Es indudable que Marvel ha evolucionado como demuestran desde ese Miles Morales como el Spider-Man heredado desde el universo Ultimate así como la musulmana Ms.Marvel pasando por una muy acertada Spider-Gwen (y seguro que me dejo en el tintero muchos otros ejemplos más) por lo que se puede encontrar incluso coherente el uso de un personaje como esta Chica-Ardilla aqui reseñada. Incluso tengo que admitir que tenía muchas expectativas ante el primer comic que cayera en mis manos de este personaje, porque los comentarios favorables que he leído y/u oido eran amplios, por lo que eso igual ha influido en que tampoco me haya parecido nada más que el simple entretenimiento que es.
Cuidado, porque no digo que sea un mal personaje (de hecho en el prólogo de este volumen ya se indica que vió la luz hace ya un cuarto de siglo, pero siempre como miembro de esa amplia cantera de secundarios de
Marvel con mayor o menor relevancia) Digamos que
Doreen Green, el alter-ego de la
Chica-Ardilla, es un personaje que no ha calado en mi como si lo ha hecho la
Kamala Khan de
Ms.Marvel, por lo que sus andanzas de este tomo me han parecido que rozaban en muchos momentos la debil frontera del absurdo (que se podría decir que cruza en giros como el de ¡¡¡la armadura de ardillas!!!) Pero si que hay algunos innegables aciertos como por ejemplo las evidentes referencias a
Spider-Man tanto en el esquema del personaje como en el simpático uso que hace
de la famosa canción de la serie de animación de los 60.
Entre los muchos detalles cómicos incluidos (con mayor o menor acierto) en esta serie estarían las tarjetas de villanos de Masacre (que le hizo el citado Deadpool a la protagonista para un rápido conocimiento de sus adversarios) o las notas a pie de página (que me salté en su gran mayoría porque no me parecian que me aportaran nada esencial) Entre los villanos con los que se enfrentará en las aventuras recogidas en este volumen estan desde un Kraven que creo que nunca debió de resucitar hasta un Galactus que, como enemigo superior (no en vano hablamos del Devorador de Mundos), supongo que ya da una idea del tono más humorístico de esta serie leyendo como resuelven la papeleta con él.
En resumen digamos que es un comic entretenido y curioso, más o menos divertido, pero tampoco muy especial ni por los personajes (aunque supongo que eso dependerá del gusto de cada uno) aunque si he de reconocer que el apartado gráfico un tanto irregular ayuda también al sentido jocoso que le quieren dar a esta Chica-Ardilla. Está bien... pero tampoco es para tanto.
Entre mis muchas aficiones está
Sherlock Holmes, y como hace unos meses me leí el
primero y el
segundo de los volúmenes de
Los cuatro de Baker Street, he estado atento a la entrada de novedades en la biblioteca y ya he podido disfrutar del tercer volumen editado por
Yermo, con la ventaja de que en esta ocasión se recopilan tres tomos de su edición francesa (en los previos se recopilaban tan solo dos por volumen), que corresponden a los números 5 al 7.
Aparte de que son todos los que quedaban inéditos hasta el momento, tambien tiene su lógica que se hayan agrupado tres en esta ocasión porque el periodo que abarcan sería ese conocido como el Gran Hiato, que fueron los tres años en los que se pensó que Sherlock Holmes había muerto junto con el Profesor Moriarty en las cataratas de Reichenbach. Las historias que se recopilan en este tercer volumen serían La sucesión de Moriarty, El hombre del Yard y El caso Moran, todas ellas englobadas en dicho periodo de tiempo.
Los jóvenes Tom, Billy y Charlie (más el gato Watson que cubre este cuarteto) parece que se han quedado huérfanos tras la muerte de Sherlock Holmes, pero pronto descubrirán que no es así ya que el detective está de incógnito finiquitando todos los cabos sueltos de la organización criminal comandada por Moriarty. Ahora, más que nunca, los cuatro Irregulares de Baker Street se convertirán en los ojos y los oidos de un Holmes enfrascado en la captura del mayor secuaz del difunto profesor: el Coronel Sebastian Morán.
Las alabanzas hacia el gran trabajo en conjunto de los autores serían reiterativas pero sinceras, ya que todos los méritos de los volúmenes previos están de nuevo aqui presentes, a lo que añadir una mayor presencia del famoso detective hasta el punto de que la tercera historia de este tomo bien podría ser una adaptación del relato original
La casa vacía que marcó su retorno. Asimismo es meritoria la labor de "encaje" de los autores para que todo cuadre dentro de la historia conocida de
Holmes (el
Canon), y todo ello con un notable desarrollo de los personajes y un soberbio sentido de la narración que no decepcionará a los fans de esta serie.
No resulta ninguna sorpresa afirmar que vivimos en una sociedad cruel, donde se supone que has de cumplir unos ciertos estándares de belleza para ser aceptado, lo que se agudiza en el caso de las mujeres, provocando trastornos de la alimentación como la bulimia y la anorexia. Vendría a ser una retorcida interpretación del famoso "vale más una imagen que mil palabras" llevado hasta el exceso, porque en bastantes ocasiones se prejuzga sobre el aspecto exterior cuando los méritos pueden estar en el interior de la persona.
