Conocía a
Kelly Sue DeConnick por sus trabajos en
Marvel (para ser exactos con la susodicha
Capitana) por lo que confiado en su destacable labor enseguida me decanté por esta obra suya, además de por su muy descriptivo título (cuya traducción en el interior del comic es
Planeta de las zorras aunque el más literal sería el de
Planeta de las putas) La sorpresa no ha podido ser más agradable, ya que me he encontrado con una distopia que se podría considerar una mezcla entre
El cuento de la criada y
Los juegos del hambre con un cierto toque a lo
Tarantino (de hecho las portadas de los cinco números que incluye este primer libro recuerdan mucho a aquel
GrindHouse que hicieron el citado
Quentin Tarantino y
Robert Rodriguez con
Death Proof y
Planet Terror respectivamente)
La historia está ambientada en un futuro no muy lejano donde el Protectorado y el Consejo de Padres hace que toda mujer que no cumpla los requisitos mínimos (de belleza, de obediencia, de sumisión, etc.) sea apartada de la sociedad y derivada al Puesto de Obediencia Auxiliar o, coloquialmente, Bitch Planet. En ese lugar se pueden encontrar desde auténticas criminales hasta pobres infelices que a lo mejor han sido denunciadas por sus propios maridos u otros miembros (masculinos) de la sociedad por no ser lo bastante atractivas, complacientes u obedientes. Denominadas como No-Conformes la historia comienza con la llegada de seis de ellas a este futurista prisión femenina donde pronto descubrirán que lo peor aún está por llegar con, entre otras cosas, un violento juego (el Megatón) donde tus únicas opciones son ganar... o morir.
Nadie puede negar que este Bitch Planet es un comic feminista hasta tal punto que igual puede incomodar a algún lector, aunque en mi caso no ocurrió porque soy el primero en verlo como una brutal sátira hacia esos cánones que la sociedad nos obliga a cumplir, y que hasta cierto punto son aún más duros en el caso de las mujeres. Prueba muy evidente de eso serían los falsos anuncios al final de cada número donde se hace una muy evidente crítica de esa publicidad persistente hacia los estereotipos en las mujeres, en donde literalmente se cita a la vagina como "asquerosa" o se da a entender que has de ser una mujer guapa y sumisa porque tu marido no está para aguantar tus tonterias (¿exagerado? sin duda, pero algo de eso ya hay cuando son necesarias sátiras como esta que tan solo lo hacen más evidente)
Hace ya varios años me leí el primer tomo de Creepy, y aunque creía que sería una colección que se completaría en las bibliotecas al final no ha sido así, porque al igual que ocurre con su "hermana"
Eerie tan solo se han comprado unos números en concreto (e incluso más de esa otra que de la que aqui nos ocupa)
Al ser en su gran mayoría historias independientes no hay problema en el orden de lectura, y mi opinión sigue siendo la misma que cuando leí la entrega previa, por lo que esta presente reseña breve es tan solo como referencia de que me he leído el segundo tomo. De nuevo he vuelto a disfrutar con unas muy ingeniosas historias donde los elementos fantásticos y/o de terror está muy bien integrados en relatos concisos que quizás hoy en día no impacten como lo hicieron en su época (uno ya ha leído de casi todo y ya no se tiene la inocencia de aquellos años) pero que siguen manteniendose entrañables pese al tiempo transcurrido.
Mucho había leido sobre Paper Girls, y que las bibliotecas se decantaran por algo en formato grapa ya era digno de mérito (cuando no suelen adquirir muchas cosas así, no por la calidad de las mismas sino por ser más dificiles de conservar que los libros, ya que estando al alcance de todo el mundo no todos los usuarios son igual de cuidadosos)
Después de ver varios números por las estanterias hace poco me dí cuenta de que estaban disponibles los ocho primeros, por lo que decidí probar, y tengo que admitir que me ha parecido un comic entretenido pero con ciertos detalles que no me acaban de convencer. La historia se centra en cuatro jovencitas repartidoras de periódicos (de eso tan habitual en Estados Unidos) que vivirán una peliaguda jornada del 1 de noviembre de 1988 que será tan solo el comienzo de lo que se les viene encima.
