éxito al ser un producto conocido (algo que Pixar ya conoce cuando empalmó diferentes secuelas de Buscando a Nemo, Cars, Los increibles y Toy Story entre los años 2016 y 2019, y en lo que reincidirá tanto con la presente como con una quinta entrega de Toy Story) No hay problema en ello, ya que de las citadas y ya estrenadas se puede decir que hubo para todos los gustos, pero uno añora esa Pixar que ofrecía siempre títulos novedosos e innovadores, logrando que los espectadores se ilusionaran y asombraran.
Más allá de que determinadas secuelas, estén mejor o peor, dejan con la sensación de seguir exprimiendo franquicias en exceso (para un servidor Toy Story tendría que haberse quedado en trilogía), admito que una nueva entrega de Del Revés no sonaba descabellado, ya que la original dejaba con ganas de más, siendo posible ir más allá de las cinco emociones que allí se presentaron (Alegría, Miedo, Asco, Ira y Tristeza) Dicho y hecho: a las citadas se unen en esta secuela Ansiedad, Envidia, Vergüenza y Aburrimiento, que hacen su entrada en la cabeza de la protagonista cuando podemos afirmar que la joven Riley ya no es la niña de la primera película, sino toda una adolescente. A nivel interno no es el único cambio, porque Pete Docter (responsable de la primera entrega, así como de otros títulos populares de Pixar tales como Monstruos S.A., Up o Soul) cede su puesto de director a Kelsey Mann, que debuta en dicha función aunque ya ha realizado otros trabajos en la compañía del flexo, tales como el guion de El viaje de Arlo.
La premisa argumental de esta secuela es sencilla, pero sin duda bastante bien aprovechada: la entrada en la pubertad de Riley hace que las emociones que tiene en su cabeza se vean de pronto desbordadas por cuatro nuevas (las antes citadas, aunque también hay breves cameos de una quinta más adecuada a cuando la protagonista sea más mayor), que intentan tomar el control y relegar a las previas. Si en la primera película Alegría y Tristeza eran las emociones principales, eso se repite aquí, poniendo en el otro bando a Ansiedad y Vergüenza como líder y secundario fundamental respectivamente para resolver la situación que se plantea. ¿Y esta cual sería? La primordial entre todo adolescente: intentar encajar en un nuevo grupo, en este caso el equipo de hockey donde Riley aspira a jugar. Eso llevará a mostrar de manera bastante didáctica como se nos pueden desbordar las emociones cuando nos dejamos llevar por ellas (sobretodo en la adolescencia, con las hormonas revolucionadas), con una moraleja final muy adecuada sobre el equilibrio emocional.
De hecho el único problema que le puedo achacar a esta secuela sería su propia condición, ya que al existir la cinta de 2015 digamos que se pierde la novedad sobre su planteamiento. Aún así la mente humana tiene muchos recovecos, y aquí se aprovecha para visitar unos cuantos, entre ellos algunos donde se encuentran los secretos más personales de Riley. Asimismo se ve como cambian sus intereses al entrar en la adolescencia (dejando atrás la infancia, en camino de la edad adulta), lo que justifica aumentar sus emociones y dejar claro que, aunque sean muchas, una pacífica coexistencia entre todas nos lleva a sentirnos bien. Visualmente es maravillosa, algo ya sello habitual de Pixar (incluso cuando juegan con varios tipos de animación), destacando como novedad el aspecto de las nuevas emociones, especialmente Ansiedad que sería la principal (sin desmerecer al resto, ya que todas tienen una mayor o menor relevancia) Sin duda una magnífica secuela, que ahonda de una manera muy didáctica sobre la estabilidad emocional.
CALIFICACIÓN: Excelente (4,5/5)
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- FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
- FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 19 de junio de 2024.
- Galería de posters por este enlace.