Es por eso que me llamó la atención este manga de Moyoco Anno, que es lo primero que me leo de esta autora que parece ser que está especializada en el género josei, que vendría a ser uno orientado hacia el público femenino (aunque en el fondo apto para todo tipo de lector, y más con temas como este) La protagonista de esta historia es Noko Hanazawa, oficinista en el departamento de ventas de una empresa, que además tiene novio y se podría decir que es más o menos feliz si no fuera por su aspecto, ya que está gorda para la sociedad.
La poca autoestima de Noko y el hecho de ser menospreciada y marginada por los que la rodean le llevarán a caer de pleno en trastornos alimentarios en pos de esa supuesta delgadez que le otorgará la felicidad soñada, sin darse cuenta que esa búsqueda desesperada de aceptación por parte de la sociedad está perjudicándola. Y es que si malo era que su afición por la comida fuera su válvula de escape ante los problemas, peores son las decisiones para lograr esa silueta esbelta supuesto modelo de la aceptación y felicidad que tampoco verá alcanzada.
Aunque los trastornos de la alimentación pueden afectar a cualquier persona, si que es verdad que donde se corre mucho más peligro es entre las adolescentes, que en muchos casos se dejan llevar por las escuálidas siluetas de algunas modelos de pasarela para asociar con ello el triunfo y el éxito. En ese sentido creo que el mérito de este manga es notable, porque muchas de esas chicas tienen una autoestima muy baja, lo que les facilita caer en estos problemas, por lo que leyendo esta obra se replantearán si merece la pena contentar a la sociedad sin sentirnos cómodos y felices con nosotros mismos.
En los comics de superhéroes hay ciertas normas que permiten una continuidad relativa donde en ocasiones no cambia nada. Con ello me vengo a referir a esos cíclicos combates frente a los mismos villanos los cuales sabes que entrarán en una prisión y/o institución mental con puertas giratorias donde al cabo de poco saldrán para volver a campar a sus anchas (y de nuevo otra vez lo mismo) Muchas veces he pensando yo como se solucionarían la vida de Peter Parker si este reventara a su némesis (Norman Osborn) lo cual se podría hacer extensible a Batman con el Joker o Superman con Lex Luthor, por poner unos ejemplos. Pero claro, eso provocaría que estos superhéroes no tendrían esos perversos reflejos de si mismos que suelen representar los citados villanos para ellos, por eso siempre hay algún giro argumental más o menos coherente para volver a traerlos de vuelta, incluso en el caso de que estén muertos.
Eso me ha provocado que a lo largo de mucho tiempo leyendo comics de superhéroes me haya dado cuenta que en muchas ocasiones lo más original y novedoso está en lo alternativo, en lo que no tiene que responder ante la lapidaría continuidad y se puede permitir aquellos giros que NUNCA serían posibles de la otra manera. Eso suele ocurrir en realidades alternativas o universos paralelos de todo tipo y condición, que en muchas ocasiones se me hacen más interesantes que los tradicionales, porque en ellos se atreven a cruzar esas fronteras morales que en los usuales no franquean (aún tengo en el recuerdo la sorpresa que me llevé cuando ví a Peter Parker que como un zombificado Spider-Man devoraba a Mary Jane y Tía May en la extensa saga Marvel Zombies)
A veces se arriesgan con cambios en lo tradicional, que igual revierten al poco tiempo, pero en este comic se atreven a hacer con los personajes de DC algo parecido a lo que fue Civil War en Marvel con un punto de partida tan simple como sencillo: ¿y si Superman decidiera IMPONER la paz en todo el mundo? La premisa en principio es noble, pero los métodos no son los más ortodoxos, por lo que frente a él se encontrará con Batman, que comparte sus ideales pero no su forma de llevarlos a cabo, mientras que el resto de superhéroes del universo DC se aliarán con uno u otro según sus intereses (lo que nos lleva a más de una sorpresa, porque habrá bajas en el combate y algunas de ellas violentas y de gran impacto: no en vano es un universo alternativo y si se tienen que cargar a algún personaje lo hacen sin piedad)
La fina línea que separa la justicia del autoritarismo siempre ha estado presente en los comics de superhéroes, y en cierto modo se podría decir que esta premisa tampoco es nueva, pero el guionista
Tom Taylor consigue que los 13 números que hay en este tomo (los 12 primeros más el
Annual) tengan un ritmo intenso, frenético y épico, donde se nota que le dieron carta blanca para hacer lo que quisiera con los personajes de la editorial, logrando sorprender al lector con el destino y la forma de actuar de algunos de ellos. Este
Año Uno acaba de lo más interesante (espero que no tarden mucho
sus secuelas en entrar en la biblioteca) por lo que me sorprende que en origen fuera tan solo una precuela de un popular videojuego, ya que resulta una lectura entretenida y muy recomendable, sea uno seguidor de
DC o no.