Lo que en principio podría haber sido un ejemplo más de este actual revival de la década de los ochenta bien pronto se lía con elementos de ciencia-ficción así como viajes en el tiempo que una vez acabado el octavo número me siguen dejando con la duda de que es exactamente lo que me quieren contar. Ojo porque esto no es una crítica negativa hacia el comic, cuyo apartado gráfico es muy correcto y cuyos personajes principales están muy bien definidos y desarrollados, pero es que supongo que lo que no ha conseguido engancharme ha sido una trama en cuya intriga me ha costado mucho introducirme, por lo que no sé si la seguiré a medida que entren nuevos números en las bibliotecas.
La herencia del coronel me ha resultado una agradable sorpresa porque lo leí en principio tan solo atraido por su apartado gráfico (obra de Lucas Varela), pero me he encontrado con una muy destacada aproximación a la dictadura que tuvo Argentina, en la cual (como sucedió en la española) hubo muchos "desaparecidos" que se suponen torturados, fusilados y enterrados en cualquier fosa común.
Dicha época tan oscura sale a colación por el protagonista de esta historia (Elvio Guastavino) que puede parecer una persona gris y anónima como puede haber cientos, pero que esconde el secreto de que su padre fue uno de los militares torturadores más crueles de aquella época; y aunque nuestro protagonista lo quiera negar, lo que vivió en su infancia lo ha marcado a él en su vida adulta provocando que sea un fetichista que solo se excita con muñecas (de hecho con una llamada Luisita que intentará obtener por todos los medios de cara a poder satisfacer sus más bajos instintos) Poco a poco se nos revelará el pasado de Elvio así como el de su pais.
Viendo el estilo de vida del esperpéntico protagonista uno enseguida se da cuenta de su catadura moral, aparte de hacer muy evidente que no está muy bien que digamos de la cabeza (sirva de ejemplo las fantasías donde se comunica con esa muñeca cual si se tratara de alguien real... y eso tan solo para empezar) Pese a ello el autor consigue mostrarlo de tal manera que es para el lector un pobre infeliz traumatizado del cual uno siente lástima y asco a partes iguales, logrando que en algunos momentos la sonrisa aflore ante las patéticas situaciones en las que se mete por sus chifladuras fetichistas.
Entre mis lecturas pendientes tenía uno de los primeros comics de Frank Miller (el de Ronin) que no había leído aún porque la edición de Planeta que tenía en las bibliotecas más cercanas no estaba del todo en condiciones (o sea, lo que he comentado muchas veces de que no todos los usuarios son tan cuidadosos en lo que cogen en préstamo como yo) Al ya disponer de esa no se adquirió ninguna nueva, por lo que decantándome por las bibliotecas de Barcelona, ahora por fin he leído el citado comic de Miller gracias a la nueva edición de la obra a cargo de ECC.
Cabe señalar que, como he citado previamente, este fue uno de los primeros comics de Miller antes de otros trabajos suyos (como sus notables aportaciones a superhéroes como Daredevil, y su emblemático Born Again, o Batman con El regreso del Caballero Oscuro y Año Uno), que le otorgaron la merecida fama que tiene este autor. Es por ello que se puede admitir que aqui están ya presentes esos detalles que le encumbraron, lo que se hace aún más claro y evidente leído mucho después que otras obras suyas (como ha sido mi caso)
Teniendo en cuenta que Ronin es de 1983 resulta muy curioso ver en esta historia que nos plantea el autor ciertos detalles que luego serían novedosos (aunque posteriormente se abusó de ellos hasta la extenuación) como Terminator (por aquello de plantar a dos contrincantes en un tiempo que no es el suyo) o Matrix (por esa realidad virtual futurista) aparte de que con este comic nos acercó la cultura oriental, por entonces no tan conocida como en la actualidad (se nota lo mucho que a aquel joven Miller le fascinó el clásico manga El lobo solitario y su cachorro, del cual este Ronin se podría considerar como su particular homenaje)
Cuando
hace un par de años se editó el coleccionable de Conan yo descubrí todo el universo en viñetas del cimmerio, por lo que dí buena cuenta de todos los comics del citado personaje que tenían en las bibliotecas, pero es tan grande la cantidad de material que hay (y en muchos casos
el catálogo no ayuda a encontrarlo por no estar ordenado en algunos casos de forma coherente, al haber bastantes personas encargadas del tema) que muchas veces dejo pasear la vista de una estantería a otra para ver si localizo algo que merezca la pena. Con ese tipo de búsqueda logré encontrar esta
Conan y las joyas de Gwahlur, obra de
P.Craig Russell adaptando el relato de su mismo nombre del creador del personaje,
Robert E.Howard, y que enseguida ví que yo aún tenía inédito de leer.
Es evidente que este se me debió de pasar al no ser su autor un habitual con el personaje (como por ejemplo si son Roy Thomas, John Buscema y Barry Windsor-Smith) pero lo primordial es disfrutar, cosa que si he hecho con esta serie limitada de 3 números recopilados en un tomo de lectura ágil y en donde vuelven a estar presentes todos los detalles habituales relacionados con este personaje, como son retos aventureros, damas hermosas y reinos magníficos. En esta ocasión el popular cimmerio vivirá toda una sucesión de andanzas en pos de los dientes del gigante Gwahlur (que son las joyas a las que hace mención el título), con el trazo claro y limpio de Craig Russell que otorga al relato la efectividad necesaria para ofrecer una buena narración con respeto hacia la obra que adapta, beneficiada también por su condición de historia autoconclusiva, que la hace más accesible a los que no están habituados a Conan.
Cierro esta batería dejando una pequeña referencia a
The Defenders, la serie de
NetFlix que sirve para unir a los cuatro personajes de
Marvel de los cuales habían hecho su presentación en sus respectivas series individuales, siendo esta el crossover donde se unian todos ellos, lo que quizás hizo pensar a alguno (entre los cuales me incluyo) que esto sería una jugada a nivel televisivo como lo había sido la
Fase 1 de
Marvel a nivel cinematográfico, la cual culminó en la primera película (
y muy destacable) de
Los Vengadores.
Pues no, aunque no por ello pueda reseñarla de forma negativa: digamos que hereda tanto las virtudes como los defectos de todo lo que la antecede, ya que mientras las dos temporadas de
Daredevil si tuvieron un nivel
casi excelente la primera y
notable la segunda, eso se mantuvo
en la primera de Jessica Jones pero bajó a la simple corrección con
Luke Cage quedándose en el aprobado justo con
Iron Fist. Todo ello se nota en una historia donde, al menos, se agradece que se haya concentrado todo en tan solo 8 episodios (a diferencia de los 13 de cada una de las temporadas de cada personaje de forma individual), pero en donde la unión de este cuarteto tiene evidentes altibajos en la importancia que se le da a cada uno de ellos en el global de la historia. Beneficiada de oponer a estos superhéroes a una actriz de tanto carisma como
Sigourney Weaver también encuentro un tanto forzado el giro de la misma al final del sexto episodio, quedándome la sensación de que se cortaba algo con potencial. Por cierto, si no me fallan los oidos diría que ese personaje de
Madame Gao está doblado por la que normalmente lo hace con
Sigourney Weaver, de ahi que esta tenga otra voz (aunque admito que este dato no lo he comprobado en el momento de escribir esto y lo cito solo "de oidas")
De todas maneras no negaré que he disfrutado con esta primera temporada de
The Defenders (que me imagino que tendrá más en proporción a como responda el público) y para el recuerdo me quedan momentos tan logrados como cuando juntan a los cuatro en una mesa y se ponen a hablar entre si, demostrando la gran química que hay en este grupo (aunque hay otros detalles para satisfacer a los seguidores de los comics de estos personajes,
como un evidente anticipo a esa adaptación de Born Again que se supone que habrá en la tercera temporada de Daredevil) Lo malo supongo que radica en haber puesto el peso de esta serie en los detalles más flojos de las previas, como por ejemplo lo que recoge de
Iron Fist o una
Elektra que creo que podía haber dado más de sí, pero pese a todo no me puedo quejar, y aún siendo claramente mejorable, en global sin duda alguna
The Defenders resulta una serie muy aceptable.